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La nueva apuesta de Johana Bahamón por la población carcelaria

La directora de la Fundación Acción Interna abrirá la Casa Acción Interna, un nuevo espacio enfocado en proyectos productivos para las personas que recuperaron su libertad. Afirma que la generación de empleo digno es un primer paso para reducir la reincidencia en el país.

Valeria Cortés Bernal
18 de octubre de 2020 - 02:00 a. m.
Johana Bahamón, directora de la Fundación Acción Interna, en compañía de reclusos de la cárcel Modelo, de Bogotá.  / Diana Suárez.
Johana Bahamón, directora de la Fundación Acción Interna, en compañía de reclusos de la cárcel Modelo, de Bogotá. / Diana Suárez.

Desde 2013, la Fundación Acción Interna no para de crear proyectos para mejorar la calidad de vida de la población carcelaria y pospenada de Colombia. Sus iniciativas, que van desde festivales de teatro hasta talleres de emprendimiento, han llegado a los 132 centros de reclusión del país, impactando a más de 40.000 reclusos y facilitando empleo a 348 personas pospenadas en diferentes organizaciones.

En los últimos años, la Fundación le ha apostado a proyectos que promuevan la empleabilidad de los internos; esto se ha visto reflejado en propuestas innovadoras como el Restaurante Interno, que es atendido por mujeres privadas de la libertad en Cartagena, y Agencia Interna, empresa de publicidad que genera campañas desde la cárcel La Modelo, de Bogotá. Siete años después de su creación y en el marco de la reactivación económica que se da tras la pandemia, la Fundación inaugurará Casa Acción Interna, un espacio en el barrio Teusaquillo pensado para conectar a personas pospenadas con la población civil, ofrecer apoyo psicosocial y jurídico e impulsar nuevos negocios.

El Espectador habló con Johana Bahamón, directora de Acción Interna, sobre la importancia de emplear a esta población para reducir la reincidencia de delitos y la apertura de su nueva casa, que denomina “el primer centro productivo de segundas oportunidades”.

Su Fundación lleva casi una década trabajando con la población carcelaria y pospenada. ¿Qué los motiva a crear proyectos y buscar alianzas para dignificar a estas personas?

Desde el momento en que empezamos a trabajar por y para la población carcelaria nos dimos cuenta de que, en su gran mayoría, nunca han tenido oportunidades de ningún tipo: ni laborales, ni educativas, ni participativas. Eso influye, en muchos casos, en la prevalencia de los delitos. Ante la realidad, lo que tratamos de hacer es trabajar para que no vuelvan a cometer el mismo error. Por eso les ofrecemos herramientas que fomenten su resocialización y reinserción de una manera digna y permanente.

¿A qué se enfrenta una persona cuando intenta buscar trabajo tras dejar la cárcel?

Al estigma de haber cometido un error, así de simple. Eso marca y casi que las obliga a cargar con un letrero que dice “no confíes en mí”. A la mayoría, cuando se presentan a una convocatoria laboral, de entrada les niegan la posibilidad de poder acceder a un trabajo al ver sus antecedentes judiciales. Hay excepciones, como lo son nuestras empresas aliadas, quienes apoyan enfáticamente las segundas oportunidades y quieren contribuir a un país más equitativo. No se trata sólo de perdonar y olvidar, se trata de garantizar oportunidades a una persona que cumplió su condena y quiere aportar positivamente a la sociedad. Por eso el trabajo no sólo está dentro de la cárcel. También hay que educar a la población civil para que entienda que el objetivo final de todo este trabajo es acercarnos cada vez más a tener una mejor sociedad.

¿Cuál es la idea equivocada que más escucha sobre las personas pospenadas?

Que todos los delitos son iguales. La gente suele creer que las personas que están en una cárcel están pagando la misma condena y no merecen salir nunca. Eso no es cierto. Por eso existe un Código Penal que tipifica cada delito y estipula una pena dependiendo de su gravedad. Cuando uno se sienta a ver cada caso particular, se da cuenta de que es muy difícil comparar. La gente cree que todas las personas que están en una cárcel ya fueron condenadas y están pagando una pena por el delito que cometieron. Eso tampoco es cierto. En este momento en Colombia hay muchísimas personas privadas de la libertad sindicadas; es decir, que no han sido juzgadas todavía. Pasan años esperando a que este sistema judicial lento, burocrático y complicado les solucione su situación. Y lo más probable es que algunas de ellas sean inocentes.

¿Hay más empresarios y firmas dispuestas a emplear a personas que recuperaron su libertad o todavía hay un camino por recorrer?

Desde que empezamos con la fundación sabíamos que ese sería un reto importante. Pero hemos trabajado por eso y ya tenemos alianzas con varias empresas para la contratación de pospenados. Nuestros aliados están muy satisfechos con haberse “arriesgado” a tomar esta decisión porque se han encontrado con personas maravillosas. Hay empresas que al ver los buenos resultados con los pospenados nos piden más personas para sus convocatorias. Todos los días estamos en la búsqueda de nuevas empresas que quieren unirse a nuestra causa y así ir ampliando las ofertas laborales para quienes recuperan su libertad.

En el aspecto productivo, ¿hay ventajas a la hora de contratar a esta población?

Creo que la productividad no se basa en que una persona sea pospenada o no. Se basa en las capacidades que tiene esa persona para cumplir con su trabajo de la mejor forma posible. La ventaja más importante que trae contratar a esta población radica en reducir el índice de reincidencia. Nuestra tarea también es hacerles entender eso a las empresas y organizaciones: cuando contratan personas pospenadas están pensando en el futuro y en el desarrollo de nuestro entorno.

