El Magazín Cultural

Nâzim Hikmet: Prohibido hablar con otro que no sea yo

No es fácil hablar de un hombre, un poeta, un artista, sobre todo cuando se ha estado allí apenas en la ficción, que pasó 31 de sus 61 años en la prisión o en el exilio, esos dos tipos de cárcel, tan indignos de la condición humana, tan execrables el uno como el otro.

Luis Carlos Muñoz Sarmiento*
07 de febrero de 2019 - 05:52 p. m.
Nâzim Hikmet, poeta nacido en Salónica en 1902 y fallecido en Moscú en 1963, y quien pasó 31 años en prisión.  / Cortesía
Nâzim Hikmet, poeta nacido en Salónica en 1902 y fallecido en Moscú en 1963, y quien pasó 31 años en prisión. / Cortesía

Toda la propaganda política de guerra, todos los gritos y mentiras y odio,

provienen invariablemente de gente que no está peleando.

George Orwell

 

No existe fracaso en la vida hasta que tratas de ser alguien que no eres.

No hay forma de fracasar si eres tú mismo.

Médico de la tribu Muskogee Creek Phillip Deere

 

Las palabras no alcanzan cuando lo que hay que decir desborda el alma.

Julio Cortázar

 

Espacios en los cuales, por esas paradojas del arte y de la vida, está lo más sobrecogedor de su literatura. Aunque nació en Salónica, ciudad griega parte entonces del Imperio Otomano, el 20/nov/1901, fue registrado apenas el 15/ene/1902, de ahí que figure como fecha oficial. Uno de los más importantes presos políticos de la historia al lado de figuras como Antonio Gramsci, Eugene Debs, Nelson Mandela, Mumia Abu-Jamal, Luíz Inácio Lula da Silva.    

Hikmet tiene las influencias básicas de Vladimir Maiakovski, de Gérard de Nerval, del futurismo ruso: asociado al futurismo italiano de Filippo Marinetti e iniciado por el citado VM, quien junto con David Burliuk y Velimir Jlébnikov, publicó en 1912 su manifiesto La bofetada al gusto del público. Es archiconocida su confesión por tres amores, un país de trenes, de sauces, de asnos enfermos, y por tres coterráneos modélicos: el teólogo Bedreddin, líder religioso revolucionario del siglo XIV a quien glosa en su poema en prosa La epopeya del jeque Bedreddin (1936), que junto a Cartas a Taranta Babd (1935), sobre la invasión de Etiopía por Mussolini, constituye dos de sus obras más relevantes; el escritor sufí Yunus Emre (1240-1321), cuyo apellido es el nombre genérico de los derviches quietistas y a quien probablemente admiró porque su poesía manifiesta la filosofía del Tasawwuf o misticismo islámico: en él confluyen la igualdad de los seres humanos, la condena de la vanidad y la soberbia, de la ambición de poder y riqueza, la crítica al fanatismo religioso y el control sobre las pasiones, la modestia, el estudio y la ciencia, como queda implícito en una de sus frases, la que, de paso, cae como anillo al dedo del caos actual: “El odio es nuestro único enemigo. Para nosotros el mundo entero es Uno. No estoy en la Tierra para sembrar la guerra ni la enemistad. El amor es la misión y la vocación de toda la vida. Que una única palabra pare la guerra: ‘Ama y sé amado’. Hacia nadie sentimos odio. Todo el mundo es igual para nosotros”. En fin, Mimar Koca Sinan (c. 1488/90 – 1588) o Sinan el Arquitecto, otomano, coetáneo de Miguel Ángel, Palladio, Vignola, y de quien se dice es el más abundante (no prolífico: eso son conejos/gatos/ratas), de la historia: se le atribuye el diseño de 81 mezquitas, 62 escuelas, 50 oratorios, 33 baños públicos, 32 conjuntos palaciegos, 24 hospitales, 19 mausoleos, 17 edificios de postas, 8 puentes, 7 acueductos, 6 mercados y 338 edificios no identificados. Todos ellos, gente que peleó y que jamás hizo propaganda política de la guerra.

No sobra citarlo, en su Autobiografía, sobre cómo se sienten los arquitectos de países cristianos con respecto a los de países musulmanes: “…Los arquitectos de cierta importancia en países cristianos se sienten muy superiores a los musulmanes, porque hasta la fecha éstos jamás han realizado nada comparable a la cúpula de Santa Sofía [1]. Gracias a la ayuda del Todopoderoso y al favor del sultán ha conseguido construir para la mezquita del sultán Selim una cúpula que supera a la de Santa Sofía en cuatro zira (varas) y seis de altura”.    

Tal vez ningún otro poema como Traidor a la patria, resuma mejor la vida de Hikmet en cuanto al hecho de pertenecer al TKP o Partido Comunista de Turquía, es decir, por el simple hecho de ser comunista, sin considerar que también era sociólogo y economista. Una lacra mayor del Sistema-mundo es desconocer no solo la diferencia sino la singularidad del sujeto: ¿debe uno dejar de ser el que es por parecerse a los demás? ¿No es, acaso, permanecer fiel a sí mismo lo que garantiza que jamás se caiga o se pueda caer en el fracaso y así podamos todos sentirnos triunfantes al final como en la africana voz/aforismo Ubuntu? NH podría decir como el antropólogo Darcy Ribeiro: “[…] Me puse del lado de los trabajadores / y me derrotaron. // Pero nunca me puse del lado / de quienes me derrotaron. / Esa, es mi victoria.”

