El Magazín Cultural

“Las víctimas son la reserva moral y ética de la sociedad”: María José Pizarro

Se presentó en el Festival Quindiano de Cine y Video el documental “Pizarro”, para conmemorar los 31 años de la toma del Palacio de Justicia. Su hija habló sobre su mirada desde la experiencia y del trabajo solidario con las familias de las víctimas.

Adriana Patricia Giraldo Duarte
11 de noviembre de 2016 - 02:45 a. m.
María José Pizarro, la hija del máximo comandante del grupo guerrillero M-19 , presentó el documental “Pizarro”. / Cortesía
María José Pizarro, la hija del máximo comandante del grupo guerrillero M-19 , presentó el documental “Pizarro”. / Cortesía

La historia de María José Pizarro es un camino largo. Hoy tengo 38 años. Exactamente la edad que tenía mi padre, Carlos Pizarro, cuando lo asesinaron y puedo decir con certeza que tuvo ética hasta para hacer la guerra. 

Hoy mi vida habla por mí y por mi historia. Yo vi lo que ocurrió en el Palacio de Justicia, por televisión. Vi las humaredas alzarse sobre el palacio; vi a mi madre llorar por los compañeros que habían caído; recordé a muchos de ellos, porque fue la gente que me educó. Creo que ese día perdió el M19, el Estado, las víctimas, y perdimos todos porque es un quiebre que aún no hemos logrado superar.

Vengo trabajando desde hace cuatro años con las familias de las víctimas para decirle al país que, aunque nos han dicho que no podemos reconciliarnos y trabajar juntos, están equivocados. Que el dolor es, precisamente, lo que nos une, ahora que el país está más listo que nunca para reconciliarse y tomar caminos diferentes.

Mientras los otros hacen la guerra, nosotros estamos entregándole al país opciones diferentes. Esa decisión la asumimos con responsabilidad y entereza y es la vida la que habla por nosotros. Lo nuestro es un sendero de respeto, de esperanza, de dignidad, de amor.

Hacer el documental de la vida de mi padre fue encontrarme a mí misma y representó la fuerza que necesitaba para poder decirle a Colombia que yo provenía de un ser grande. Yo parí a mi padre y se lo entregué a este país con mi mirada. Fui a los territorios, me metí a los lugares del combate, fui a la cárcel, hablé con muchas personas para poder defender con autoridad y legitimidad una historia digna.

Pero soy más que eso. Soy María José la que camina con sus propios pies, la que reinterpreta la historia y la desarma porque cree que debemos tener miradas mucho más críticas y conscientes. 31 años después es nuestra oportunidad única, nuestro momento, y torpes seríamos si no fuéramos lo suficientemente inteligentes, grandes y asertivos en la toma de decisiones.

Este camino ha sido un acto de amor por mi padre, por mi madre, por sus compañeros, por la historia de este país, por las regiones que han sido golpeadas, porque creo que tenemos que humanizar al enemigo, que es un ser humano con sueños, así no se correspondan con los nuestros.

Tenemos que defender el derecho a la vida, el derecho a coexistir. Carlos Pizarro afrontó sus decisiones, quiso vivir para demostrar cuáles eran las motivaciones de su camino, pero la intolerancia no dejó que viviera 45 días después de firmar la paz.

Las víctimas estamos dispuestas a la reconciliación. No queremos seguir apostando a la guerra. Yo no quiero que mis hijas sean huérfanas como lo fui yo, a pesar de que me siento una gran afortunada en el universo de las víctimas.

Nacimos cayéndonos, pero también sabemos cómo levantarnos. Estamos de pie y creemos que este país tiene que tener una opción diferente porque Colombia merece una segunda oportunidad.

Las víctimas son la reserva moral y ética de esta sociedad porque somos quienes, aun en medio de las circunstancias más adversas, nos paramos y decimos: “Por favor, no lo hagan por nosotros”. Aquí no se trata de posiciones individuales, sino de asumir una actividad generosa frente a la vida y el país.

No podemos condenarnos como nación. La guerra no es el único camino y lo que vivimos no puede repetirse. Estamos en un momento excepcional que requiere de todas las fuerzas de una nueva movilización.

Este país ya no puede tocar más fondo. Ojalá estemos a la altura de este momento trascendental, en el que reflexionemos sobre lo decía Jaime Bateman: “El que se quede con la bandera de la paz gana la guerra”. Y aquí tenemos que defender la vida y el país para los próximos años.*

*Apartes de la conversación de María José Pizarro con Alejandro Herrera y Katherin Juliette Monsalve, durante la gala inaugural del Festival Quindiano de Cine y Video, Universidad del Quindío, octubre de 2016.

Por Adriana Patricia Giraldo Duarte

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