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El futuro de Obama

Pocos momentos luego de que se evitara el precipicio, el presidente Barack Obama se acercó al podio de la Casa Blanca para agradecerles a los líderes del Congreso de ambos partidos y para recordarles otros retos que tienen que ver con la cooperación bipartidista.

Richard McGregor
03 de enero de 2013 - 08:41 p. m.
El acuerdo amenaza agenda de segundo mandato de Obama. / EFE
El acuerdo amenaza agenda de segundo mandato de Obama. / EFE

Pocos momentos luego de que se evitara el precipicio, el presidente Barack Obama se acercó al podio de la Casa Blanca para agradecerles a los líderes del Congreso de ambos partidos y para recordarles otros retos que tienen que ver con la cooperación bipartidista.

Lo que vino luego fue una ambiciosa lista de prioridades para el segundo mandato: reforma a la inmigración, el cambio climático, el aumentar la producción energética interna, el control de armas, y, quizás el tema más importante, encontrar maneras para mejorar los ingresos y aumentar el crecimiento económico.

“No sólo es posible hacer estas cosas, sino que es una obligación con nosotros mismos y con las generaciones que vienen, y tengo la expectativa de trabajar con cada miembro del Congreso para cumplir con esta obligación durante este nuevo año”, dijo.

La calculada oferta de paz que les ofreció Obama a los republicanos del Congreso tendrá que enfrentarse a una realidad más rencorosa en el capitolio y promete hacer de cualquier ganancia en el segundo término algo dolorosamente difícil.

Las confrontaciones en torno a la legislación del precipicio fiscal, que Obama firmó como ley, debilitan aún más las relaciones entre él y John Boehner, el compañero de negociación más importante del Congreso y vocero del Partido Republicano en la Cámara.

“No creo que cada uno considere que el otro sea capaz de salvarlo de sus propias tropas”, dijo William Galston, exfuncionario de la administración de Clinton que ahora trabaja en el Instituto Brookings. Dentro del Congreso las relaciones entre los líderes demócratas y republicanos del Senado, Harry Reid y Mitch McConnel, dos viejos guerreros que generalmente hallan la manera de negociar, también sufrieron durante las conversaciones en torno al precipicio. En el corto plazo las peleas fiscales serán las que dominen el escenario político de los próximos meses. Esto puede ser negativo para la economía durante 2013.

Los economistas han dicho que el acuerdo mismo en torno al precipicio fiscal debilitará a la economía, en especial por el fin del recorte a los impuestos sobre la nómina, que había mejorado sustancialmente los ingresos de las clases medias. “La economía necesita un estímulo, pero bajo el acuerdo, los impuestos aumentarán en 2013 con respecto a 2012”, dijo en una entrada de su blog William Gale, del Centro de Política Tributaria de Washington.

“Para la mayoría de los hogares los impuestos a la nómina representan un gasto mayor que los impuestos a los ingresos y el recorte a los impuestos sobre la nómina fueron un estímulo mayor que el recorte a los impuestos sobre los ingresos”.

Las confrontaciones que vienen probablemente tendrán un impacto similar, a medida que los republicanos sienten que están iniciando conversaciones sobre el próximo aumento al techo de la deuda desde una posición más fuerte.

Por Richard McGregor

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