Algún día, cuando el capitalismo aprenda a respetar la diferencia (¿será?), es probable que los que no se le parecen quepan en él, sin suscitar bronca, rencor u odio; así los diferentes sigan siendo marcados, perseguidos como desertores, por ese fanatismo/chovinismo mediático del Establishment. Nazim Hikmet sigue traicionando a su patria: “Ha dicho: ‘Somos a medias una colonia del imperialismo yanqui’. NH sigue traicionando a su patria. / Esto lo ha sacado un periódico de Ankara, a tres columnas / y con exclamaciones en negrita, / al lado de la fotografía del almirante Williamson, / el [gringo] sonríe de oreja a oreja dentro de un cuadrado de 66 centímetros / EEUU ha donado 120 millones de liras a nuestro presupuesto, 120 millones de liras. / Hikmet ha dicho: ‘Somos a medias una colonia del imperialismo gringo’. Nazim Hikmet sigue traicionando a su patria. / Sí, soy un traidor a la patria, si ustedes son patriotas, si ustedes aman a su país, entonces yo soy un / traidor a mi país, un traidor a mi patria. / Si la patria son sus fincas, / si la patria son sus cajas fuertes y los talonarios de cheques que guardan dentro, / si la patria es morir de hambre en las cunetas, / si la patria es tiritar de frío como perros y en verano retorcerse por culpa del paludismo, / si la patria es chuparnos nuestra propia sangre en vuestras fábricas, / si la patria son las pezuñas de vuestros ágapes, / si la patria es vuestro devocionario, la porra del policía, la patria, vuestros fondos, vuestros salarios, / la patria, las bases, las bombas, los cañones de la armada yanqui, / la patria, no liberarse de nuestras podridas tinieblas / entonces yo soy un traidor a la patria. / Escriban a tres columnas, con exclamaciones en negrita: Nazim Hikmet sigue traicionando a su patria.” 28/jul/1962. A pesar de todos estos muros, Eds. La Llamarada (2).

Otro poema clave, Yo soy comunista, en el que se filtra Emre y su ideario: “Yo soy comunista / Porque no veo una mejor economía en el mundo que el comunismo. // Yo soy comunista / Porque sufro al ver a la gente sufrir. // Yo soy comunista / Porque creo en la utopía de una sociedad justa. // Yo soy comunista / Porque cada uno debe tener lo que necesita y dar lo que puede. // Yo soy comunista / Porque yo creo que la felicidad es la solidaridad humana. // Yo soy comunista / Porque yo creo que todas las personas tienen derecho a la vivienda, la salud, la educación, el empleo decente, la jubilación. / Yo soy comunista / Porque no creo en ningún dios. / Yo soy comunista / Porque nadie ha encontrado aún una idea mejor. // Yo soy comunista / Porque yo creo en los seres humanos. // Yo soy comunista / Porque espero que un día toda la humanidad sea comunista. // Yo soy comunista / Porque muchas de las mejores personas en el mundo fueron y son comunistas. // Yo soy comunista / Porque detesto la hipocresía y amo la verdad. // Yo soy comunista / Porque no hay distinción entre yo y los demás. // Yo soy comunista / Porque estoy contra el libre mercado. // Yo soy comunista / Porque quiero luchar toda la vida por el bien de la humanidad. // Yo soy comunista / Porque el pueblo unido jamás será vencido. // Yo soy comunista / Porque usted puede cometer errores, pero no hasta el punto de ser un capitalista. // Yo soy comunista / Porque amo la vida y lucho a tu lado. // Yo soy comunista / Porque muy pocas personas son comunistas. // Yo soy comunista / Porque algunos dicen ser comunista y no lo son. // Yo soy comunista / Porque la explotación del hombre por el hombre existe porque no hay comunismo. // Yo soy comunista / Porque mi mente y mi corazón son comunistas. // Yo soy comunista / Porque soy importante todos los días. // Yo soy comunista / Porque la cooperación entre los pueblos es el único camino a la paz entre los hombres. // Yo soy comunista / Porque la responsabilidad de tanta miseria de la humanidad es de todos aquellos que no son comunistas. // Yo soy comunista / Porque no quiero el poder personal, sino el poder del pueblo. // Yo soy comunista / Porque nadie ha logrado convencerme de que no lo sea.” (3)

Y, (no) por último El gigante de ojos azules, de Antología poética, Ed. Quetzal: “Un gigante de ojos azules / Amaba a una mujer pequeña / Cuyo sueño era una casita / Pequeña, como para ella, / Que tuviera al frente un jardín / con temblorosas madreselvas. // El gigante amaba en gigante, / Su mano, a grandes obras hecha, / Mal podía construir los muros / Ni usar el timbre de la puerta / De una casita con jardín / con temblorosas madreselvas. // El gigante de ojos azules / Amaba a esa mujer pequeña / Que pronto se cansó, mimosa, / De tan desmesurada empresa / Que no concluía en un jardín / con temblorosas madreselvas. // Adiós, ojos azules, dijo. / Y, con graciosa voltereta, / Del brazo de un enano rico / Penetró en la casa pequeña / Que tenía al frente un jardín / con temblorosas madreselvas. // El gigante comprende ahora / Que amores de tanta grandeza / No caben ni siquiera muertos / En esas casas de muñecas / Que al frente tienen un jardín / con temblorosas madreselvas.”

