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Renée Fleming: El jazz me enseñó a ser libre

La soprano es una de las voces más importantes del canto lírico. Hará parte de la banda sonora de la película ‘El origen de los guardianes’

Juan Carlos Piedrahíta B.
16 de noviembre de 2012 - 10:12 p. m.
Renée Fleming comenzó sus estudios en Estados Unidos y los culminó becada en Alemania. / Decca-Andrew Eccles
Renée Fleming comenzó sus estudios en Estados Unidos y los culminó becada en Alemania. / Decca-Andrew Eccles

Hija de dos profesores norteamericanos de canto, Renée Fleming es una de las sopranos más reconocidas en la actualidad. Cantante de un trío de jazz en el comienzo de su carrera, ha tenido un vertiginoso ascenso en el mundo de la ópera.

Ha participado en montajes para las óperas de Nueva York, San Francisco y La Scala, en Milán, sólo por mencionar algunas. Ganadora de una beca Fulbright y condecorada con la Legión de Honor en Francia, Fleming es una figura imponente, tanto en el escenario, como fuera de él. Por ejemplo, el chef Daniel Boulud creó, en 2000, un postre en su nombre. Hoy estará en el Teatro Julio Mario Santo Domingo, de Bogotá.

Sus padres fueron sus primeros maestros. ¿Cuán importantes fueron sus enseñanzas?

Fueron muy importantes porque me criaron en una casa que siempre estaba llena de música y ésta se convirtió en una especie de segundo idioma, algo aún más relevante cuando uno es muy joven.

Se ha dicho que usted es una de las mejores intérpretes de Mozart y de Richard Strauss. ¿Son sus compositores favoritos?

Pues llevo los últimos 12 años enfocándome en Strauss, sobre todo, pero Mozart fue increíblemente importante cuando mi carrera apenas estaba comenzando y pienso en él casi como otro profesor vocal, porque interpretarlo siempre implica un gran reto.

¿Cómo recuerda sus actuaciones en el trío de jazz en sus años de formación musical y qué aprendió del jazz?

El jazz fue vital para mí en la medida en la que me enseñó a ser extrovertida, menos tímida y, en general, a ser más libre en términos musicales. En últimas, esto fue muy útil porque, como intérpretes, es necesario traer algo de frescura a la música de grandes compositores. El entrenamiento con el jazz me ayudó a desarrollar mi imaginación musical.

Algunas sopranos afirman que hay edades para asumir roles de determinados compositores. Las obras de Wagner, por ejemplo, son para voces maduras. ¿Está de acuerdo con esa afirmación?

No creo que sea un asunto de edad. Se trata más de tener una voz apropiada. Yo, por ejemplo, no tengo una voz adecuada para ese tipo de repertorio. Lo más importante es escoger la pieza adecuada para cada voz.

¿Ha considerado alguna vez que la ópera es un espectáculo para la élite?

Creo que sí ha tenido esa etiqueta por un tiempo, pero en varios lugares en el mundo se han tomado medidas para que sea un espectáculo más accesible para diferentes públicos.

¿Qué la motivó a escribir el libro ‘The Inner Voice: The Making of a Singer’?

En realidad no fue mi idea, sino de la editorial que me contactó. Nunca me imaginé que me tomaría tanto tiempo y el reto que implicaría, pero, a la vez, estoy muy agradecida de haberlo hecho. Además, disfruto el hecho de que el libro pueda ayudar a cantantes jóvenes y a sus familias a entender cuáles son los obstáculos en esta carrera.

A usted se la conoce como “La diva del pueblo”. ¿Se siente cómoda con esa denominación?

Sí. Diva, en su buena acepción significa “diosa en el escenario”. Espero serlo en el mejor sentido de la expresión. Cuando se trata del mal comportamiento fuera del escenario, es algo en lo que no tengo ningún interés.

Teatro Julio Mario Santo Domingo: Calle 170 No. 67-51Boletas en TuBoleta (5936300-www.tuboleta.com)

Por Juan Carlos Piedrahíta B.

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