El Magazín Cultural
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Para qué la violencia, según el arte

Recorrido por la colección patrimonial de la Universidad Nacional, disponible en el claustro de San Agustín, en Bogotá, hasta el 23 de octubre.

Lucety Carreño Rojas
16 de agosto de 2016 - 02:00 a. m.
"No morirás del todo", de Benhur Sánchez (1970). Colección Museo de Arte. / Lucety Carreño
"No morirás del todo", de Benhur Sánchez (1970). Colección Museo de Arte. / Lucety Carreño

Entré en la primera sala y en todo el centro encontré una vitrina. Me fui acercando, tenía curiosidad y una necesidad de ver lo que estaba adentro. Al llegar, mis ojos se situaron en la caja de vidrio. Vi una máquina de escribir y un calendario con la fecha “viernes 9 de abril de 1948”. Al lado, en un pequeño recuadro, estaba la descripción: “Máquina de escribir y calendario del año 1948 perteneciente a Jorge Eliécer Gaitán”. Una fecha que marcó la historia de Colombia y uno de los primeros actos de violencia. Mi mente se transportó a alguna clase de historia del colegio, cuando mi profesora nos habló del Bogotazo.

En otra parte del lugar había unas armas blancas y de fuego (machetes, cuchillos y rifles), elementos que protagonizaron las primeras formas de violencia en el país, y así recordaba esas clases en las que creía que lo que decía la profesora era más acorde a los cuentos de ficción que nos narraba que al día a día vivido en casi todo el territorio nacional. Así, la exposición recrea un contexto histórico de más de 50 años de violencia.

Continué haciendo el recorrido y un cuadro me llamó mucho la atención. Tenía colores vivos, como morado y rojo. Pero en todo el centro había varios cuerpos, uno sobre otro. No estaban completos. Una pierna al lado de una cabeza, un brazo, un pie, un torso. Una obra desgarradora debido a la cantidad de color contrastada con la sangre derramada por las víctimas del conflicto. Quizá lo más estremecedor era ver en una esquina un hombre con un uniforme verde, casco y una lanza, sentado de espaldas a los cuerpos ensangrentados y apilados unos sobre otros. El nombre de la obra fue tan letal y contundente que me dejó fría: No morirás del todo, de Benhur Sánchez, 1970. Un acrílico sobre tela de tonalidades frías que intenta dar un mensaje sobre el abandono estatal y el olvido en el que están las víctimas.

Recorrí las tres salas: Los Siglos, Los Años y Los Días. A su manera, en cada una de ellas sentía que me transportaban a cada fecha o momento que podía leer en los recuadros con artistas como Luis Paz, Beatriz González, Luis Caballero y Nirma Zárate, entre otros. Sentía nostalgia al creer que algunas de esas personas que reflejaban dolor en sus expresiones miraban como queriendo contar a cada espectador el motivo de su desgracia.

Cada pasillo por el que transitaba me hacía recordar también una charla que había tenido unos días antes de asistir a la exposición con María Belén Sáenz de Ibarra. Ella es la directora de Patrimonio Cultural de la Universidad Nacional de Colombia, y me contó sobre el proceso y el papel que han jugado la institución y sus alumnos en la colección. “Hay fortaleza en relación con la vida universitaria de los años 60 y 70, muy fuerte con una escuela de grabado que fue de la Universidad Nacional. También había un grupo de profesores y no solamente artistas. Había académicos, sociólogos, el cura Camilo Torres, que cumplió 50 años de muerto, y grandes intelectuales que empezaron a hacer discusiones políticas y formas de activismo”, dijo Sáenz.

Como aseguró la experta: “Todo el arte es político”. En otros puntos del recinto pude ver las obras en serigrafía y fotoserigrafía y los carteles a los que ella hizo referencia. Obras que se utilizaban como voz de protesta en los años 70. “Por ejemplo, la obra de Luis Paz eran carteles políticos y es un arte. Los grabados de Rengifo retratan el período de denuncia de la violencia”. Esas piezas han podido preservarse gracias a los diferentes curadores y restauradores que han acompañado el proceso. Ninguna de las obras de la colección está a la venta, pues son consideradas parte de un patrimonio intangible, por eso no tienen ninguna posibilidad de entrar al comercio.

En los últimos pasajes del recorrido encontré imágenes de lo que parecían campesinos y desplazados. En una pared vi una frase que me impactó porque condensa el contenido y mensaje de la exposición: “Para qué la violencia? Si todos tenemos: la misma patria, los mismos intereses y problemas y creemos en el mismo Dios” (sic). Colombia requiere acabar con tantos años de horror, de muerte, de dolor, de violencia, que sólo han dejado silencios, sufrimientos, lágrimas y lamentos. La muestra permite abrir una puerta y conectar esos hechos con nuestra actual esperanza de lograr que tales sucesos sólo hagan parte de la memoria que este tipo de escenarios permite rescatar. Es necesario que las acciones que han hecho parte del conflicto sean dadas a conocer, pero es más importante crear colecciones que empiecen a retratar un país en paz.

El Museo de Arte de la Universidad Nacional tiene las Colecciones Patrimoniales, que plasman el proceso de conservación y protección de todos aquellos personajes, hechos y objetos que permiten entender la violencia que ha vivido el país durante más de cinco décadas. Para qué la violencia? estará expuesta hasta el próximo 23 de octubre en el claustro de San Agustín. Son 453 piezas de donaciones directas de artistas y familiares. Hay piezas del Museo de Ciencias Forenses, del Museo de Arte, de la Casa Museo J.E. Gaitán y del Archivo Histórico.

Por Lucety Carreño Rojas

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