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Cafeteros y domésticas buscan espacio en seguridad social

No hay lugar para la reforma pensional mientras 14 millones de personas buscan esa alternativa.

Jorge Sáenz Vargas
30 de abril de 2016 - 03:26 a. m.

Las cifras del país en materia de seguridad social son claras y preocupantes: de 21 millones de personas que trabajan, sólo siete millones cotizan, y de ese universo apenas dos millones se pensionarán.

Pese a esta cruda realidad, no hay espacio político en el Gobierno para una reforma pensional que les abra las puertas a por lo menos 14 millones de personas que no cotizan y que se encuentran por fuera del mercado laboral.

El presidente de Asofondos, Santiago Montenegro, advirtió de que se requiere con urgencia una reforma pensional pública, pero admitió que no sería presentada en un horizonte de varios años por falta de espacio legislativo.

Hay actividades en las que el tema de las jubilaciones es vedado, pero que contribuyen al crecimiento de la economía. Los cafeteros, con dos cosechas al año, no tienen ingresos estables durante los 12 meses para cotizar mes a mes y lograr uno de los requisitos: 1.200 semanas de cotización. Las personas dedicadas al servicio doméstico también están lejos de esa posibilidad.

El presidente de la estatal Colpensiones, Mauricio Olivera, sale al paso. El Gobierno ha puesto su atención en esta población vulnerable. “Este es un reto social muy grande”, dice. Recuerda que en 2015 se lanzó el programa Beneficios Económicos Periódicos (BEP), que busca dar alternativa de pensión a las personas que, por sus ingresos bajos o por la inestabilidad de su trabajo, no logran pensionarse.

Una de las características de estos BEP es la flexibilidad: ahorre lo que pueda cuando pueda. Si un mes tiene $30.000, ahórrelos; si el siguiente tiene $10.000, también. Olivera recuerda que el Estado retorna 20 % de subsidio sobre lo ahorrado al año.

El único requisito para vincularse a estos programas es pertenecer al Sisbén. Este sistema beneficia a 16 millones de personas. El director de Planeación Nacional, Simón Gaviria, recordó que el 10 % del PIB se va en subsidios.

Como el mercado laboral es cada día más volátil, el número de los trabajadores que podrían pensar en una jubilación se reduce cada día. Entonces se ha pensado en las cotizaciones por semana.

Esta decisión va encaminada a cobijar con un beneficio a las empleadas domésticas, quienes trabajan todos los días, pero lo hacen en diferentes casas, con diferentes empleadores. Hay cerca de un millón de ellas en el país que se pueden beneficiar. También busca favorecer a personas jóvenes que estudian y que los fines de semana trabajan en restaurantes.

El presidente de Colpensiones dice que el programa de los BEP no ha cumplido un año y ya puede mostrar resultados: hay 260.000 personas vinculadas y la meta es terminar con medio millón de beneficiarios.

Olivera dijo: el reto grande no es vincular al programa sino que se debe crear la cultura del ahorro. De las 260.000 personas vinculadas, por lo menos 60.000 están ahorrando. “Estamos buscando apoyos para generar el ahorro”.

Una población cafetera grande, que se calcula en 385.000, puede entrar a BEP. En Aguadas (Caldas) una empresa suiza puso en marcha un programa de ayuda a cafeteros que dará a beneficios a 1.500 cultivadores, pero con la obligación de que sigan ahorrando pensando en la vejez. “Estamos buscando que la mayor cantidad de gente posible tenga un ingreso seguro durante la vejez”, dice Olivera.

Contrario a lo que dicen expertos de los fondos de pensiones sobre la suerte de las personas que se han devuelto de los fondos de pensiones privados —que no se puede hacer nada—, el director de Colpensiones les dio una luz de esperanza. “Hay alternativas que estamos explorando, porque el objetivo no es dónde se devuelve más plata al no lograr su pensión, sino ayudar a que todos tengan un ingreso digno en su vejez”.

En el evento de Asofondos se exploraron distintas alternativas para hacer de un sistema inequitativo algo más funcional para toda la población en edad de pensionarse.

El viceministro técnico de Hacienda, Andrés Escobar, dijo que el Gobierno se encuentra preocupado por la cantidad de personas por fuera de los beneficios de la seguridad social. “El régimen pensional es un grupo de la población que está en la parte alta de la distribución del ingreso en Colombia”. Y a la población con pobreza extrema, el Gobierno la ayuda. Sin embargo, hay un segmento en la mitad con una falta de cobertura grande. “Uno de los temas grandes (de estudio) es cómo conseguir proteger en la vejez a esta población que hoy no tiene ningún tipo de protección”.

Pero el espacio político para presentar un proyecto que ataque el problema de baja cobertura en seguridad social no está disponible.

“Tenemos el proceso de paz, estamos pendientes del acuerdo de La Habana; tenemos la reforma tributaria, que hay que presentarla sí o sí, porque, de lo contrario, las calificadoras de riesgo le bajan el grado de inversión a Colombia. En eso se nos va este año”, dijo Santiago Montenegro en su congreso anual de Asofondos.

Por Jorge Sáenz Vargas

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