El contratista del túnel de La Línea se defiende y contraataca

Carlos Collins, con cientos de documentos en mano, dice tener las pruebas para defenderse de lo que él considera la mala fe de altos funcionarios del Gobierno que buscaron sacarlo de la obra del túnel de La Línea.

Edwin Bohórquez Aya
22 de enero de 2017 - 02:00 a. m.
Carlos Collins advierte que hay malas prácticas en el sector de la infraestructura y que la fórmula de contratar al más barato evitaba la corrupción. / Gustavo Torrijos
Carlos Collins advierte que hay malas prácticas en el sector de la infraestructura y que la fórmula de contratar al más barato evitaba la corrupción. / Gustavo Torrijos
Foto: GUSTAVO TORRIJOS

Carlos Collins, 77 años encima y reconocido constructor de infraestructura en Colombia, quiere librar una batalla contra el Estado por lo que él argumenta han sido actos de mala fe de algunos altos funcionarios del Gobierno. Con cartas en mano dirigidas al procurador, al contralor y al fiscal, con soportes documentales y centenares de folios que reposan en su sala de juntas, y hasta tribunales de arbitramento donde reclama una buena carga de ceros a la derecha, dice que busca limpiar su nombre y poner sobre la mesa varias licitaciones que, advierte, son sospechosas y le generarán un detrimento patrimonial millonario al país.

¿Cuáles fueron las razones por las que usted pedía la prórroga del contrato?

Atraso en pagos. Paro camionero que no permitió hacer nada durante 60 días. Cantidades de riesgo geológico que me comprometí a hacer ya están hechas, pero han salido más de las que nosotros pactamos, entonces me tienen que dar un plazo adicional.

¿Qué pasó después de que el Invías le negara la prórroga para terminar el túnel de La Línea?

Esta carta que tengo en la mano no surtió efecto para nada, que es la que le envié al director el Invías, entonces le estoy mandando esta otra al procurador Fernando Carrillo, para que investigue las actuaciones del director, que creo que no son correctas, pero eso le corresponde determinarlo a él.

¿Qué dice?

Expongo los hechos que han pasado con relación al contrato y le abro los ojos sobre unas declaraciones que dio el director del Invías al periódico El Tiempo el 2 de diciembre de 2016, donde trataba de explicar por qué se había dejado vencer el contrato y no se había prorrogado, porque no fue que me lo quitaron, sino que lo dejaron vencer. Esta carta resume todas las actuaciones del doctor García, del Invías, que creo que han sido de mala fe en el sentido de que él nunca dijo: “No voy a dar la prórroga”, sino que durante cuatro meses nos mantuvo con la impresión de que sí la iba a dar.

Pero, ¿por qué?

Porque la prórroga estaba justificada. Ni siquiera era discrecional de él, si la prórroga tenía razón, la tenía que dar. Pero por qué tenía que esperar a que se terminara el contrato. Dos días antes me dio la carta de la interventoría que decía que sí, que veía viable hacer la prórroga por siete meses, pero dos días después dejó vencer el plazo sin hacerla, y el 1° de diciembre me dijo: se cumplió el plazo y hasta aquí llegamos. Eso fue algo de mala fe, sorpresivo, porque normalmente a uno le dan 30 días para retirarse de la obra, y eso es previsto desde antes, pero nosotros no, y por eso se me formó un problema laboral, porque el Invías no me había pagado y yo no le pude pagar en ese momento a los trabajadores.

Los empleados salieron a protestar a la carretera…

Desde el 1° de diciembre hasta el 22 tuvimos una situación delicada de orden público. Los trabajadores estaban pidiendo mi cabeza y la del director del Invías. El 22 finalmente se solucionó ese problema.

¿Cómo hicieron?

El Invías nos pagó parcialmente y con ese pago les pagamos a todos. No hemos liquidado a todo el mundo, pero ya la cosa es manejable.

¿Qué más dice?

