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Sentimientos encontrados. Ese es el diagnóstico que dejó entre los empresarios colombianos la aprobación del acuerdo comercial entre la Unión Europea (UE), Perú y Colombia por parte del Parlamento Europeo en la mañana de ayer. Una votación calificada en el Viejo Continente como “histórica” por los fuertes “lazos que se establecen con América Latina”, pero que, al otro lado del Atlántico, sigue dejando grandes dudas.
“Lo que viene es la quiebra”, advirtió José Félix Lafaurie, presidente de la Federación Nacional de Ganaderos (Fedegán), tan pronto conoció el resultado final de la votación realizada en la ciudad francesa de Estrasburgo: 486 respaldos, 147 negativas y 41 abstenciones. “Llevamos seis años a la espera de que se materialicen los planes de transformación productiva para el sector que tanto ha anunciado el Gobierno, pero sólo hemos obtenido titulares de prensa. No tenemos un plan para evitar la quiebra de cientos de miles de productores rurales”, agregó.
Una realidad muy contraria a la dibujada por el presidente Juan Manuel Santos, quien tan pronto fue notificado del resultado de la votación, aseguró en su cuenta de la red social Twitter: “Con la aprobación del TLC con la Unión Europea comienza una nueva etapa para traer prosperidad y más empleo para los colombianos”.
Pero más allá de los beneficios anunciados por ambas partes (un crecimiento del 1% en el PIB nacional, el acceso a un mercado de más de 500 millones de personas con una riqueza per cápita superior a los US$30.000), lo cierto es que Colombia está celebrando antes de lo debido un logro más en su agenda comercial.
“El resultado no sirve de mucho simplemente porque Colombia no ha ratificado el acuerdo”, aseguró Oliverio Enrique García, presidente de la Asociación Colombiana de Vehículos Automotores (Andemos), uno de los más fuertes críticos de la actitud del sector lácteo: “Es de los más protegidos, se les han entregado salvaguardas, períodos de desgravación y asistencia técnica, pero tienen congelado el tema en el Congreso. Ya cumplieron Perú y la UE, pero nosotros seguiremos importando autos pagando todo el arancel”.
La actual legislatura está prácticamente finalizada y nunca se agendó la discusión del acuerdo. Los industriales esperan que su trámite se agilice en 2013, y los analistas, que se tomen desde ya correctivos para evitar efectos nocivos a mediano y largo plazo. “En el PIB actual, el agro y la industria han perdido participación en contravía de la minería, que genera poco empleo. Es imperante desarrollar una política de apoyo a los sectores productivos”, comentó Jorge Enrique Botero, exministro de Comercio.