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“Logramos hacer un montaje renovado, que se acerca mucho a la experiencia en vivo”: Diego Trujillo

El actor, arquitecto y comediante colombiano decidió lanzarse al teatro digital con su stand up comedy ¡Qué desgracia tan infinita!, que está disponible a través del Teatro Nacional en funciones los sábados.

10 de agosto de 2020 - 09:52 p. m.
Gustavo Torrijos
Gustavo Torrijos
Foto: Gustavo Torrijos

¿De qué se trata su monólogo ¡Qué Desgracia tan Infinita!?

¡Qué Desgracia tan Infinita! Es el primer monólogo que escribí, porque entendí que los hombres cuando llegan a los 40 años están en serios problemas, empezando por la necesidad de realizarse el examen de próstata, entonces comprendí que todo lo que surgía de ese momento era motivo de preocupación, pero sobre todo de reírme del asunto. Lo que hacemos los hombres cuando empezamos a sentir que nos estamos volviendo viejos es tratar de negarlo a como dé lugar, haciendo toda clase de estupideces que nos ponen en ridículo frente a los demás. Es eso un monólogo que habla de la crisis de la mitad de la vida de los hombres.

¿Cómo fue el proceso de creación de ¡Qué desgracia tan infinita!?

Durante un viaje que hice a China a presentar una película de Harold Trompetero, estando en el hotel, me puse a escribir y a reflexionar acerca de lo que me estaba pasando y fue así como surgió el tema de la crisis de los 40 en ese momento. Ya vamos realmente en dos décadas más con lo que ahora está muchísimo más nutrido. Todo inició con un proceso de escritura y la intención de llevarlo a las tablas, empezar a ensayarlo y luego convertirlo en un stand up comedy.

¿Qué lo inspira a la hora de escribir?

Siempre me ha gustado escribir. Con la mayoría de cosas que me pasan, el humor es un elemento preponderante, todo lo hago con humor negro y, si es posible, muy negro. Al empezar a escribir, me di cuenta que lo hacía con un humor y que el relato de algo que podía ser trágico se convertía en algo muy divertido, desde entonces no he parado de escribir. Ya tengo cinco obras escritas y puestas en escena. La más reciente se llama Elogio de la Estafa y todas tienen ese mismo sello de humor negro.

¿Cómo fue pasar su monólogo al teatro digital?

La puesta en escena de un monólogo mío básicamente tiene que ver con lo que soy yo. Lo fundamental de un espectáculo como este, es ser lo más natural posible para poder encarnar lo que se está diciendo de manera supremamente real, eso es lo que permite que el público se conecte con lo que está viendo en el escenario y que esa obra se vuelva un espejo en el que se ve reflejado. Por supuesto que el teatro presencial tiene una magia enorme, por eso me negué durante mucho tiempo a llevar a mi show al terreno digital, porque siempre sentí que quería tener al público presente, pero con estas circunstancias es completamente absurdo negarse a las experiencias digitales que están transformando de alguna manera lo que nos está pasando como sociedad.

Gracias a esta iniciativa del Teatro Nacional de llevar el teatro a las casas, me monté en este proyecto y logramos hacer un montaje renovado, que se acerca mucho a la experiencia en vivo.

¿Cuál fue el principal reto de pasar su monólogo al formato digital?

El gran reto, que además se superó rápidamente, es que cuando se tiene un público en vivo, los asistentes van marcando los tiempos de la obra, porque siempre reaccionan de manera distinta y son las que generan unos espacios en los que se desarrolla la obra, por lo que no contar con espectadores significó que tuve que marcar esos tiempos y asumir que los televidentes van a reaccionar. Es interesantísimo que la gente tenga la experiencia del teatro en su casa.

¿Qué tan importante es llevar el teatro y humor a las personas en estos momentos tan difíciles?

Es absolutamente fundamental el arte, porque no habríamos sobrevivido a esta pandemia sino hubiera sido por el cine, la música, libros de arte y por el entretenimiento. Además, si no fuera por lo que estamos haciendo y por el humor, la gente la estaría pasando muy mal y tomándose demasiado en serio lo que está sucediendo. Creo que a través del humor los artistas estamos contribuyendo para que la gente piense en otra cosa y cuando uno se ríe, se desconecta, se relaja, se suelta y es absolutamente beneficioso para la salud mental y emocional.

¿Cuál cree es el futuro inmediato de la industria cultural?

Esto que ha pasado es un choque para la industria del entretenimiento: cine, televisión, teatro, música; pero no podemos quedarnos viendo las circunstancias que son complejas, que quizá demandan mucha más creatividad por parte de todos nosotros para imaginar un mundo que se ha transformado, afortunadamente contamos con estas plataformas. Además, nadie se puede quedar sentado lamentándose, tenemos que inventarnos la vida de nuevo.

¿Qué proyectos nuevos tiene?

Después de mi participación en MasterChef encuentro una conexión con la gastronomía frente al público y eso me ha permitido explorar nuevos proyectos. También estoy escribiendo unos nuevos formatos para plataformas digitales. Tengo una cantidad de cosas por hacer y creo que nunca había trabajado antes como lo hago ahora. Aspiraba que durante la pandemia me iba poder tomar un merecido descanso, pero no hubo tal.

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