Diversión con un presupuesto de US$2.800 millones

UN EJERCICIO TECNOLÓGICO permitirá que los ciudadanos de San José, California, tras hacer un gasto ficticio de los recursos de la ciudad, tengan claridad sobre el manejo público del dinero de todos.

El Espectador
11 de noviembre de 2012 - 09:00 p. m.

En los próximos meses, cientos de personas de San José, California, realizarán un curioso experimento. Bajo el liderazgo de Innovation Games, una compañía que diseña juegos de computador para ambientes corporativos, los ciudadanos de San José recibirán una invitación para que jueguen durante un día con el presupuesto de US$2.800 millones, utilizando dinero ficticio.

La esperanza del distrito es que al revisar estos ejercicios presupuestales los habitantes estén mejor informados sobre el presupuesto de la ciudad. Y eso, a su vez, aumentaría la participación en las decisiones políticas. ¿Acaso la ciudad debería ahorrar dinero reduciendo la cantidad de bomberos? ¿Debería invertir más en la malla vial? ¿O sería mejor asumir el costo político y aumentar los impuestos?

“Uno de los errores trágicos que hacemos es que imaginamos al gobierno como una compañía: como algo a lo que le compramos servicios, pero somos ciudadanos y tenemos la responsabilidad de involucrarnos”, dijo Luke Hohmann, el director de Innovation Games. “Estos juegos ayudan a que la gente participe. Hace que la gente piense sobre si preferirían reducir la cantidad de policías o el gasto en salud para niños”.

Un cínico podría descartar esto como una distracción, pero el experimento genera reflexiones, en especial luego de las elecciones en Estados Unidos.

Es claro que casi todo nivel de gobierno en Estados Unidos pronto enfrentará duras decisiones presupuestales. Sin embargo, las encuestas de opinión, por no decir la retórica política que ha circulado, demuestran que los votantes están confundidos en torno a las decisiones fiscales. Aunque es obvio que las cifras del presupuesto son enormes y hay muchos temas apretados en un voto. No obstante, la pregunta que está explorando San José es importante: ¿hay una mejor forma de involucrar a los votantes? Si creen que forman parte de tomas de decisiones activas, ¿acaso vigilarán a sus gobernantes de forma más efectiva?

Espero que la respuesta sea que sí. Tan sólo piensen por ejemplo en Suiza. En los últimos años los suizos han logrado controlar sus deudas nacionales y locales. Esto en parte refleja su naturaleza conservadora, pero otro tema crucial es que la mayoría de los gobiernos locales suizos operan con un fuerte sentido de democracia activa. Los votantes suelen saber dónde van sus impuestos y tienen voz en cómo se gastan.

Obviamente es más fácil ejecutar una democracia efectiva en un país pequeño y acaudalado que en lugares desordenados y enormes, como Estados Unidos. Pero lo más importante es que este país tiene ecos de la estructura federal de Suiza. En efecto, a principios del siglo XIX personas como Albert Gallatin, el exsecretario de Tesoro de Estados Unidos, que nació en Suiza, tuvo un papel fundamental en la creación del moderno sistema estadounidense; y Estados Unidos podría seguir aprendiendo de Suiza.

Lo más notable es que incluso si Washington parece insondablemente lejos de sus votantes, los gobiernos locales de este país podrían convertirse en algo más parecido a los de Suiza. Para que esto suceda necesitan que los ciudadanos tengan una sensación de participación y control fiscal, así como educación.

Entonces vale la pena observar los eventos en San José. La ciudad ya ha realizado dos pequeños juegos piloto con resultados sorprendentes: el último juego arrojó que los votantes aman sus librerías, están sorprendentemente abiertos a los impuestos sobre las ventas y están dispuestos a reducir el número de bomberos en los camiones de cinco a cuatro (una política que ha sido implementada). Por supuesto, esto puede que no facilite el apretón fiscal (San José ha perdido US$680 millones de su presupuesto de US$2.800 millones en los últimos años). No obstante, el próximo “juego” de la ciudad en enero discutirá temas más importantes y será más grande que el anterior. Pueblos en el estado de Nueva York, Virginia y Montana también están pensando jugarlo.

“En un momento de divisiones partidistas cada vez más profundas, lo que me genera esperanzas es que este juego obligue a todos a trabajar juntos”, dijo Kip Harkness, un funcionario de San José. “Esto obliga a hacer concesiones y muestra que no hay salidas fáciles”. Washington debería fijarse en esto; quizás algunos de sus congresistas rencorosos deberían dedicarle tiempo a este juego de computador.

Por El Espectador

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