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IVA al arroz, las papas y la carne: un viejo anhelo del Gobierno con la reforma tributaria

El hueco fiscal actual viene, en buena parte, por los beneficios entregados en la pasada reforma. Si se quiere hablar de reactivación, es momento de repensar los regalos tributarios del pasado, no de poner más cargas sobre los asalariados y los consumidores.

Observatorio Fiscal, U. Javeriana
09 de marzo de 2021 - 02:00 a. m.
Imagen de referencia.
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Foto: Getty Images

La reforma tributaria que el Gobierno radicará ante el Congreso en las próximas semanas se les quiere presentar a los colombianos como una consecuencia directa -prácticamente inevitable- de la pandemia. Sin embargo, la realidad es que ese proyecto pretende tapar un hueco en las finanzas públicas que el propio Ejecutivo ayudó a agravar años antes de que la opinión pública supiera siquiera de la existencia del coronavirus.

Para entender esta historia hay que volver tres años en el tiempo. A finales de 2018, el Gobierno impulsó una reforma tributaria que -bajo el orwelliano nombre de Ley de Financiamiento- les bajó los impuestos a los grandes capitales y empresas del país. Esos beneficios abrieron un hueco de cerca de $9 billones -es decir, millones de millones de pesos en las cuentas públicas-. Para llenarlo, el Gobierno propuso gravar con IVA productos de la canasta familiar que hoy en día están exentos del impuesto.

Lea también: ¿Cuál sería el impacto de ampliar el IVA en la canasta familiar?

La idea no cuajó y el hueco quedó abierto. En 2019, hubo que presentar de nuevo la reforma del año anterior, que se cayó por errores de trámite; el ministro de Hacienda insistió en su idea de cobrar IVA por las papas y el arroz. El Congreso se opuso de nuevo.

Ahora el Gobierno espera que la tercera sea la vencida: el eje central de la próxima reforma tributaria -cuyo texto todavía no se conoce- sería la ampliación del IVA a todos o más productos de la canasta familiar.

Al parecer su punta de lanza será la narrativa de los “beneficios tributarios”. En agosto de 2020 se instaló una comisión de expertos, quienes a pesar de saber poco sobre el complejo sistema colombiano, recomendarán reformas a los beneficios tributarios que existen en el país. Según los cálculos del Gobierno, dichos beneficios rondan los $92 billones. Y, de ellos, $74 billones corresponden al IVA.

¿No pagar IVA por una libra de arroz constituye un beneficio tributario comparable, por ejemplo, con los regímenes de los que gozan las zonas francas o las megainversiones?

Revisar y reformar la estructura de los beneficios tributarios en Colombia es más que necesario. Sin embargo, es llamativo que los focos se pongan sobre el IVA y no sobre renglones como los ingresos de capital o sobre el combate de la evasión y la falta de transparencia en sectores del sistema tributario.

Quienes defienden la idea de una reforma tributaria concentrada en la ampliación del IVA a más bienes de la canasta familiar -y también de impuestos como el de renta– soportan su postura en dos argumentos principales:

El primero, que son “los ricos” quienes pagarán ese nuevo impuesto. La realidad es que serán todas las personas que viven de su salario y no de las rentas -ricos, clase media y quienes ganan uno o dos salarios mínimos- quienes terminarían pagando para tapar el hueco que abrieron los recortes de impuestos otorgados en 2018. Esta es una medida que profundizaría el carácter regresivo del esquema actual, donde el 0,1 % más rico de los colombianos hoy paga menos impuestos como porcentaje de sus ingresos que los asalariados.

El segundo argumento es que existe un programa de compensación del IVA. La iniciativa consiste en la entrega, cada dos meses, de entre $70.000 y $80.000 a familias pobres para aliviar el impacto del IVA en sus ingresos y mejorar su capacidad de consumo. El programa, que en 2020 tuvo un millón de beneficiarios, espera tener el doble este año. Según cifras del propio Gobierno, la devolución del IVA entrega cerca de $2 billones al 20 % de los colombianos más pobres -una cifra que contrasta con recortes cercanos a los $9 billones para las empresas del 1 % más rico-.

Los argumentos suelen también mencionar el “coco” de las calificadoras de riesgo, y la posibilidad de que -si no se llena el hueco fiscal- el país pierda su buen puntaje. Si esto fuera tan inminente, ¿por qué no se tuvo en cuenta al abrir un nuevo hueco fiscal en 2018?