Hay ciertos acontecimientos que han sucedido durante el contrato y es lo que le cuento al procurador. Por ejemplo, en noviembre del año antepasado, de 2015, hace año y dos meses, salió una licitación en el Secop. Dos, de hecho. Una para los equipos electromecánicos y otra para el intercambiador de Versalles. Yo, por esas dos licitaciones, le mandé dos cartas al director del Invías. Y por eso digo que hay algo que no está claro.

Pero, ¿qué dicen esos documentos?

Una carta habla de los equipos electromecánicos, donde yo veo lo más sospechoso, con fecha de noviembre 26 de 2015. No había ningún problema, no me estaban persiguiendo, y la carta dice lo siguiente: “Respetado Dr. García, establece el apéndice A, alcances del proyecto, que el contratista debe garantizar la transitabilidad, operación y mantenimiento de las obras civiles construidas en este tramo durante mínimo los dos años posteriores de la puesta en marcha o inicio de la operación. Adicional, deberá realizar las siguientes actividades: estudios y diseños definitivos de los equipos electromécanicos de acuerdo con todos los requerimientos”. Y remata así: “El contratista encargado del tramo tres será el encargado del diseño definitivo de los equipos electromécanicos según el numeral 2.5 y deberá estructurar, acompañar, recomendar y asesorar al Gobierno Nacional durante el proceso de adquisición, suministro, instalación de los equipos electromecánicos para verificar el cumplimiento de las características del diseño realizado y, por lo tanto, participar disponiendo de la infraestructura de redes eléctricas (que tengo yo), de iluminación (que tengo yo) y demás durante la instalación”.

Entonces le digo “Me he enterado por el Secop de la existencia de la Licitación 085 de 2015 para el suministro, instalación y puesta en marcha de los equipos electromecánicos del proyecto Cruce de la Cordillera Central, que básicamente tiene el alcance de lo que la Unión Temporal, Segundo Centenario, está obligada a estructurar, acompañar, recomendar y asesorar al Gobierno durante el proceso de adquisición, suministro e instalación de los equipos. Y la Unión Temporal Segundo Centenario quiere dejar claro que no ha participado, para nada, en la elaboración de los pliegos”.

¿A ustedes nunca los consultaron?

Nunca. Aquí dice en la carta: “Ni ha sido consultada por el Invías al respecto. Y no está de acuerdo con los términos de la licitación ni con el presupuesto oficial de $363.000 millones. Aclaramos que el diseño de los sistemas electromecánicos presentado por la Unión Temporal ha sido cambiado de ventilación longitudinal a semitransversal, lo cual repercute en el alza del presupuesto de los sistemas requeridos”. O sea, el diseño que había entregado fue cambiado y licitaron. Y eso que el documento decía que el contratista, yo, era el encargado de los diseños definitivos.

Entonces lo que digo es que ese cambio es un grave incumplimiento del Contrato 3460 de 2008 por parte del Invías (túnel de La línea). Y eso no lo podían cambiar porque así lo decía en los pliegos.

Está claro que los diseños tenían que ser míos. En la carta le pongo lo siguiente: “Con el diseño presentado por la Unión Temporal y el sistema de múltiples licitaciones que se debe adoptar asesorada y conducida por la Unión Temporal Segundo Centenario, ésta garantiza que el valor para el alcance de todos los sistemas electromecánicos incluidos en la Licitación 085 de 2015 sería máximo de $255.000 millones y no los $363.000 millones del presupuesto oficial”. Hay una diferencia de $108.000 millones.

“Por otra parte, no será posible poner en marcha el túnel para el 30 de noviembre de 2016”, porque le pusieron de plazo a esa licitación junio de 2018, 30 meses. En ese momento, cuando mando esta carta, estaba abierta la licitación, en noviembre de 2015. “Teniendo en cuenta lo anterior, muy respetuosamente, solicito al señor director del Invías suspender el proceso licitatorio en forma indefinida mientras se avalúan los efectos de este grave detrimento patrimonial para la nación”. Yo no les digo: no lo hagan. Discutamos.

