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Hacia una banca de desarrollo

Luis Enrique Dussán, nuevo presidente de Finagro, quiere disminuir los riesgos para el sector encaminando los recursos según la vocación del suelo y la realidad del mercado.

María Alejandra Medina C.
30 de marzo de 2015 - 02:00 a. m.
Luis Dussán cree que ante la tasa de cambio hay que incentivar el cultivo, por ejemplo, de maíz y sustituir importaciones. / Andrés Torres
Luis Dussán cree que ante la tasa de cambio hay que incentivar el cultivo, por ejemplo, de maíz y sustituir importaciones. / Andrés Torres

El ingeniero civil Luis Enrique Dussán se posesionó el pasado 12 de marzo a la cabeza del Fondo para el Financiamiento del Sector Agropecuario, Finagro. Se había desempeñado como gerente del otrora Incora y director de Desarrollo Rural del Ministerio de Agricultura, y fue representante a la Cámara por el Huila, de 2002 a 2014, en la Comisión Quinta, encargada, entre otros asuntos, del régimen agropecuario.

Entre sus metas están fortalecer instrumentos como el Fondo Agropecuario de Garantías, que respalda al pequeño productor para que obtenga un crédito con un banco, y el aseguramiento: seguir creciendo más de 100% sobre las 129.000 hectáreas que se aseguraron en 2014. Sobre los subsidios, “no se trata de darlos para cualquier cosa, sino encaminar de acuerdo a las vocaciones de la tierra y los mercados”.

¿Cómo se consolidó su llegada a Finagro?

Cuando decidí no seguir participando en el Congreso de la República, el presidente Santos me planteó la posibilidad de que lo acompañara en su gobierno en el sector agropecuario. El ministro de Agricultura, Aurelio Iragorri, sabiendo también que vengo trabajando en estos temas, estuvo pendiente de que entrara al sector.

¿Cuántos recursos tiene Finagro para este año?

Hay $7,5 billones para colocaciones de crédito en línea Finagro, $347.000 millones para el Incentivo a la Capitalización Rural (ICR) y $60.300 millones para subsidiar la prima del seguro agropecuario, que va hasta el 80%, para facilitar el aseguramiento.

¿Cuáles son las metas en microfinanzas?

Este año esperamos colocar $200.000 millones en microfinanzas.

¿La idea es involucrar la banca privada en microfinanzas?

No necesariamente, sino organizaciones que no son bancos, no vigiladas por la Superfinanciera.

El plazo para la firma de nuevos pagarés del Fondo de Solidaridad Agropecuaria (Fonsa) vence el 31 de marzo. ¿Qué sigue ahora?

Con el panorama de lo que recogimos tenemos la información para determinar cuánto se puede descontar. Tenemos que conocer mejor las carteras para decidirlo y se hace la refinanciación del resto, que es en condiciones muy favorables, con cinco años de gracia. Pero también debemos diseñar instrumentos para incentivar la cultura del buen pago, porque nos preocupa que con esos Fonsa y Pranes se genere una cultura de no pago, que los productores digan: “esperemos, hacemos un paro y el Estado nos tendrá que rebajar la cartera”. Eso es perverso porque al final lo que pasa es que los bancos no les van a querer volver a prestar. Están dañando su acceso a crédito con esas conductas. Buena parte de los campesinos seguramente no han podido pagar, pero otros se cuelgan, y los que han hecho el esfuerzo de pagar se quejan por no recibir ningún incentivo. Y con razón.

¿Qué cambios se hicieron a las facultades extras para que el presidente transforme las entidades del sector, que se incluían en el Plan Nacional de Desarrollo?

Respecto a lo que se aprobó en el primer debate, estamos conformes con que logramos eliminar la posibilidad de que nos quitaran el fondo de capital de riesgo. Misión Rural propone usar el fondo como potencializador para un nuevo esquema de banca de desarrollo. Alguien dijo que el fondo no sirve y querían quitarlo. Creo que fue más que todo por desinformación. Logramos darle la vuelta y para el Gobierno y el Congreso es claro que el instrumento es necesario.

Que fue creado en la misma ley de Agro Ingreso Seguro.

Sí, la 1133 de 2007. Dejarlo en el Plan Nacional de Desarrollo fue un paso importante. Esperamos que para la segunda vuelta no vayamos a tener dificultades.

¿Por qué defienden ese fondo de capital de riesgo?

Porque es una posibilidad para apalancar desde el Estado la creación de empresas para todos los ámbitos de las cadenas productivas: agroindustria, infraestructura, comercialización, en fin: para donde no hay inversión del sector privado y se requiere que el Estado diga: “Yo ayudo, hagamos empresa conjunta, y cuando esté funcionando vendo mi participación y con esa plata entro a crear nuevas empresas”.

¿Y con la facultad de cambiar la ley por la que se creó Finagro?

Se quitó del articulado. Pero creemos que se fueron al otro extremo. A nosotros nos interesa hacer algunos ajustes a esa ley. Quitaron la facultad para protegernos, pero estamos convenciendo al Congreso de que volvamos a ponerla, no para derogar sino para modificar (la ley), sin poner en riesgo los títulos de deuda agropecuaria. Esa facultad nos va a permitir ampliar el espectro de la entidad hacia una banca de desarrollo.

 

mmedina@elespectador.com

Por María Alejandra Medina C.

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