Colombia, en la mira del poder qatarí

El presidente colombiano Juan Manuel Santos junto al emir qatarí Hamad bin Khalifa al Thani. / Presidencia

Las operaciones del aeropuerto Eldorado se paralizaron en la tarde del jueves. Policía, autos blindados y personal diplomático rodearon la pista de aterrizaje para darle la bienvenida a una de las personalidades políticas más influyentes del mundo: el emir qatarí Hamad bin Khalifa al Thani.

Por primera vez desde que el emirato y Colombia establecieran relaciones en 1995, su gobernante encabeza una visita oficial compuesta por ministros y empresarios que han identificado a Colombia como un país donde realizar inversiones potenciales y expandir su influencia en la región (acababa de hacer lo mismo en Perú, tiene estrechos lazos con Venezuela y ha establecido relaciones con Cuba y República Dominicana para ejecutar futuros proyectos turísticos).

Su portafolio de inversiones en Colombia incluye sectores como los de hidrocarburos, infraestructura y minería, y, se rumora, el deportivo. “Qatar es pequeño pero muy, muy rico. Es de los países más importantes de todo el Medio Oriente y los países árabes. Es estable y ha venido participando en muchos de los procesos de toma de decisiones de esa parte de mundo. Viene con mucho interés en Colombia”, dijo el presidente Juan Manuel Santos antes de atender reuniones privadas con la comitiva, junto con la canciller, María Ángela Holguín, y los ministros de Minas y Energía, Federico Renjifo, y Defensa, Juan Carlos Pinzón.

Una comitiva del más alto nivel para uno de los hombres cuya fortuna, según la revista Forbes, está avaluada en US$2.400 millones, forjada en buena parte gracias a las regalías que han dejado las amplias reservas de gas natural halladas en los años 70 en el golfo Pérsico. Para entonces, el futuro gobernante iniciaba una carrera al interior de las fuerzas armadas de su país, que concluiría en la jefatura del Ministerio de Defensa, donde renovó la estructura y el armamento y refinó el entrenamiento de las nuevas unidades.

Eso le valió ser designado por su padre, el califa Hamad bin Abdullah al Thani, como presidente del Consejo Supremo de Planeación y delinear lo que sería la próspera industria de los hidrocarburos mientras el patriarca disfrutaba de largas vacaciones en Europa y aseguraba su futuro mediante la apertura de diferentes cuentas bancarias en Suiza. Pero el binomio llegó a su final en 1995, cuando, aprovechando las vacaciones de su padre en Suiza, le confirmó por teléfono que, en adelante, tomaría el poder, y para evitar que organizara una retoma, congeló sus fondos gracias a un equipo de abogados internacionales.

Desde entonces se dedicó a modernizar a Qatar, a fortalecer el Estado de bienestar con las regalías, a introducir su país en la era digital y garantizar la igualdad de oportunidades para que las mujeres prosperaran y ayudaran a consolidar la sociedad. También renovó su política diplomática con asesores extranjeros que le recomendaron ampliar sus lazos comerciales con el mundo.

Es por eso que estableció relaciones bilaterales con Colombia, un proyecto que se reforzará este año con la apertura de una embajada y la ejecución de la primera fase de su plan de inversiones. Entre enero y noviembre de 2012, los flujos comerciales ascendieron a US$6,03 millones, siendo las flores y los cueros los principales productos de exportación a Qatar, y la química básica el renglón de importación más relevante (concentró el 99,4% de las compras).

El Banco de la República no ha registrado ninguna inversión qatarí en Colombia, pero es una situación que, con seguridad, puede cambiar. El propio Al Thani es reconocido por su sentido de diversificación: a través del fondo estatal Qatar Investment Authority (QAI) y de su subsidiaria Qatar Holding, ha comprado participaciones en la cadena británica Harrods, la productora cinematográfica estadounidense Miramax, el banco suizo Credit Suisse, la petrolera Royal Dutch Shell y el club de fútbol francés Paris Saint-Germain, entre otros.

También es reconocido por fomentar la expansión de Al Jazeera, la cadena de televisión noticiosa que abrió oficinas en EE.UU. y cuenta con corresponsales en Colombia, el país que ha puesto en la mira.