¿Y se mantuvo la licitación?

Pa lante con la licitación. Si se hubieran presentado 10 interesados en esa licitación, uno dice: pues listo.

¿Cuántos se presentaron?

Uno. ¿Y por qué presupuesto? Exactamente el precio que estaba en la licitación. El mismo precio que les estaba diciendo que estaba inflado. Para hacerlo en 30 meses. ¿Y cuándo pagaban la mayoría de la plata? Les daban un anticipo de más de $60.000 millones y los $300.000 millones restantes para pagar en mayo de 2018. ¿Qué va a ocurrir en mayo de 2018? Las elecciones presidenciales donde se va a presentar el doctor Germán Vargas Lleras, que es el jefe del director del Invías. Lo que les pedí fue que suspendiera, pero siguieron para adelante. Entonces mandé otra carta. A quien estaba encargada porque el señor del Invías estaba de licencia por salud. Eso fue en diciembre 21. Un mes después para prevenirla a ella, así como previne al señor García, del detrimento patrimonial que se ocasionaría si se adjudican las licitaciones, la de los equipos electromecánicos y la de la Transversal de Versalles. En una de ellas se presentó un solo proponente. Debieron declarar desierta la licitación. Pero no. La entregaron.

¿A qué empresa?

Es un consorcio. Se llama Disico-Comsa-GYC. Ellos son los encargados de los equipos electromecánicos. GYC es una firma del hermano de un exdirector del Inco, de Luis Carlos Ordosgoitia. Esa licitación la dieron por el valor que yo había dicho que estaba inflado. Pero ellos tenían que volver a mí porque los pliegos decían que yo como contratista debía verificar la instalación y el cumplimiento de las características del diseño. Por eso tenían que venir a mí. Pero no vinieron. Prefirieron quitarme el contrato.

Usted dijo: las licitaciones son lo más corrupto que hay. ¿Lo dice por este caso?

El país está aprendiendo. ¿Cómo se hace una licitación? Por eso hablan mal de Andrés Uriel Gallego, él tenía una condición que era a prueba de ladrones. Decía: se la doy al más barato. A uno le tocaba mirar cómo hacerlo más barato. Y lo que me dieron a mí fue porque era el más barato. Un 12 % por debajo del segundo. ¿Qué pasa con las licitaciones? La Cámara Colombiana de la Infraestructura, que es un gremio que trabaja para los contratistas, donde está Huertas, los Dávila, logró vender la idea que si se le da al más barato se corre el peligro que el tipo no termine porque se asfixia. Entonces ya no le dieron al más barato. Así que tú debes, para ganar una licitación, primero que te acepten en la precalificación. Lo que venden ahora los funcionarios del Invías, de la ANI, es la entrada a la precalificación. Si uno entra, ya tiene un porcentaje de ganar. Lo que hacen ahora es fácil: miran quién sí quieren que entre a la precalificación. Ejemplo: ese tipo tiene plata a la lata y cinco jumbos. Entonces hacen la licitación diciendo que es para alguien que tenga plata a la lata y cinco jumbos. Y uno cree que buscan un buen contratista. Mentiras.

Eso fue lo que pasó con Odebrecht…

Exactamente fue lo que pasó con Odebrecht. A (Gabriel) García lo que le pagan es para que Odebrecht fuera el único proponente aceptado en la precalificación. No le pagaron la adjudicación. Lo que pasa es que si eres el único proponente, pues te ganas la licitación. ¿Tú crees que a una licitación de $360.000 millones (equipos electromecánicos) sólo se va a presentar uno cuando a mí me venían a buscar más de 10 interesados en participar? Esas licitaciones son hechas a la medida. Ponen condiciones, como hicieron en la primera ola de 4G, que uno no podía entrar. El que no está en la pomada se la van a quitar.

¿Y así se está dando el desarrollo de la infraestructura en Colombia?