Libros importantes de Hikmet son: Duro oficio el exilio, Ediciones Lautaro, Bs. Aires, 1959 (La Habana, 1975 y Batlló, Barcelona, 1976). Antología, Visor, Madrid, 1970, con traducción de Solimán Salom, también en la edición de 2017, de 212 pp.; La vida es linda, hermano, Futuro, Bs. Aires, 1965; Antología poética, Quetzal, Bs. Aires, 1974; Poemas, Ed. Arte y Literatura, La Habana, 1978; y Últimos poemas I (1959-1960-1961), Guadarrama, Eds. Del Oriente y del Mediterráneo, 2000; Poemas finales. Últimos poemas. Vol. II (1962-1963), escritos en los dos postreros años de su vida por quien según Charles Dobzynski: “Estaba poseído por la utopía que asociaba los sueños de Rimbaud y de Marx: cambiar la vida y transformar el mundo”, esto es, los de un gran poeta y los del mayor de los comunistas, ambos luchadores supremos por la misma causa: la libertad, a partir del amor, del trabajo, de la vida y a partir del amor al trabajo y a la vida, lo que a su vez los hace paradigmas del sacrificio, no religioso sino humanístico, hecho en nombre del amor a favor de “la inmensa humanidad” y también los hace ejemplos dialécticos del mejor oficio terrenal: el oficio de hombre íntegro.

Poetas hispanohablantes han valorado su poesía: Pablo Neruda, Nicolás Guillén, Antonio Gamoneda, Blas de Otero y Pere Gimferrer. De Neruda, Aquí viene Nâzim Hikmet: “Nâzim, de las prisiones / recién salido, / me regaló su camisa bordada / con hilos de oro rojo / como su poesía. // Hilos de sangre turca / son sus versos, / fábulas verdaderas / con antigua inflexión, curvas o rectas, / como alfanjes o espadas, / sus clandestinos versos / hechos para enfrentarse / con todo el mediodía de la luz, / hoy son como las armas escondidas, / brillan bajo los pisos, / esperan en los pozos, / bajo la oscuridad impenetrable / de los ojos oscuros / de su pueblo. / De sus prisiones vino / a ser mi hermano / y recorrimos juntos / las nieves esteparias / y la noche encendida / con nuestras propias lámparas. // Aquí está su retrato / para que no se olvide su figura: // Es alto / como una torre / levantada en la paz de las praderas / y arriba / dos ventanas: / sus ojos / con la luz de Turquía. // Errantes / encontramos / la tierra firme bajo nuestros pies, / la tierra conquistada / por héroes y poetas, / las calles de Moscú, la luna llena / floreciendo en los muros, / las muchachas / que amamos, / el amor que adoramos, / la alegría, / nuestra única secta, / la esperanza total que compartimos, / y más que todo / una lucha / de pueblos / donde son una gota y otra gota, / gotas del mar humano, / sus versos y mis versos. // Pero / detrás de la alegría de Nâzim / hay hechos, / hechos como maderos / o como fundaciones de edificios. // Años / de silencio y presidio. / Años / que no lograron / morder, comer, tragarse / su heroica juventud. // Me contaba / que por más de diez años / le dejaron / la luz de la bombilla eléctrica / toda la noche y hoy / olvida cada noche, / deja en la libertad / aún la luz encendida. / Su alegría / tiene raíces negras / hundidas en su patria / como flor de pantanos. / Por eso / cuando ríe, / cuando ríe Nâzim, / Nâzim Hikmet, / no es como cuando ríes: / es más blanca su risa, / en él ríe la luna, / la estrella, / el vino, / la tierra que no muere, / todo el arroz saluda con su risa, / todo su pueblo canta por su boca.”

P. Neruda: “DURANTE MI ESTANCIA EN MOSCÚ tuve ocasión de establecer relaciones con personajes muy interesantes. En aquel, mi primer viaje a la Unión Soviética, en 1962, me resultó especialmente entrañable conocer al poeta Nâzim Hikmet, un año antes de dura muerte. Fue un encuentro de los que recordaré siempre, por la DENSIDAD HUMANA DE SU VIDA Y DE SU OBRA. LA BONDAD DE SUS OJOS AZULES y su frente pensativa hablaban en silencio de las cárceles turcas en las que había pasado muchos años encarcelado. Un gran poeta popular, de versos entrañables, UNA VOZ CÁLIDA Y PROFUNDA PARA LA PAZ, PARA EL AMOR, PARA ‘LA INMENSA HUMANIDAD’, UN TÉRMINO QUE LE GUSTABA UTILIZAR CON LA MAYOR TERNURA. Nos unieron enseguida historias semejantes, palabras conocidas, palabras de hambre, de piedra y de hierro, de dolor y esperanza e intercambiamos los mismos sueños urdidos en las prisiones de Turquía y España. No conocía aún su noble y grandiosa poesía, después apresé entre mis manos, como agarraría el pan la avaricia de un hambriento, un ejemplar de su libro DURO OFICIO EL EXILIO, traducido por el escritor argentino Alfredo Varela. Me invadió su poesía, abrió en mí un camino muy hondo. Lo tengo, con otros libros amados, en la mesilla de mi alcoba y me sigue desvelando muchas noches y no pocas madrugadas, porque sus versos están muy cerca de mi corazón y del corazón del mundo”. (MARCOS ANA. DECIDME CÓMO ES UN ÁRBOL. Ed. Umbriel TABLA RASA, pp. 232/33) (Subrayados con mayúsculas, de Pascual López S.)

