Origen de la noche
“¿Te complaces también en nosotros, Noche oscura? ¿Qué es lo que ocultas bajo tu manto, que, con fuerza invisible, toca mi alma?”.
Novalis
Acecha una música de percusión primigenia.
Las calles al ocaso, arterias que bullen, hombres de zapatillas lustradas y mujeres en trajes de luces. Lomos encorvados sobre el destello del teléfono.
Movimientos en la penumbra, rumor de cuerpos ébano. Guiados por el deseo de volver al vientre se reconocen negros.
Llevan diamantes de sudor en la frente, escupen poemas y manchan los libros de historia con jagua.
Antropófagos de caza, extinta la presa. Escupen sobre dispositivos.
Ira contra los cueros, labriegos de su instinto creador, adoran a la Umbra.
Pechos de magma, que elevan su nivel al ritmo de la tumbadora.
Ojos de abismo ardiente, sexos de estalactita, cicatrices descomunales.
Seres de raíz, de lava, de pasos firmes hacia el infierno.
Van fertilizando la tierra que otros redujeron a polvo.
Danzan para sacudir de sus mentes las esquirlas de un dios muerto.
Por la columna vertebral, corriente fulminante: haz de rayos ébano;
En los resquicios de un mundo volátil y de cielo maldito, planta de amapola que repta y engulle al mundo.
Carolina Vásquez
***
Mutaciones poéticas
En mi familia no hay poetas.
Pero mi abuelo Gregorio,
cuando regaba el huerto en Belinchón,
se quedó tantas tardes
velando las acequias, murmurando:
No bebemos
el agua: es ella quien nos bebe.
El agua
es
la mujer.
No, en mi familia no hay poetas.
Pero una vez, muy niña, encontré cáscaras
de huevo azul
a los pies del almendruco.
Se las mostré a mi padre y mi padre, silencioso,
me enseñó a hacerles un nido
con ramaje;
y me enseñó por qué: hay pedazos de vida
que son
sueños enteros.
En mi familia, os digo, no hay poetas.
Pero cuando mi bisabuela
Asunción
contempló por vez primera el mar
-la primera y la única-,
me cuentan que se quedó muy seria, muy callada,
durante un ancho rato, hasta que dijo:
Gracias
por
los ojos.
No sé de dónde salgo. En mi familia
no hay poetas
malos.
Martha Asunción Alonso (España)
***
Los que miran
Basta decir que los sonidos
Son el camino quejumbroso
Son el anhelo las victorias
La tímida espera
espuma sobre las olas
Pero hay sonidos que enloquecen
Que caen a cuenta gotas
Que se olvidan de pasar por la ventana
Para dejar la esperanza de tu día.
Diana Reza (México)
***
Lo que vendrá
Lo que vendrá
será sombra / pájaro muerto
risa quebrada por el cristal del miedo.
Lo que vendrá / se escapará del reloj
igual que el amor juramentado
en una cama revuelta.
Lo que vendrá
es / irá siendo / será
puro ayer
en el intenso instante de un respiro.
Lilián Toledo (Uruguay)