Toda. Las primeras licitaciones de las 4G no entraban sino Mario Huertas y Solarte. Cuando ya se llenaron de licitaciones entonces cambiaron las condiciones y ahí sí entraron otros. Pero en las primeras sólo entraron ellos dos, cuando los españoles estaban desesperados para que les dieran, pero les ponían condiciones que no cumplían. Así iban eliminando gente.

¿Es cierto que en un encuentro social el vicepresidente le dijo a un nieto suyo que lo iba a sacar a usted del túnel de La Línea y de toda la contratación pública de Colombia?

De los dos contratos, Bogotá- Girardot y del túnel de La Línea.

¿Eso es cierto?

Eso es cierto.

¿Cuál es su controversia con Vargas Lleras?

Yo no lo conocía (a Vargas Lleras), pero es muy cercano a Álvaro Cruz, que era gobernador de Cundinamarca, y a Mario Huertas. Cruz y Huertas son socios y habían sido proponentes en varios contratos que me gané por ser más baratos. Los tipos estaban disgustados conmigo. Álvaro Cruz me mandó a un tipo que había sido secretario de Obras Públicas de él, para que me liquidara. Pero en ese momento eligieron a Vargas Lleras. Esa conversación de la que usted habla ocurrió exactamente el 15 de junio de 2010. Estaban celebrando que habían ganado las elecciones, y mi nieto estaba con Rodrigo Lara, de Cambio Radical, y Lara le presentó a Vargas Lleras a mi nieto. Y él le dijo eso: dígale a su abuelo que le voy a quitar esos contratos.

Volvamos a La Línea. ¿Qué pasó con el segundo túnel?

La construcción y puesta en marcha del segundo túnel estaba en los pliegos. En el contrato, el segundo túnel carretero. Ellos dijeron: como no hay plata para todo, entonces si hay alguien que se presente por los $700.000 millones que tenemos nosotros, se le da todo. Si no hay nadie que se presente, se le dan dos cosas al que se la gane. Pero cuando hay plata y cuando salgan las partidas presupuestales, se hace lo pendiente. En los pliegos decía que “una vez terminada la excavación y soporte del túnel Segundo Centenario en el sentido Cajamarca-Calarcá, el contratista podrá iniciar la construcción del segundo túnel principal unidireccional en el sentido Calarcá-Cajamarca”. Ese era el espíritu de la licitación. Cuando terminé la excavación y fui a excavar el otro me dijeron: ¿y usted qué va a hacer ahí? Les dije: tengo todos los equipos aquí, comienzo de una vez. Peor ahorita no hay plata, dijeron. No no, no, no lo puede hacer. Y para las obras anexas me dijeron: vamos a sacar una licitación. Yo les dije: se lo hago 15 % más barato que el presupuesto que ustedes dijeron que iban a sacar para las obras anexas. Y se la dieron a Conlínea.

¿Y quién es Conlínea?

Es Solarte, Conconcreto y Estyma. Pero luego sacaron la terminación del túnel piloto. Y yo les dije: eso me corresponde a mí. Estaba en el contrato. No, no, no, no, lo vamos a sacar a licitación.

Que es el túnel que está al lado…

Así es, incluso se hizo antes del que yo estaba haciendo. Ese túnel no tiene función específica, ellos lo habilitaron como si fuera túnel de escape. Y ellos le metieron $100.000 millones, que no sirve para nada, sirvió en su momento para estudiar la geología, y por eso le pongo al procurador en mi denuncia que “advertimos el detrimento patrimonial de construir el revestimiento del túnel piloto en concreto convencional y no en concreto lanzado, pues la diferencia de precio era de $65.000 millones y el túnel piloto no tenía ningún requerimiento especial en cuanto al aspecto estético. Era suficiente hacerlo en concreto lanzado”. Y pagaron $100.000 millones por algo que no se necesitaba. Eso es detrimento patrimonial.

El Invías tiene que sacar una nueva licitación para poder terminar el túnel de La Línea. ¿Si a usted lo subcontratan para terminar esa obra, lo haría?

