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Premio Nacional de Poesía para 'Música lenta' de Nelson Romero Guzmán

El Ministerio de Cultura anunció ayer que “Música lenta” (2014), del poeta tolimense Nelson Romero Guzmán, es la obra ganadora entre 34 proyectos presentados y 15 finalistas.

Redacción Cultura
19 de agosto de 2015 - 03:20 a. m.
“Yo no escribo en función de los premios, lo hago como consecuencia de un impulso, de una necesidad vital. Pero también es cierto que los premios son una opción de impulsar los libros”.  / Cortesía MinCultura
“Yo no escribo en función de los premios, lo hago como consecuencia de un impulso, de una necesidad vital. Pero también es cierto que los premios son una opción de impulsar los libros”. / Cortesía MinCultura

Elegido entre 15 finalistas, Música lenta, del tolimense Nelson Romero Guzmán, fue galardonado con el Premio Nacional de Poesía otorgado por el Ministerio de Cultura a través la Convocatoria de Estímulos 2015. El jurado, conformado por los poetas Juan Gustavo Cobo Borda, Horacio Benavides Zúñiga y Álvaro Rodríguez Torres, dijo en el acta que “Música lenta es un libro muy original, que mezcla diversas texturas literarias y plásticas. Recobra fantasmas como en La última crónica del tren, que nos sitúa en su comarca natal, Tolima, y en los ásperos tiempos de violencia que vivimos. Juega también con su propia escritura en ironías y paradojas propias ya de un escritor formado. También en su obra se nota la terribilidad de unos poemas como Puerta 1 y Puerta 2, donde encontramos imágenes de gran poder capaces de cauterizar y redimir como toda gran poesía”.

En Música lenta “la escritura es una cámara de torturas”, dice Jorge Gaitán Bayona, y aparecen las voces de poetas malditos. Allí el autor imagina poemas que habrían escrito el Conde de Lautréamont, Antonin Marie Joseph Artaud y Jean Genet.

No es la primera vez que Romero Guzmán toma prestados referentes artísticos y literarios para escribir. Los protagonistas de sus obras son artistas incomprendidos en su tiempo, pero artistas visionarios, si volteamos la mirada hacia el pasado. Vincent Van Gogh aparece en el libro Surgidos de la luz, Goya está en La quinta del sordo y Edvard Munch, en Bajo el brillo de la luna, poemario con el que Romero Guzmán ganó por unanimidad, en enero de este año, el reconocido premio Casa de las Américas.

Juan Gustavo Cobo Borda afirmó que también el libro Música lenta obtuvo el premio por unanimidad, por ser un trabajo muy coherente en su asimilación de las referencias literarias y plásticas. “También posee una proyección muy colombiana con homenajes a poetas como Aurelio Arturo, así como un tratamiento valiente de episodios terribles de la violencia en Colombia, todo desde una perspectiva muy finamente creativa; no se trata de una denuncia elemental, sino que hace que la poesía cure y reviva esa tragedia de nuestro país”. Además, dijo, algunos de los poemas tratan tópicos que “dan una visión lejana a los viejos trenes que cruzaban la geografía del país, y que poseen unas variaciones muy originales en las que el autor nos introduce en esos trenes, para observar personajes, sonidos y paisajes que poco a poco se van volviendo como fantasmas o sueños de infancia, haciendo así un recorrido sobre algo que ya no existe”.

Además de su obra poética, Romero Guzmán —dice una nota del portal tolimense El Nuevo Día— tiene una destacada formación académica y varios ensayos y artículos sobre literatura. Esa vena crítica se siente incluso en sus poemas. Como dice Gabriel Arturo Castro, en su creación “enlaza, incorpora y conjuga dos círculos de interpretación: la asimilación de la poesía a la narrativa y el carácter ensayístico de algunos de sus poemas”.

Música lenta ( 2014) se publicaron no más de 200 ejemplares. El poemario es una recopilación de textos poéticos escritos a lo largo de cinco años. “Allí concibo la idea de la escritura como un punto de partida del libro mismo. Contiene algunas imágenes que se generan a partir de la realidad colombiana, de nuestros conflictos, tituladas bajo el nombre de Música lenta, que en realidad hace referencia a esa música trágica de lo que vivimos. Hay imágenes que tienen que ver con esos instrumentos atroces como las bombas. Entonces es una música que nos tortura lentamente, y allí aparecen esos elementos catastróficos de esos sonidos producidos por este tipo de instrumentos, que no son propiamente musicales, pero que tienen esa relación paradójica; pero también está la idea de música en relación con la escritura”, dijo Romero Guzmán. Señaló que su libro también recoge elementos vinculados con la cotidianidad propiamente dicha, “pero estos elementos están impulsados por un lenguaje mucho más escueto, por una imagen de la realidad más directa. En ellos trato de concebir elementos como la ironía o el juego con el lenguaje, buscando tal vez, efectos de humor. Aunque es difícil definir un libro a través de algunos elementos. Yo creo que es el lector quien en últimas puede dimensionar y resignificar lo que dice el libro”.

En el acta el jurado destacó como suplente el libro de Santiago de Carlos Enrique Vásquez Tamayo, “El nacimiento de un hijo, que es a la vez el nacimiento de un libro realizado en una especie de soliloquio, una reflexión íntima y profunda sobre la vida y la muerte hace verosímil y conmovedor este libro”.

Por Redacción Cultura

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