“Enfrentamos una situación particularmente difícil”, le dijo Hollande el jueves a su gabinete durante la primera reunión del año. Resaltó además el “débil crecimiento que genera la recesión en Europa, el aumento del desempleo, que ha sido continuo durante dos años; la debilidad industrial y la enflaquecida cohesión nacional a causa de años de crisis”.
En un esfuerzo conjunto por recuperar iniciativa, el primer ministro Jean-Marc Ayrault emitió un “programa de trabajo” de cinco páginas para sus ministros, prometió 15 leyes nuevas y repitió el compromiso en realizar las reformas estructurales que exigen los socios europeos de Francia.
El escepticismo del público en torno al gobierno se ha profundizado recientemente. Su política de imponerles duros impuestos a los ricos ha generado una dura contienda pública con el actor Gérard Depardieu y una división entre sus partidarios cuando amenazó con nacionalizar una planta de la siderúrgica luxemburguesa ArcelorMittal, con la que finalmente llegó a un acuerdo para no ejecutar la orden.