Sí, claro. Es que a mí me dejaron vencer el plazo cuando pedí una prórroga de cuatro meses. La interventoría decía que se necesitaban siete meses. Les dije bueno, yo lo hago en siete meses, pero pedía cuatro. Pero lo que me faltaba en plata se había discutido con los abogados externos. Les dije que necesitaba que me pagaran los $63.000 millones que me debían.

¿Cuánto le debían en total?

$93.000 millones, pero con $63.000 millones que me pagaran lograba terminar todas las obras.

¿Si le daban la prórroga?

Sí. Necesitaba las dos cosas, la prórroga y la plata que me debían. $15.000 millones cada mes. Eso se habló con el director del Invías, en el despacho de él, con los abogados y mi señora. Y quedamos que así era. Eso fue el 11 de noviembre de 2016, veinte días antes de terminar el contrato. Por eso le hablo de la mala fe, porque nosotros pensábamos que íbamos a seguir, salí de esa reunión convencido. Pero el 28 de noviembre me llamó el director del Invías, me entregó una carta donde la interventoría daba su concepto sobre la prórroga. La había pedido por tres meses y el concepto era que me la tenían que dar por siete meses. El contrato se vencía el 30.

Volvamos. Entonces, ¿usted contaba con la prórroga del Invías?

Sí, claro, porque o si no me hubiera dicho: no hay prórroga, no hay nada. Y el 1° de diciembre recibí una carta a las 9:30 diciendo que el comité de prórrogas no había aceptado y como el contrato se vencía el 30 de noviembre, pues entonces se acabó. A eso sume que había que salir en 30 días y yo sin plata para pagarle a la gente porque el Gobierno no me había pagado. Y eso que él me había prometido en la reunión que me pagaba el 15 y mentiras, pagaron como el 19 y el 22 logré calmar a la gente. El 22 era viernes, luego se vino la semana del 24 y del 31, yo les dije que me iba con mis hijos de vacaciones y cuando volví les dije que estaba listo para la entrega. Ellos mandaron una carta a la Policía del Quindío diciendo al gobernador que la Fuerza Pública ayudara a sacarme. Yo les dije: yo me voy, me quito una responsabilidad de encima.

¿Y por qué pasó eso?

El mismo día que él me dice que se acabó el contrato la interventoría le manda una carta a él diciendo que le quería prevenir que la estabilidad del túnel debía garantizarse teniendo gente permanentemente por si había colapso. Eso es cierto. Pero lo dijeron el 1° de diciembre, ¿por qué no lo dijeron antes para que dieran la prórroga? Yo dije: me voy hasta que venga el contratista nuevo, porque sería una irresponsabilidad mía si me voy. Les dije que se despreocuparan porque yo estaba cuidando la obra. Pensaba que eso era bueno, pero no, era malo porque él en los últimos días de diciembre, usando la facultad de urgencia manifiesta, le había dado el contrato a Conlínea. Qué cosa tan rara, por $5.500 millones para que cuidara lo que yo estaba cuidando. Eso también se lo pongo al procurador.

¿Por eso dice usted que todo lo que le quitan a usted se lo dan a Conlínea?

Sí, todo se lo dan a ellos. Les dieron las obras anexas y el revestimiento del túnel piloto.

El director Carlos García decía que estaban todos los argumentos claros para no dar la prórroga porque usted no había cumplido. ¿Entonces se viene una pelea jurídica?

El contrato tuvo una etapa donde se estaba haciendo la excavación y se estaba discutiendo el tema del revestimiento, que podía ser de dos clases, una cosa que se llama concreto lanzado o convencional con formaleta. Uno es 15 veces mejor, como si se compara un Mercedes con un Spark.

Cuando llegó el momento de hacer el revestimiento, me dijeron que por qué no ponía el revestimiento costoso, entonces yo les dije que era más caro, que lo hacía pero que me pagaran la diferencia. Ellos me respondieron que el Invías estaba analizando la información suministrada por el contratista y la interventoría. Se sabía cuál era el mejor, pero dónde está el billete. Esto está en tribunal de arbitramento.