En un cuento de Freddy Téllez, Genaro o la pasión por la geografía, se dice que en un diario tico un científico gringo aseguraba que el Arca de Noé está en las faldas del Monte Ararat (6). El mismo donde ocurrió el Genocidio Armenio (1915/1923) de entre un millón y medio y dos millones de personas, según Ararat (2002), entre otras fuentes, filme del egipcio-canadiense de origen armenio Atom Egoyan, basado en la masacre de Van que el gobierno turco niega hasta hoy, pero que la historia oficial del citado Mustafá Atatürk cifró en 300.000. Dato que el Nobel 2006 Orhan Pamuk desmiente a través de sus libros y cuya masacre ha puesto de nuevo en la palestra de la Historia, lo que, como a Hikmet en su época, le ha costado la bronca de colegas y la persecución de autoridades, ambos tan amigos de la diplomacia y de los pactos de silencio que tanto les convienen al statu quo y al Sistema (in)mundo, jejeje.

En 1938, Hikmet es condenado a más de 28 años de cárcel por sedición, eso que llaman alzamiento contra la jefatura cuando es lealtad a sí mismo, de los cuales pagó 12. Allí, conoció a Orhan Kemal, luego gran escritor, al insigne pintor Ibrahim Balaban y se casó con Münevver Andaç, por segunda vez: lo había estado con Pirayé, de solo 22 años, la pequeña que amaba al gigante de ojos azules, que después le dijo adiós y se fue con un enano rico, já; y allí escribió sus Poemas de las 22-23 horas, y su obra más ambiciosa, Paisajes humanos de mi país, en la que hizo un retrato subjetivo/objetivo del pueblo turco en diversas etapas.

Toda esta experiencia, cruel y terrible, dará origen al filo del tiempo a un entrañable poema, dotado de un lirismo expresivo sin par: una mezcla de asombro entre parejas de oposición: romántico/pragmático, dureza/blandura taoísta, verdad/mentira, opulencia/hambruna, mandato/obediencia, opresor/oprimido, docilidad/sublevación, de las manos, en un mundo en el que se busca no que acabe, como debiera, sino que “no acabe tanta injusticia” y “donde [por contraste] poder vivir sería lo mejor”, Tus manos y la mentira: “Graves como las piedras, / Tristes como canciones de presidio, / Pesadas y macizas como bestias de carga, / Tus manos se parecen / al rostro endurecido / de los niños hambrientos. / Ágiles, laboriosas como abejas, / Pródigas como ubres desbordantes de leche, / Intrépidas lo mismo que la naturaleza, / Bajo su dura piel, tus manos guardan / la amistad y el afecto. / No está nuestro planeta sostenido / por los cuernos de un buey: / Tus manos lo sostienen… / ¡Qué hombres, nuestros hombres! / Los mantienen a fuerza de mentiras, / Siendo que andan hambrientos, / Faltos de carne y pan, / Y dejan este mundo, al que cargan de frutos, / Sin poder verlos en la mesa propia / ni siquiera una vez. / ¡Qué hombres, nuestros hombres! / Sobre todo los de Asia, los de África, / del medio Oriente, del Cercano Oriente, / los de las tantas islas del Pacífico / y los de mi país, / es decir, mucho más del setenta por ciento / de los hombres del mundo: / Están adormecidos, están viejos, / Siendo listos y jóvenes como lo son sus manos… / ¡Qué hombres, nuestros hombres! / Ustedes, mis hermanos de / América o Europa, / Tan alertas y audaces, / A quienes, sin embargo, los aturden / lo mismo que a sus manos, / Y les mienten, / y los hacen marchar… / ¡Qué hombres, nuestros hombres! / Si mienten las antenas de las radios, / Si mienten las enormes rotativas, / Si miente el libro y mienten los afiches, / Si mienten los anuncios de los diarios, / Si mienten las desnudas piernas de las muchachas / en el teatro y en el cine, / Si hasta mienten las canciones de cuna, / Si miente el sueño, si el pecado miente, / Si miente el violinista de la boîte, / Si miente el plenilunio / en las noches sin ninguna esperanza, / Si mienten la palabra, / el color y la voz, / Si miente el que te explota, / el que explota tus manos, / Si todo el mundo y todas, todas las cosas mienten, / a excepción de tus manos, / Es para que tus manos siempre sean / dóciles como arcilla, / ciegas como la noche, / idiotas como el perro del pastor, / Y para que jamás se subleven tus manos / Y para que no acabe jamás / tanta injusticia / -Ideal del traficante- / Sobre este mundo nuestro, / este mundo mortal / Donde poder vivir / sería lo mejor.” Traducción de Fernando García B. (FGB)

