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¿Importa si los estudiantes no pueden escribir?

En una clase de un MBA, en una prestigiosa universidad de Estados Unidos, los estudiantes dijeron que hoy en día no necesitaban saber escribir para hacer negocios.

Michael Skapinker
30 de junio de 2013 - 09:00 p. m.
/AFP
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Desde hace unas pocas semanas, recibí un correo electrónico de un profesor de Estados Unidos. El decano lo había amonestado por tratar de enseñarles a escribir a sus estudiantes.

El profesor, que ha enseñado negocios y derecho en algunas de las universidades estadounidenses más importantes durante los últimos 50 años, le dijo a una clase de un MBA que una escritura clara sería esencial para sus carreras.

Cada semana en su clase escribían un memorando de una página, que él leía y corregía. Los memos respondían a una pregunta simple que había en sus libros de texto. “Quería que el ejercicio estuviera más enfocado a saber comunicar sus análisis, que a poner a prueba su habilidad para lograr hacer un análisis acertado”, dijo.

¿Estuvieron agradecidos con él? “Los estudiantes se quejaron con el decano de una manera tan intensa que él finalmente me solicitó que no continuara con el ejercicio”. Los estudiantes dijeron que hoy en día no necesitaban saber escribir para hacer negocios. En su lugar, argumentaron que “el intercambio constante permitía oportunidades, para corregir malentendidos generados por pensamientos o escrituras confusas”.

El decano insistió en que el profesor debía hacer voluntario el ejercicio de escritura. Para el final del semestre, tan solo un estudiante, cuya lengua materna no era el inglés, entregaba los ejercicios. Muchos otros profesionales comparten la preocupación del profesor en torno a la escritura. Según investigaciones del 2008, el 46% de los estudiantes de primer año en las universidades estatales de California necesitan ayuda con la escritura.

La deficiencia no se reduce a los estudiantes de pregrado. Un estudio publicado en el 2009 en la revista Temas Actuales de la Educación, halló que un grupo de 97 estudiantes estadounidenses de maestría y doctorado no lograban una mejor puntuación en un examen de diagnóstico que la que obtiene un estudiante promedio de último año de colegio. Incluso los profesores de las universidades más importantes del Reino Unido dicen lo mismo. David Abulafia, un profesor de Historia de Cambridge, dijo durante una conferencia: “La gente no sabe cómo escribir. El dominio de la gramática, la puntuación y la ortografía es atroz”.

Según el profesor Abulafia, es necesario recuperar “un arte (no diré una habilidad) que se ha perdido y que debe ser inculcada en el primer año de universidad, incluso en Oxford y en Cambridge: la capacidad de escribir prosa de forma continua, clara, elegante, concisa y que exponga un argumento”. ¿Realmente ha empeorado la escritura de los estudiantes o acaso los profesores están imaginando una era dorada de alfabetismo que nunca existió?

La gente se ha estado quejando de la escritura desde hace algún tiempo. “Si sus hijos van a la universidad, lo más probable es que cuando se gradúen no serán capaces de escribir un inglés común y corriente, que exponga una idea con algún grado certero de estructura y lucidez”, dijo la revista Newsweek en un ensayo famoso titulado Por qué Johnny no puede escribir”. Esto fue en 1975. Los expertos de entonces responsabilizaban de esto al “estilo de habla simplista de la televisión”.

Hoy, el profesor Abulafia afirma que la pobreza en la escritura “puede reflejar una sociedad en la que cada vez menos jóvenes leen, y su escritura informal consiste en mensajes de Twitter y Facebook”. Sin embargo, se preocupa por el aprendizaje memorizado en los colegios y de que los alumnos no reciben una recompensa por leer más cuando son evaluados.

Así la escritura de mala calidad sea una cuestión vieja o nueva, es extraño que siga existiendo esta situación, en una época en la que los padres intentan darles a sus hijos cualquier ventaja posible, exponiéndolos a Paul Klee a la edad de cuatro años, como informó el New York Times, y enseñándoles a cantar canciones infantiles en mandarín.

Si hay tal escasez de escritores competentes, ¿por qué los padres ambiciosos no están apresurándose, para asegurarse de que sus hijos puedan componer un ensayo elegante, y por qué lo estudiantes de MBA no están luchando por lograr esto mismo?

Una posible respuesta es que en realidad no hay bastante demanda por esta habilidad, y que ser un buen escritor no otorga ventajas en el mercado laboral. ¿Tienen razón los estudiantes de los profesores estadounidenses al decir que Twitter, Facebook y los mensajes de texto son todo lo que necesitan?

Lo dudo. Todavía hay empleos en los que es importante escribir bien. Es difícil ver cómo aquellos estudiantes de derecho podrían competir en un juicio si no pueden comunicarse claramente. Por otro lado, no puedo ser la única persona que teme que un banquero que no sabe dónde poner una coma resulte ser igual de descuidado con mi dinero.

Hay un vacío en el mercado, y los padres e hijos inteligentes deberían aprovecharlo. Es mucho más fácil escribir bien que aprender mandarín.

Por Michael Skapinker

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