¿Cómo nació el proyecto de la casa que abrirán a finales de este mes?

Casa Acción Interna es un proyecto en el que venimos trabajando desde 2019 con el propósito de crear un espacio productivo para los internos, pospenados, jóvenes del sistema de responsabilidad penal adolescente y sus familiares. Como parte de su proceso de resocialización y reinserción, aquí contarán con apoyo psicosocial y jurídico, y herramientas como el Programa de Alianzas para la Reconciliación (PAR) de ACDI/VOCA para la vinculación laboral, emprendimiento y el desarrollo de habilidades socioemocionales.

¿Qué tipo de programas o servicios se podrán encontrar allí?

Entre los proyectos productivos que se desarrollarán en este nuevo espacio, la Fundación incluirá algunos modelos implementados en otras cárceles. Estarán versiones del Restaurante Interno, que estaba en la cárcel de mujeres de Cartagena, y la Agencia Interna, de la cárcel Modelo. Algo muy importante es que tendremos atención virtual y presencial en otros lugares del país. Nuestra idea es llegar a todas las regiones de Colombia y así poder trabajar con personas que nunca han tenido apoyo al salir de la cárcel.

¿Qué organizaciones apoyarán el proyecto?

Casa Acción Interna abre sus puertas gracias al apoyo de nuestros aliados en cooperación internacional: la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), ACDI/VOCA, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y Open Society. Pero también tenemos el apoyo de empresas privadas que se han querido vincular en todo el tema de empleabilidad. Por supuesto, en el área formativa contaremos con el apoyo de la academia y nuestro gran aliado para eso es la Universidad Sergio Arboleda. Es una invitación abierta para empresas que quieran unirse a este proyecto.

¿Cómo podrá aportar la población civil?

Será un espacio de encuentro muy importante con la sociedad civil. Aquí podrán vivir las experiencias que les brindan proyectos productivos como el Restaurante Interno o los espacios de barbería y tatuajes. Además, nuestra Agencia Interna seguirá trabajando en campañas de publicidad con clientes reales. También tendremos un call center y un taller de confección que ofrecerán oportunidades a las personas que pasaron por la cárcel.

En el contexto de la pandemia, ¿qué relevancia tiene un espacio como esta casa que, en últimas, se enfoca en reactivar la economía y generar empleo?

La pandemia nos ha vuelto más humanos y creo que es el momento en el que debemos ser empáticos. Este espacio, además de ser un encuentro entre varios actores de la sociedad, tiene dos propósitos con la población pospenada: por un lado, generar vinculación laboral y, por otro lado, darles todas las herramientas a aquellas personas que quieren trabajar en sus ideas de negocio o fortalecer sus emprendimientos.

Con la apertura de esta casa también se lanzará el pódcast “La Celda”, con historias de personas que han pasado por la prisión o que ya están en libertad. ¿Cómo nació esta iniciativa?

Hace un tiempo veníamos con la idea de contar historias de segundas oportunidades, historias esperanzadoras de personas privadas de la libertad y de otras que ya la recuperaron. Pero al mismo tiempo, queríamos que fuera un formato novedoso al que cualquier persona pudiera acceder. Es así como nace La Celda: Voces de Libertad, un pódcast cuya primera temporada contará con cinco capítulos de personas muy diversas que han trabajado con nosotros y queremos visibilizar. Este es un proyecto que trabajamos en alianza con El Espectador. Cada 15 días podrán escuchar en las plataformas del periódico y en la página de la Fundación Acción Interna estas historias fascinantes y llenas de segundas oportunidades.

¿Por qué cree que es importante visibilizar este tipo de relatos?

Tenemos que dejar de pensar que todas las personas que están privadas de la libertad son malas o que sencillamente su vida terminó ahí y tienen que estar encerradas. Estas historias ayudan a mostrar que son seres humanos que cometieron errores. Unos más graves que otros, claro, pero por los que están pagando una condena o ya la cumplieron. Van a encontrarse con cocineros, escritores, activistas y muchas más historias que seguro los atraparán.

El Espectador lanzará pódcast con Acción Interna

El próximo 29 de octubre, día en que la fundación inaugurará su nueva casa, también se llevará a cabo el lanzamiento del pódcast ‘La Celda: Voces de Libertad’, un proyecto sonoro creado por El Espectador en alianza con Acción Interna para dar a conocer historias de redención que nacieron en las cárceles de Colombia.

La primera temporada incluirá cinco historias de internos y de personas que ya recuperaron su libertad, quienes se abrieron para contar públicamente cómo es la vida en el interior de una prisión y reflexionan sobre la importancia de las segundas oportunidades.

Este pódcast contará con la participación de Johana Bahamón como presentadora y fue realizado por el equipo periodístico de este diario.

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Omar(hfp55)18 de octubre de 2020 - 05:54 p. m.
Admiración total a Johana y todos los que han trabajado en este proyecto.
Berta(2263)18 de octubre de 2020 - 04:48 p. m.
Por supuesto que todo condenado tiene derecho a una segunda oportunidad; lo que no hay que olvidar es que un crimen NO ES UN ERROR. Un error es, por ejemplo, olvidar documentos importantes en la casa cuando se requieren urgentemente en algún trámite. En cambio violar, torturar, robar, asesinar, traficar con armas o con droga o genocidios: Son CRIMENES.
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