 

Advierto, no soy comunista (ni tonto) y no me faltan ganas de serlo, comunista, jejeje, al ver tanta injusticia, como la que se intenta conservar aun a costa del sueño libertario orbital: poder vivir, incluso en poesía que, contra lo que se piensa, no es fácil: el poeta lleva en sí una pena que se transforma en otra hasta el infinito, cuando es capaz, eso sí, de ponerse en el lugar del Otro. Y es capaz de agradecer al Otro, a los demás, a un hipotético o real ti, como hace Nazim Hikmet en el poema Gracias a ti, en el que no se sabe si se trata de un ser o de su país al que agradece pues en el segundo enlace que aquí aparece, empieza “Gracias a ti, mi amor”; en este, oficial, traducido por FGB, no: “Gracias a ti / cada uno de mis días es un mundo / limpio y perfumado que huele a melón. / Gracias a ti todas las frutas / se ofrecen a mi mano como si yo / fuera el sol. / Gracias a ti solo pruebo la miel de la esperanza. / Gracias a ti late mi corazón. / Gracias a ti mis noches más solitarias / son como un kilim de Anatolia / que sonríe / desde la pared. / Gracias a ti al final de mi camino / sin llegar a mi ciudad, / he descansado en una rosaleda. / Gracias a ti, no dejo entrar a la muerte / que con sus cantos llama a mi puerta / vestida con sus más sutiles ropajes / y me invita al gran descanso.”

Ningún mapa del paisaje poético hikmetiano estaría completo sin citar su Autobiografía: Nací en 1902 / no he vuelto nunca a mi ciudad natal / no me gustan los retornos / a los tres años en Alepo era nieto de bajá / a los diecinueve, estudiante en la universidad comunista de Moscú / a los cuarenta y nueve otra vez en Moscú invitado por el Comité Central y desde los catorce años soy poeta // hay hombres que conocen las diferentes clases de hierbas; otros, de peces; / yo, de separaciones / hay hombres que se saben de memoria el nombre de cada estrella; / yo, de nostalgias // he dormido en las cárceles y en los grandes hoteles / he conocido el hambre y también la huelga de hambre y no hay plato / que no haya probado / a los treinta años quisieron ahorcarme / a los cuarenta y ocho quisieron / concederme el Premio Mundial de la Paz / y me lo concedieron / a los treinta y seis durante medio año solo pude recorrer cuatro metros / cuadrados de hormigón / a los cincuenta y nueve volé desde Praga a La Habana / en dieciocho horas // no conocí a Lenin pero hice la guardia de honor junto a su féretro en 1924 // en 1961 el mausoleo que visito son sus libros // han intentado alejarme de mi partido / pero han fracasado / tampoco he sido aplastado por los ídolos caídos // en 1951 viajé por mar hacia la muerte con un joven camarada / en 1952 con el corazón cascado esperé la muerte durante cuatro meses // estuve locamente celoso de las mujeres a las que amé / no envidié a nadie ni siquiera a Charlot / engañé a mis mujeres / pero nunca hablé mal de mis amigos a sus espaldas // he bebido pero no soy un borracho / tuve la suerte de ganarme siempre el pan con el sudor de mi frente // si mentí fue porque sentí vergüenza ajena / por piedad / pero también he mentido porque sí // he montado en tren en avión y en coche / la mayoría no puede hacerlo / he ido a la ópera / la mayoría no puede ir y ni siquiera sabe que existe / sin embargo desde 1921 no voy a muchos de los sitios / donde va la mayoría la mezquita la iglesia la sinagoga / el templo el curandero / pero a veces me gusta que me lean los posos de café // se me ha publicado en treinta o cuarenta lenguas / pero estoy prohibido en Turquía en mi propia lengua // hasta ahora no he tenido cáncer / tampoco es obligatorio / nunca seré primer ministro o algo parecido / tampoco me gustaría serlo / nunca he ido a la guerra / no he descendido a los refugios en medio de la noche / no he recorrido los caminos del exilio bajo el vuelo rasante de los aviones // pero me he enamorado ya cerca de los sesenta / camaradas en pocas palabras / hoy en Berlín aunque muerto de nostalgia / puedo decir que he vivido como un hombre / pero los años que me quedan por vivir / y las cosas que puedan sucederme / ¿quién lo sabe? Escrita en Berlín Oriental el 11/sept/1961: tomada de Últimos poemas 1959-1960-1961. Trad. FGB. “HE VIVIDO”, reitera en El vivir no admite bromas. (No) es curioso que el libro de memorias de su amigo Neruda se titule Confieso que he vivido.  

Tampoco hay una tasación sustantiva de su vínculo vida/trabajo, si no se cita una bella/sutil pieza sobre la honradez, la ética, la transparencia, de un campesino sin vanas ínfulas de citadino, como es la reflexiva/honda Sobre mi poesía, en la que queda claro que quien no se conforma con poco, no se conforma con nada, máxime si el origen de ello es harto dudoso: “No ensillo mi caballo con apero de plata / ni dispongo de rentas / de quién sabe qué origen. / Yo no tengo ni bienes ni dominios / no tengo más que este tazón de miel / de miel color de fuego. / Este es mi único bien / y sin embargo / tengo que defender / contra las sabandijas / mi bien y mi dominio / vale decir / este tazón de miel. / Hay que tener paciencia, / tener paciencia, hermano / siempre que tengas miel en tu tazón / su abeja llegará desde Bagdad.”

