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Copa América, ¿un negocio?

Mientras Chile se vería beneficiado por ser la sede de la competencia, en Colombia el comercio se comporta como si no estuviera al tanto de que comienza el próximo jueves.

Camilo Vega Barbosa
07 de junio de 2015 - 02:00 a. m.

Eventos como la Copa Mundial de Fútbol, la Eurocopa y la Liga de Campeones hace tiempo dejaron de ser solamente competencias deportivas. Es tal el nivel de audiencia que este tipo de espectáculos atrae y la euforia que generan que son el blanco de los empresarios de sectores que van desde el negocio de los televisores HD hasta las consejerías espirituales para los aficionados o apostadores desesperados.

Por esta razón la Copa América que comienza el próximo jueves no sólo será el momento en que países enteros se unirán para apoyar a sus respectivos equipos, Colombia entre ellos, sino que también será una de las temporadas del año más activas económicamente para la región. Lo cual podría llegar en buena hora debido a que la mayoría de las naciones del Cono Sur se encuentran o bien experimentando desaceleraciones en su ritmo de crecimiento o en medio de una recesión.

Si bien la Copa América no tiene comparación con el Mundial de Fútbol de hace un año, su potencial económico no es despreciable. Además de ser un evento deportivo que impulsa el consumo y el comercio de los 12 países participantes, representa grandes oportunidades de negocios para el anfitrión.

De acuerdo con Germán Verdugo, estratega de inversiones de la comisionista Credicorp Capital, “la Copa América de Argentina 2011 dejó ingresos por US$120 millones como resultado de los 7’101.284 de turistas que en promedio gastaron US$168 durante su estadía. Además, según datos de Traffic, empresa comercializadora del evento en sus versiones anteriores, este espectáculo fue visto en 185 países de todos los continentes, con una audiencia acumulada de más de 4.000 millones de espectadores. Y en el caso de Chile, Canal 13 pagó US$16 millones por los derechos de los torneos de 2011 y 2015 para transmitirlos localmente”.

Sin embargo, todavía no hay certeza respecto a que las competencias deportivas de este calibre o mayor traigan beneficios económicos duraderos. De hecho, en algunos casos pueden traer daños irreparables. Existen casos como el de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, en los que el gobierno local incurrió en tantos gastos que el nivel de deuda alcanzado ayudó a provocar buena parte de la crisis griega en 2010, de la cual todavía no se recuperan.

Además Americas Quarterly ofreció en marzo de 2014 un balance preliminar del Mundial de Fútbol Brasil 2014 de signo negativo para el país anfitrión, que pone en duda los US$11.300 millones que se invirtieron. Por ejemplo, “el turismo interno, medido por la Asociación Brasileña de Empresas Aéreas, reportó caídas hasta del 15% en 2014 respecto de 2013, mostrando no un impulso, sino desplazamientos del mismo. Adicionalmente, los tiempos de compensación otorgados a los trabajadores de esa nación para que disfrutaran de los eventos produjeron una contracción del 5% en la industria”, explicó la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (ANIF).

A nivel local parece poco probable que se vuelvan a presentar las cifras de comercio que se presentaron hace un año. Días antes de que comenzara el Mundial de Brasil, a mediados de 2014, las ventas de televisores aumentaron más de 27% y compañías como Bogotá Beer Company reportaron un incremento en sus visitas del orden de 40%.

Pero ahora el panorama económico es muy diferente debido a la caída de los precios del petróleo que han golpeado a los indicadores económicos internos. Y a pesar de que en abril el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) realizado por Fedesarrollo muestra una corrección al alza tras cuatro meses consecutivos de deterioro, todavía mantiene un nivel bajo frente a los registros de los últimos años.

Guillermo Botero, presidente de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), le contó a El Espectador que “el comercio dentro del país se está comportando como si no estuviera al tanto de que la Copa América, en la que participa la selección de Colombia, comienza el próximo jueves 11 de junio. Si bien es posible que las ventas en sectores como restaurantes, televisores y prendas deportivas repunten en los próximos días, es poco probable que el consumo aumente de la misma forma que hace un año con el Mundial de Brasil”.

Por Camilo Vega Barbosa

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