¿La mala hora de las startups en Colombia?

La decisión de Uber y Lime de salir del país y el anuncio de Rappi de hacer un recorte de personal han abierto el debate sobre qué viene para el país en materia económica y tecnológica. Esto opinan los expertos.

Redacción Economía.
11 de enero de 2020 - 04:00 p. m.
Uber dejará de funcionar en el país desde febrero.  / Archivo
Uber dejará de funcionar en el país desde febrero. / Archivo

En menos de 24 horas, tres empresas tecnológicas hicieron anuncios importantes para Colombia. Primero, se supo que la plataforma de patinetas Lime se irá de Colombia y otros países, según dijeron públicamente, con el objetivo de encontrar su independencia financiera. Sin embargo, en meses pasados, las directivas de la compañía habían manifestado su inconformidad con el incumplimiento de las normas que la administración distrital había formulado para Bogotá y la falta de acciones para remediar ese problema.

Horas más tarde de que corriera la noticia sobre la salida de Lime, Rappi anunció que hará un recorte del 6 % de su personal en América Latina para aumentar el tamaño de otras áreas de la empresa, de acuerdo con un comunicado. En el documento negó que Softbank, su inversionista estrella, hubiera tenido alguna injerencia en la decisión, como habían señalado algunos rumores.

Finalmente, llegó el anuncio que más impacto generó: el de la salida de Uber de Colombia, como consecuencia de un fallo de la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC), autoridad que le ordenó a la empresa estadounidense suspender sus servicios en Colombia. La aplicación dejará de funcionar desde el próximo 1. ° de febrero.

Expertos y organizaciones del sector se pronunciaron frente a este hecho, que parece poner en orillas opuestas a los avances tecnológicos e innovaciones mundiales y a la regulación colombiana.

Lea: Uber dejará de funcionar en Colombia desde el 1° de febrero

“El Gobierno y la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) prefirieron, en contra del consumidor, proteger los monopolios y expulsar la tecnología violando la ley, violando el principio de neutralidad de red. Estamos viviendo el principio del fin de los beneficios que genera la economía digital. Esto es vergonzoso, ojalá recapacite el Gobierno”, dijo David Luna, exministro de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC).

En el debate público ha habido cuestionamientos sobre los hechos recientes en un país con un gobierno que ha tenido como banderas la Economía Naranja, la inversión extranjera y los avances tecnológicos. ¿Qué significan estas noticias para la economía y el desarrollo tecnológico del país?

Lea también: “El Gobierno prefirió proteger los monopolios”, y otras reacciones sobre la salida de Uber de Colombia

Según Carolina Botero, directora de la Fundación Karisima, que monitorea derechos humanos en entornos digitales, "en sentido macroeconómico no es una buena noticia para un Gobierno que le apuesta a la inversión extranjera". A propósito de esto, de acuerdo con la información del Banco de la República, la inversión extranjera directa en Colombia durante el 2019 alcanzó los US$10.366 millones, lo que representa un crecimiento del 19,2 % frente los US$8.693 millones registrados durante el 2018. 

Lea sobre la trayectoria y las polémicas alrededor de Uber en el país: Uber: el viaje terminó

Sobre la mala hora que enfrentan las startups en el país, Botero explica que "regular pronto es un problema para la innovación; demorarse es un problema para el sector. Creo que hay problemas en todas las partes. El tema grueso no se soluciona porque además de Uber existen otras plataformas entonces tendrían que regular, pero un proceso regulatorio es lento o por lo menos un buen proceso debería ser lento en el que se consultan a todas las partes involucradas, se construye evidencia, se lleva un proceso abierto, con comentarios y eso toma esfuerzos, recursos y tiempo".

Una de esas otras plataformas de transporte, Beat, precisamente lamentó lo ocurrido y, al igual que Botero, cree que el asunto se debe regular. “Tenemos la esperanza que la situación actual abra un diálogo con el Gobierno para crear una discusión acertada en la cual se tengan en cuenta todas las partes y se priorice al ciudadano”.

Para Botero, sin embargo, "parte del problema que tenemos ahorita es que esos tiempos para regular se han agotado. El Gobierno va a tener que salir a regular de afán y eso lo va a llevar a cometer más errores. El Gobierno está en una encrucijada complicada".

Otros actores y expertos del sector se pronunciaron sobre la salida de Uber del país. Por ejemplo, la Cámara Colombiana de Informática y Telecomunicaciones (CCIT), también lamentó lo sucedido:

A propósito de esto, Mauricio Toro, representante a la Cámara de Alianza Verde, calificó de "apresurada" la salida de Uber del país teniendo en cuenta que la compañía apeló la decisión de la SIC, por lo que el Tribunal Superior de Cundinamarca tendrá la última palabra sobre la orden de suspender los servicios de la aplicación. Toro hizo un llamado "urgente" a avanzar en la aprobación del proyecto de ley, del que es autor, que busca regular el servicio de "transporte privado" intermediado por plataformas tecnológicas, es decir, la actividad a la que se dedican empresas como Uber, Beat, Cabify, Didi e InDriver.

El senador Jorge Robledo, acérrimo crítico de la operación de Uber en el país, por su parte, expresó que el asunto sí se ha intentado regular (se han presentado por lo menos tres proyectos de ley en los últimos años), pero cuestionó el actuar de la compañía estadounidense:

 

El giro que la tecnología ha dado a las economías en los últimos años es vertiginoso e innegable, no solo en el sector transporte, sino en comercio, comunicaciones, turismo, industrias creativas, por mencionar algunos. Tanto en el país como a nivel mundial, organizaciones, académicos y entidades del Estado, como la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC) en Colombia, se han sentado a pensar cómo enfrentar los retos de un mundo en el que las innovaciones avanzan más rápido que las normas. La CRC, por ejemplo, trazó una hoja de ruta para quienes formulan las políticas públicas y toman las decisiones. La competitividad y el desarrollo económico se muestran como prioridades en la agenda regulatoria 2020-2021 de la entidad.

No obstante, es claro que sigue habiendo ruido en el ambiente y asuntos sin conciliar o resolver, asuntos que una y otra vez han puesto a empresas como Rappi (una empresa de US$1.000 millones) en el ojo del huracán por temas como el bienestar de sus repartidores, el uso del espacio público o las garantías para sus usuarios. Ahora, Uber, que se ha enfrentado a los reguladores en varios países, se apaga en Colombia, mientras la economía digital o la llamada "cuarta revolución industrial" sigue avanzando en medio de limbos o vacíos normativos.

Por Redacción Economía.

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