 

Pasar la mayor parte de su vida en la cárcel, dificulta afirmar dónde está la casa de Hikmet: en cambio, muy fácil es saber que su casa fue el mundo (“El país que prefiero es la tierra”, dice en Como semillas y “contento de haber venido al mundo” en Desde las cuatro cárceles) (7), el mundo de la poesía y por ello sufrió el acoso constante del Poder, no para dejarlo en la calle, que sería lo de menos pues allá termina todo marginal, sino en ese espacio que de modo tan alevoso niega el movimiento, razón de ser del hombre y de la vida. Poder que de forma tan vívida/lúcida define el dramaturgo P. Handke (Griffen, 1942), el arcángel del cineasta W. Wenders (Düsseldorf, 1945): “Lo que me irrita y me incapacita para llevar una existencia política, no es la aversión a la violencia, sino la aversión al Poder. El Poder, en tanto puede permitirse convertir la violencia en ritual, consigue que esta aparezca como la razonable. Mi repugnancia ante la violencia razonable del poder es inconmensurable. Concibo a casi todos los poderosos como hombres informes y faltos de vida.” (8) Por una campaña internacional que pedía su liberación, es amnistiado en 1951, deja Turquía para siempre y marcha en definitiva hacia la URSS. Al serle arrebatada la nacionalidad turca, termina su vida, en el exilio, como ciudadano de Polonia. Muere de un ataque cardiaco, en Moscú, 3/jun/1963 (9).

En suma, Hikmet fue un ser humano, un poeta, un artista: comunista, porque la cooperación es vía a la paz entre los pueblos y fin de competencia/éxito/vanidad del capitalismo; que supo dejar en libertad la luz prendida; ver que las manos del hombre sostienen el planeta y lo cargan de frutos que jamás vieron en su mesa; combatir la injusticia, contra el traficante, para poder vivir en este mundo mortal; resistir la llegada de la muerte a la puerta; aceptar separaciones y nostalgias; no dejarse tentar a ser alejado del Partido; ser un orate celoso de las mujeres a las que amó y a las que, no obstante, engañó, sin hablar mal de los amigos a sus espaldas; no envidiar a nadie, ni siquiera a Charlot; conocer, como los niños de la Guajira, el hambre, y la huelga de hambre, un poco menos eso sí que Gandhi, y aun así no dejar plato sin probar. Que publicó en 40 lenguas pero fue prohibido en la suya dentro de Turquía; que no tuvo cáncer, cosa que por fortuna no es obligatoria; que no quiso ser primer ministro ni le hubiera gustado; que nunca fue Mambrú porque la guerra es una mierda, excepto para quienes no mandan sus hijos a pelear; que ejerció el oficio de hombre, aunque no pudiera anticipar el porvenir: ¿chi lo sa?; que no tuvo bienes ni dominios, salvo un tazón de miel, lo que vuelve paciente al que sea pues teniendo dulzura en la vida, su abeja llegará incluso desde Bagdad. Sí, uno puede cometer errores, pero no al punto de ser capitalista, menos en esta sociedad hedonista/consumista/nihilista de la posverdad. Frei Betto: “Si llego a tu casa a pie, tengo valor Z; si llego en el último Mercedes Benz, tengo valor A. Soy la misma persona, pero la mercancía que me recubre es la que decide socialmente mi valor” (10). Si en la economía clásica, la ecuación era Persona Humana-Mercancía-Persona Humana, en la cual determinada ropa permitía convivir con los demás, ahora la ecuación es Mercancía-Persona Humana-Mercancía, en la que la marca determina tu valor, no tengo el prestigio de todos los días como comunista y todo valor de uso deviene valor de cambio. Así, solo cabe recuperar la utopía sobre el valor de uso del lucro, instaurar la globalización de la solidaridad a cambio de la hasta ahora globalizada miseria, buscar espacios de cooperación a cambio del rechazo y descarte que practica el capital, por una nueva racionalidad socio/económica y política, lo mismo que valorar el mundo de los humanos en contra del hoy reinante mundo de las cosas.