La primera prórroga no fue por mí, porque me atrasé. Yo había cumplido, pero estaba pendiente el revestimiento, no se había hecho porque el Invías no había definido. Por eso se desplazó la meta del tramo tres hasta que se definiera el revestimiento. Yo estaba al día, pero como ellos no definieron, todo se aplazó.

¿Cuánto se demoraron en definir eso del revestimiento?

Un año. El Invías acogió el concepto técnico de la interventoría e instruyó al contratista para llevar a cabo re revestimiento en concreto convencional. Pero dijeron que no era precedente reconocer el mayor valor. O sea, hágalo pero no le voy a pagar.

Y les contesto que voy a cobrar la diferencia porque se modificó el revestimiento contemplado en el pliego original. Y eso está en tribunal de arbitramento. Tengo hecho casi seis kilómetros del túnel y no me han pagado nada. 80.000 metros cúbicos de concreto y no me han pagado ni un peso.

Me llama García que para conciliar este caso. Yo le doy $48.000 millones. Y yo estoy pidiendo $160.000 millones. ¿Tú crees que eso es una propuesta seria? Le dije: no, no puedo.

¿Son los constructores grandes financiadores de las campañas políticas?

Eh ahí el problema, que yo no apoyo campañas políticas.

¿Cuánto le adeuda el Estado?

Como unos $400.000 millones. Está en discusión. Eso por el túnel de La Línea, porque por Bogotá-Girardot tenemos otra peleíta. Ya tengo la plata para vivir el resto de mi vida, tengo 77 años, pero hay una cosa que disgusta y es que en su vida profesional no le dejen terminar lo que está haciendo. El director del Invías dice que a mí me falta el 12 % del túnel de La Línea. Pero yo tengo una respuesta. Hago una comparación. Digo que falta el 8 %. Si es cierto que falta el 12 % de un contrato que él dice que vale $827.000 millones, pero el contrato va como en $900.000 millones, eso quiere decir que el 12 % de $900.000 millones equivale a $108.000 millones. ¿Entonces por qué abrieron una licitación por $240.000 millones para lo que falta?

¿Usted cree que ahí hay un detrimento patrimonial?

Cómo así que si creo, obvio que lo va a haber. Lo que a mí me falta, que es el 8 %, lo termino con $63.000 millones, porque tengo una ventaja adicional, tengo todo allá. Pero si viene un contratista nuevo, le vale $90.000 millones o $100.0000 millones, pero no todo eso.

¿El contrato original hasta cuándo iba?

Eran 70 meses. Desde abril de 2009 y cuenta 70 meses. En 2015. Pero ya se había perdido un año. Entonces era para abril de 2016. Y en marzo de 2015 me dicen: le vamos a dar 20 meses para que termine. Pero se pactaron unas cantidades de plata, un cronograma de desembolsos. Me tenían que dar plata. Eso sumaba $274.000 millones atados a 20 desembolsos. Esto se firmó por presión del alto gobierno. Y pusieron condiciones financieras para que yo no cumpliera. Se jodieron porque cumplí. Pero el Invías se atrasó en los desembolsos. Los primeros se cumplieron. Pero se atrasaron. Hicimos ese convenio para que hubiera flujo de caja, pero no fue así. No pagaron. Y era plata para meter en la obra. Era plata que iba a una fiducia. Desembolsos que debían hacer en junio los hicieron en septiembre, de septiembre en noviembre y el último pago no lo hicieron. Esa no es la forma.

Usted incumplió. Se le viene sanción.

Eso está dentro del pleito. Me comprometí a hacer unas cantidades de obra, en la solicitud de prórroga les dije que ya había hechos esas cantidades de obra, que ya había terminado mi compromiso, pero salieron cantidades de obra adicionales y ustedes lo saben porque ustedes mismos aprobaron 260 metros lineales más. Usted me tiene que dar un plazo para hacer esas obras de más.

Por Edwin Bohórquez Aya

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