¿Y el gasto en pandemia? Es verdad que la emergencia contribuyó al hueco fiscal, pero se trata de costos que, además de temporales, son menores de lo que se cree. Con corte al 1° de febrero, el Fondo de Mitigación de Emergencias (Fome) -creado para atender la crisis causada por la pandemia- tenía $40,5 billones. De ellos se habían desembolsado $22,7 billones -cerca del 2 % del PIB nacional-.

Lea también: ¿Una reforma fiscal para mejorar inversión social?: responde Ministro de Hacienda

En alguna medida, la opacidad del Gobierno en el manejo de la información sobre el dinero destinado a la atención de la emergencia apoya la defensa de la nueva reforma tributaria. Se dice: “Gastamos mucha plata, de ahí la necesidad de una reforma tributaria”. Cabe entonces preguntarse, ¿cuánta plata? ¿Qué tan grande es el hueco fiscal? ¿Cuánto es gasto temporal y cuánto permanente?

El momento ideal para subir impuestos no existe, ni en Colombia ni en ninguna parte. Pero si hay uno todavía peor es el actual, en medio de la peor crisis económica de la historia del país -con una pandemia todavía en curso, un PIB que se contrajo 6,8 % en 2020 y un desempleo que en enero se ubicó en 17,3 %–.

La clave de la reactivación económica, la restauración del tejido empresarial y la recuperación del ingreso y la capacidad adquisitiva de los colombianos es dinamizar el consumo e impulsar la demanda. ¿Poner más carga tributaria sobre los asalariados y consumidores del país es el camino para lograrlo?

Lea también: Por una reforma tributaria justa

El papel que cumplirá el Congreso es todavía una incógnita. Se da por descontada la resistencia de la oposición y los sectores independientes. ¿Y la coalición de Gobierno? ¿Apoyará subir impuestos un año antes de elecciones?

Suele repetirse que el futuro -y el trabajo para ayudar a la recuperación- es de todos. La solidaridad, el aporte y los impuestos también deberían serlo. No es momento de aprovecharse de una situación catastrófica para sacar adelante agendas políticas, y si realmente hay que subir impuestos, empecemos por cancelar los recortes tributarios otorgados al capital en 2018, y solo después hablemos de cobrar impuestos por el consumo de arroz, papa y carne.

Por Observatorio Fiscal, U. Javeriana

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Dion Casio(66071)11 de marzo de 2021 - 05:26 p. m.
Los funcionarios del Cdemoníaco son iguales que unos atracadores en una joyería decidiendo si se llevan los collares de perlas con diamantes o si prefieren engastes con esmeraldas, al final deciden llevarse todo y si es posible secuestrar al joyero y pedir rescate. AHORA SALIERON CON LA PERLA DE RENOVARLE EL MANDATO AL SEUDOPRESIDENTE PARA ACABAR DE COMPLETAR.!
MHGLOPEZ(85314)10 de marzo de 2021 - 02:06 a. m.
La extrema derecha allanandole el camino a la extrema izquierda. Qué buen papel el de la u. Javeriana con su observatorio fiscal.
jovito(66307)09 de marzo de 2021 - 03:56 p. m.
frente a la grave situación que se presenta cómo quedan los pensionados que gana hasta tres salarios mínimos si se tiene en cuenta que el aumento de sus mesadas está amarrado al IPC , el cual es manipulado por el Estado, pues no existe un control de precios a los comerciantes que tanto defiende Cabal.
  • Dion Casio(66071)11 de marzo de 2021 - 05:31 p. m.
    JOVITO: Los pensionados quedaron pagando un 35% de impuesto permanente porque al pensionarse le aplicaron el descuento decretado por uribe y fuera de eso recuerda que cuando trabajaste se debía declarar y pagar renta en la época en que trabajabas o sea que no se puede cobrar doble tributo, sería inconstitucional , abusivo e ^&**()_)
Contumaz Apostata de la Dextrocardia(likt7)09 de marzo de 2021 - 03:24 p. m.
Sugiero a bodegueros adoctrinados: por qué no se van a vivir a un paraíso fiscal para ricos, multinacionales, mafiosos caucásicos y racistas (pero eso si muy educados)...recordareis: Están en Colombia…o acaso son solo mestizos codiciosos y emergente-arribistas, pretendiendo llegar a la cima pisando cabezas? La fe ciega mueve bodegueros...pero el dinero culos.
Juan(11020)09 de marzo de 2021 - 02:15 p. m.
Un artículo muy oportuno, no tenía de presente muchos temas aquí mencionados. Gracias por informar y explicar.
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