Hikmet firma una poesía que se mueve en los planos cotidiano, político, existencial, filosófico y socio/económico, no neutral bañada en aguas de desafío e irreverencia, humor e ironía, a la que se tilda de poesía social, crítica o de conciencia, que centra su temática en el humano para exaltar sus virtudes genéricas o específicas o para denunciar abusos/tropelías e injusticias cometidos/tolerados por los Poderosos, esos seres informes y faltos de vida, en toda forma. Un reparo: toda poesía es social y política puesto que filtra la pericia del artista respecto a su sociedad; es crítica en tanto no sea simple ensueño o retrato idílico de asuntos vitales o mirada abstraída sobre pájaros, ángeles o diablos; es de conciencia en tanto acto de rastreo y no de mero escapismo. Por ello, con frecuencia, Poder y medios masivos desvirtúan, desprestigian, pervierten, acallan, censuran, a los autores, cuando no persiguen y/o linchan, como le pasó a Hikmet. Quien tras tanto acoso no tuvo más remedio que escribir Sobre quedarse sorprendido, luego de olvidarlo, de verificar que la sorpresa lo había dejado: “Puedo amar, / y tanto, / pide lo que quieras, / mi vida, mis ojos. / Puedo enfurecerme, / mi boca no se llena de espuma, / pero la ira de un camello no es nada al lado de la mía, / solo la ira del camello, no su rencor. / Puedo comprender / muchas veces con mi nariz, / es decir, oliendo lo más oscuro, lo que está más lejos / y puedo pelear, / por todos y por todo lo que me parece justo, correcto y hermoso, / ni mi edad ni mi porte me lo impiden, / sin embargo, hace tiempo que se me olvidó quedarme sorprendido. / La sorpresa me dejó y se fue con sus ojos bien abiertos / y bien jóvenes. / ¡Qué lástima! Tanganica, feb/1963, Hotel Maranga. Y de quien se habla aquí, a nombre a Paulo Freire por vía de Frei Betto, desde su propia órbita poética/histórica: “Cuando cambiamos de lugar social, cambiamos de lugar epistémico”. F. Betto reflexiona: “La cabeza está ahí donde los pies pisan. Cada punto de vista es la vista a partir de un punto.” (Íbid.) Como quien sabe inducir/preparar a calzarse los zapatos del otro.  

Hikmet fue objeto de la paranoia del poder, que ve un verdugo en el oprimido de carne tierna/sufriente, engullido con avidez por el opresor al que debe resistirse como sea: “Me está prohibido / hablar con otro que no sea yo, / ni saludar a otro preso”. Esto evidencia el silencio impuesto como símbolo de muerte anticipada; la ruindad del que juega a la sórdida dialéctica amo/esclavo; el ignorar la libertad de expresión/opinión y movimiento de forma concreta. Solo el día que la mayoría esclava, que no advierte serlo, aprenda a tolerar la diferencia, la que siempre encarnó el poeta, el mundo será un lugar donde ya no cabrá más la injusticia y donde lo mejor será poder vivir en paz y sin prejuicios. ¿Por qué tanta fobia = miedo a la diferencia si es el mejor y el más expedito camino a la igualdad, no su antinomia? ¿Para qué afanarse en estériles luchas, si al final del camino se encuentra como todo premio un sepulcro profundo y una nada infinita? ¿O alguien ha visto a un difunto pasar con sus bártulos camino al cementerio? Reitero, no soy…, perdón, no era comunista, pero como no soy tonto me convertí, leyendo, entre otros, a Hikmet: comunista real, no como quienes lo son con lo de los demás y capitalistas para sí. Así esté prohibido prohibir y a la vez prohibido fijar carteles (11), ojalá, a futuro, se prohíba hablar solo al que lo haga sin sentido consigo mismo y no con el que sea comunista o no. Aunque me quedara corto sobre el poeta turco/universal, me asiste un consuelo: a quien pretenda hablar de un alma desbordada jamás le alcanzarán las palabras.

 

Notas:

(1) Santa Madre Sofía o Hagia Sophia (del griego: Santa Sabiduría; en latín: Sancta Sophia o Sancta Sapientia; en turco: Ayasofya) antigua basílica patriarcal ortodoxa, luego convertida en mezquita y hoy en museo, en Estambul, capital turca. Desde su dedicación en el año 360 y hasta 1453 fue la catedral ortodoxa bizantina de rito oriental de Constantinopla, excepto entre 1204 y 1261 en que fue reconvertida en catedral católica de rito latino, durante el patriarcado de Constantinopla del Imperio Latino, fundado por los cruzados. Tras la Conquista de Constantinopla por el Imperio Otomano, fue transformada en mezquita, manteniendo esta función entre el 29/may/1453 y 1931, año en que fue laicizada o secularizada. El 1/feb/1935 fue inaugurada como museo. Fuente: Wikipedia.

(2) Otra versión, más breve: Nazim Hikmet sigue siendo un traidor a la patria. Sí. Yo soy un traidor a la patria, si vosotros sois los patriotas. Si vosotros sois los defensores de esta patria, yo soy traidor a la patria. Yo soy traidor a la patria, si la patria son vuestras fincas, si es todo lo que hay en vuestras cajas de caudales, si es todo lo que hay en vuestros talonarios de cheques. La patria. Si la patria es reventar de hambre en las calles. Si la patria es temblar de frío afuera como un perro y retorcerse de paludismo en verano, si es beber nuestra sangre escarlata en vuestras fábricas. La patria. Si la patria son vuestras garras de grandes latifundistas. Si la patria es el catecismo armado de lanzas. Si la patria es la porra de la policía. Si la patria son vuestros créditos y vuestras remuneraciones. La patria. Si la patria son las bases americanas, la bomba americana y los cañones de la flota americana. Si la patria no es liberarse de nuestras podridas tinieblas, entonces, yo soy traidor a la patria. Escriba sobre tres columnas en caracteres bien negros y destacados: Nazim Hikmet continúa siendo traidor a la patria. 9-10 pm poemas, Nazim Hikmet. Colección Antológica de Poesía Social, Vol. 20, Entre los poetas míos, pdf 45 pp.: p. 30.

