Publicidad

En la Troncal de los Andes no hay un humedal: CAR

Conclusiones del informe de caracterización de la autoridad ambiental de Cundinamarca sobre el ecosistema que identificó la comunidad en Chía.

Paula Delgado Gómez
27 de marzo de 2021 - 03:00 p. m.
La ANI se encuentra revisando una propuesta de nuevo trazado que propone desviar la carretera, hoy con un avance de obra de 54 %.
La ANI se encuentra revisando una propuesta de nuevo trazado que propone desviar la carretera, hoy con un avance de obra de 54 %.

El Espectador conoció el informe de caracterización que entregó ayer la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) a todas las entidades que se han involucrado en el debate por el presunto daño ambiental que causaría la construcción de una variante entre Chía y la Autopista Norte (Bogotá) en un ecosistema con características de humedal, según varios expertos.

La historia aquí: Troncal de los Andes: la historia sin fin

La posición de la entidad es que la cuenca “no cumple con las características para ser elevado como un ecosistema con valores objeto de conservación ni servicios ecosistémicos asociados al sistema de humedal”. También aclara que por tratarse de un cuerpo de agua de origen artificial “no se configura como un humedal que deba ser objeto de delimitación (…) parte de la autoridad ambiental”. Según el estudio, el único sistema hídrico natural presente en la zona desde 1939 es el río Bogotá.

Lo anterior debido a que el predio ha sido modificado varias veces por los propietarios desde 2006 y más recientemente hace un mes cuando se el desviaron las aguas del canal Proleche, un sistema de evacuación de aguas lluvia, para que se conectaran con las del ecosistema en cuestión. En resumen, la naturaleza del sitio, la forma deprimida del terreno y la actividad humana “han permitido la colonización acelerada de vegetación acuática y la generación de parches de hábitats para el uso de diferentes especies de fauna silvestre”.

Le recomendamos: Troncal de los Andes: un pulso esencial

Esta teoría ha sido respaldada por la concesión a cargo de la obra, la sociedad Accenorte, que en un comunicado divulgado ayer aseguró que hubo “intervenciones ejecutadas por terceros” en la zona por donde debe pasar la variante “con posterioridad a la realización de los estudios que permitieron adelantar la expedición de la Licencia Ambiental”, las cuales generaron alteraciones antrópicas en el cuerpo de agua, “facilitando la generación de un ecosistema y alterando las condiciones del suelo”.

Además, aclara que, aunque el predio se encuentra dentro de la ronda del río Bogotá definida por el municipio de Chía en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT), no tiene conexión con el afluente, de hecho, no la tiene con ningún sistema hídrico del sector, “su única alternativa la constituye el canal Proleche”, señala el informe de caracterización.

Entonces, ¿qué categoría tiene el cuerpo de agua de dos hectáreas que la comunidad ha pedido que se proteja los últimos años? Para la CAR se trata de una Zona de uso y Manejo de áreas de Restauración, Subzona de Uso y Manejo por Áreas de Restauración Ecológica. En otras palabras, hace parte de un plano de inundación que tenía una mayor extensión en el pasado, como lo consigna el Plan de Ordenación y Manejo de la Cuenca Hidrográfica del Río Bogotá (POMCA). Dicho riesgo, según la entidad, se redujo con la construcción de las obras de adecuación hidráulica entre 2019 y 2020, específicamente unos jarillones que bordean el predio.

Lea también: ¿Luz al final de la Troncal de los Andes?

Respecto a las especies encontradas, algunas de ellas en vía de extinción, como la tingua moteada, la CAR advirtió que se deben tomar las medidas adecuadas para la protección de los individuos. “Se debe (…) monitorear la actividad de estos, con el fin de definir si corresponde a una especie residente, y establecer, en caso de ser necesario, la reubicación de la posible población, a humedales que brinden condiciones aptas para su desarrollo y sean permanentes durante el año”.

Sobre su protección, la posición de la CAR ordena reservar el predio para su conservación y mantener la cuenca como Zona de Protección Hídrica (ZPH) en el POT, por lo que “toda intervención a realizar en el área deberá contar con los respectivos permisos emanados de la autoridad ambiental”, dijo la entidad haciendo referencia a la decisión del propietario de conectar el cuerpo de agua con el canal Proleche, una acción que, para la CAR, aumenta el riesgo de desbordamiento.

En video: El debate ambiental por la Troncal de los Andes

Vale la pena recordar que el estudio fue solicitado inicialmente por la Secretaría de Medio Ambiente del municipio de Chía en 2020 tras recibir denuncias de la comunidad y el propietario del predio donde se ubica el cuerpo de agua. Más tarde, la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) hizo lo propio basa en quejas de los habitantes y organizaciones ambientales. Por último, la Gobernación de Cundinamarca pidió analizar la procedencia de implementar medidas de protección.

De esta forma, la CAR contradice los estudios técnicos de al menos cuatro fuentes que sostienen que sí se trata de un humedal: el informe de la bióloga y doctora en conservación Loreta Rosselli y el observador de aves estadounidense Gary Stiles sobre biodiversidad; el análisis multitemporal del colectivo Voces del Río, dedicado a la defensa de ríos, humedales y lagunas en Cundinamarca; el estudio de caracterización in situ del grupo de investigación de la Universidad El Bosque y el concepto técnico hidrológico del ingeniero ambiental Gonzalo Forero.

El gobernador de Cundinamarca, Nicolás García, le dijo a Caracol Radio que de todas formas se va a cambiar el trazado de la obra, “vamos a hacer un desvío en la vía para no tocar el cuerpo de agua que es un ecosistema y lo vamos a proteger”. En la nueva propuesta vienen trabajando la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) y la concesión a cargo de la obra, Accenorte, en las últimas semanas.

Sin embargo, sobre la Troncal de los Andes hay más de un proceso en curso. Por un lado, la ANLA le impuso a Accenorte una medida ambiental adicional para que en un plazo de dos meses hiciera una caracterización del ecosistema en cuestión para resolver si se actualiza la licencia ambiental o se proponen nuevas medidas de manejo ambiental. Por otro, un fallo del Tribunal de Cundinamarca ordenó la suspensión provisional de la licencia ambiental de la obra como respuesta a una acción popular interpuesta por la Personería de Chía que argumentó que la vía afecta de manera directa el cuerpo de agua.

La concesión aseguró que viene trabajando en el ajuste al diseño de la obra para encontrar una alternativa que no toque los cuerpos de agua encontrados y que se conecte con las obras que ya se tienen adelantadas, “con el ánimo de garantizar el feliz término del proyecto, y en tal condición realizará los esfuerzos necesarios para desarrollar una infraestructura aliada con la protección del medio ambiente”.

Ambos procesos podían definirse con la caracterización de la CAR.

Lea el estudio completo en:

Temas recomendados:

 

@HerbólogaRaquel(46037)27 de marzo de 2021 - 07:20 p. m.
La CAR está totalmente coptada. Se necesita mucho descaro para decir que allí no hay humedales. Lo que sucede en que en su inútil desempeño, ha permitido que se haya secado. Y lo que hay qué hacer es restaurar. Seguro que los encargados no han revisado las fotos y cartografías más atrás de dos años
Duncan Darn(84992)27 de marzo de 2021 - 04:02 p. m.
¿Entonces le dan la razón a Peñalisa: Son potreros y un berriondo charco? No creo.
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar