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Los límites de lo imposible

Una empresa familiar dedicada a producir libros con historias sutiles y un gran manejo de la imagen.

Santiago La Rotta
23 de abril de 2013 - 08:02 p. m.
Los límites de lo imposible

Siete títulos en tres años. Corrección, ya casi son ocho. Ocho libros, entonces, con una magia muy especial, objetos con una declaración de principios que resulta clara: somos diferentes.

Pato Lógico es una editorial. También es una empresa familiar. Fundador, director, ilustrador en jefe, encargado de formas, colores y criaturas fantásticas: André Letria. Cofundador, escritor, gerente de palabras y metáforas, operario de comas, tildes y apóstrofos: José Jorge Letria.

Trabajar con la familia, dicen los manuales del empresario, puede ser una mala idea; uno de los caminos para quedarse sin ella, por cierto. Eso, por un lado. Por el otro, las empresas familiares pueden ser exitosas, de hecho lo han sido, especialmente cuando hay pólvora, oportunidades de negocio ilegales y un pasado italiano de por medio.

La cosa funciona un poco diferente. El señor Letria, el padre, tiene un manuscrito. El señor Letria, el hijo, lo lee, ilustra. Algunos meses luego salen tirajes pequeños, de máximo 2.000 ejemplares, con cosas así: “Si yo fuera un libro, me gustaría ser una ventana abierta a la inmensidad del mar”. “Si yo fuera un libro habría de ser un arma eficaz y dulce para matar de una vez el deseo de guerra”. “Si yo fuera un libro sería un inmenso poema que ofreciera a las palabras sentidos inesperados”. Título de la obra: Si yo fuera un libro.

No sólo son textos sutiles y sugerentes. Una combinación entre la levedad y la certeza de alguien que sabe trabajar con las palabras y el tacto preciso de ilustraciones hechas para narrar desde la imagen; no un complemento, más como un trampolín.

Leer como un ejercicio que crea otras fronteras, que corre la cerca y se ofrece como el aliento sobre una ventana, un leve tablero para dibujar algo nuevo.

André Letria es ilustrador, no sólo en Pato Lógico. Lleva 20 años ilustrando, trabajando para otros, clientes, empresas como The New York Times. Premio Nacional de Ilustración de Portugal y Premio de Excelencia en lustración de la Society for News Design, entre otros. Es parte del jurado del Premio Digital de la Feria del Libro Infantil de Bolonia, Italia.

Premios y títulos. Buenos para la hoja de vida. André Letria es un tipo sencillo, de palabras amables. Un trabajador dedicado que ha convertido su editorial, fundada en 2010, en una especie de navaja suiza, de pulpo con tentáculos en un mundo que excede el libro para ubicarse en la difusión de ideas.

Pato Lógico hace exposiciones (parte del pabellón de Portugal en la Feria del Libro de Bogotá es una muestra diseñada por esta editorial), talleres y otros tantos proyectos con fines lúdicos, educativos o ninguno; la terquedad de contar historias, de pasar la palabra.

Un pulpo se dijo. Mejor un kraken, como para seguir con la idea de las bestias. Un kraken como el que rompe los mástiles y las jarcias de una embarcación en la portada de un libro llamado Mar (que cuenta con textos de Ricardo Henriques).

Diccionario, de pronto. Catálogo de manualidades, en parte. “Barba: marinero que es marinero, imaginario o real, tiene una barba (…) Barba, en términos náuticos, también es sinónimo de arco”. Un par de páginas más adelante hay un tutorial de cómo hacer un barco de papel. Conocimiento esencial.

En la contraportada del libro hay una frase de Jacques Cousteau, por supuesto: “Las misiones imposibles son las únicas que tienen éxito”.

De cierta forma, Pato Lógico es parte de una constelación más grande que, a nivel mundial, se empeña en realizar algo que, bajo el evangelio del apocalipsis del libro, pareciera imposible: elaborar productos que prueban los límites de los creadores y los lectores, así como de los soportes; no sólo empresas exitosas, sino más como instituciones, compañeras de viaje para la vida. “Si yo fuera un libro no me importaría terminar en una isla desierta, apenas con un lector apasionado”.

slarotta@elespectador.com

@troskiller

Lo que sale de los hornos de Pato Lógico son hermosas extrañas criaturas. Ideas muy particulares que habitan cuerpos inusuales. Como la isla del doctor Moreau, pero sin todo lo siniestro.

Por Santiago La Rotta

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