(3) http://cuestionatelotodo.blogspot.com/2013/01/yo-soy-comunista-por-nazim-hikmet.html   

(4) https://operamundi.uol.com.br/sociedade/54787/tumulo-de-karl-marx-e-atacado-com-um-martelo

(5) http://www.rebelion.org/noticia.php?id=236836   

(6) http://www.rebelion.org/noticia.php?id=230097

(7) file:///C:/Users/Santiago/Downloads/cuaderno-de-poesia-critica-n-020-nazin-ikmet.pdf

(8) http://www.rebelion.org/noticia.php?id=250188

(9) En Lo sé, de sobra lo sé…, Hikmet prefigura su muerte: “… ya no bajaré de ningún tren en ninguna estación / no sé / a quién de nosotros le toca hermana mía / si al cáncer tuyo / si al infarto mío / no sé no sé”.

(10) https://www.youtube.com/watch?v=L8AX0ezamaA

(11) Prohibido fijar carteles, Jorge E. Adoum (1926-2009): Despiertas casicadáver cuando el reloj lo ordena,/ el día no te espera, hay tanto capataz que mide/ el milímetro del centavo que se atrasa por ti,/ bebes el café que te quedó de ayer y sales consuetudinario, PROHIBIDO CURVAR A LA IZQUIERDA,/ y casi, PROHIBIDO PISAR EL CÉSPED, pisas el césped/ porque ibas a caerte, luego avanzas, ciudadano,/ y durable, PROHIBIDO CRUZAR, sin saber para qué lado/ y ni para qué, PROHIBIDO ESTACIONARSE, porque no puedes/ parar la maquinaria infatigable con tu dedo/ sólo porque te entró una astilla en el alma,/ OBEDEZCA AL POLICÍA, así es más fácil, saluda,/ di que sí, que bueno, PROHIBIDO HABLAR CON EL CONDUCTOR,/ y quitándose dócilmente el sombrero estupefacto,/ PÓNGASE EN LA COLA, anuncia tu hereje necesidad/ de trabajar en lo que fuese, NO HAY VACANTES,/ tal vez el año próximo por la tarde, pero no te dejan/ dejar para mañana lo que puedes morir hoy/ y aguantas y volverás cuando te llamen,/ PROHIBIDO USAR EL ASCENSOR PARA BAJAR con tus piernas,/ para eso/ las tienes gratis desde el último accidente,/ NO SE ACEPTAN RECLAMOS, para que vayas de guerra/ en guerra con tu himno nacional, SONRÍA, tu banderita,/ la patria a la que le debes tanto, como todos,/ pero ten cuidado, imbécil: por ir pensando en tu metafísica descosida ibas a entrar en el parque público,/ PROHIBIDA LA ENTRADA, zona estratégica, tú, negro/ humano, perro cívico, civil, SILENCIO, y tú sabes/ que no debes, PROHIBIDO PORTAR ARMAS, eso también/ se sabe y tampoco los proyectos de amor, los aromas/ futuros, no suena todavía la sirena de las seis,/ PROHIBIDAS LAS HUELGAS, que es cuando puedes pensar,/ LEA SELECCIONES TOME COCA-COLA PROHIBIDO ESCUPIR,/ hombre libre de este país libre del mundo libre,/ y acatas las yuntas formidables de los diarios/ y agradeces: otros piensan por ti y les cuesta/ para que sigas libre, no te llames, PROHIBIDO USAR EL TELÉFONO, sólo para tener quién pregunte por ti, PROHIBIDAS LAS VISITAS EN LAS HABITACIONES/ vayan a creer que estás enfermo, PROHIBIDO FORMAR GRUPOS,/ porque tú, individuo, aislado, alicaído, con el vientre pegado al paladar que te sabe a medalla, eres inofensivo;/ mejor apágate la luz, deja para algún día los rencores,/ ponte en toque de queda, métete en ti, prolóngate,/ durmiendo para que vuelvas a amanecer, heroico/ De puro testarudo, a leer las nuevas instrucciones/ para hoy como un estado de sitio; prohibido tener libros de Marx y otros libros, prohibido llevar los cabellos como te dé la gana, prohibido ir a Cuba, prohibido besarse en los parques, prohibido tener fotografías del Che, nombrar al Che, leer al Che y otros autores,/ prohibidas las faldas cortas, las películas suecas,/ las canciones de Bob Dylan, los dibujos de Siné,/ prohibido hablar mal del gobierno, prohibida la información sobre los grupos subversivos, prohibidas todas las manifestaciones, queda prohibida la lucha de clases ha dicho el Presidente,/ y sigues, aguantón y cobarde, sólo porque el instinto, él también,/ quién lo creyera, te colgó su letrero: SE PROHIBE MORIR.

***

* (Bogotá, Colombia, 1957) Padre de Santiago & Valentina. Escritor, periodista, crítico literario, de cine y de jazz, catedrático, conferencista, corrector de estilo, traductor y, por encima de todo, lector.  

lucasmusar@yahoo.com           

 

 

 

Por Luis Carlos Muñoz Sarmiento*

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