La virtud de Díaz fue, al igual que la de su aliado en la cultura del Caribe, Gabriel García Márquez, convertir la cotidianidad y las costumbres populares en mitos fundacionales, en leyendas que configuraron una oralidad y que fueron transmitiéndose de voz en voz y de generación en generación. / Ilsutración: Jonathan Bejarano
Por Andrés Osorio Guillott
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