Los “e-books” no les ganan la carrera a los libros impresos

Aunque en 2017, la producción de libros digitales en Colombia creció un 13,9 % en comparación con 2016, el papel sigue liderando el negocio.

Lucety Carreño Rojas - @LucetyC - lcarreno@elespectador.com
26 de abril de 2019 - 02:00 a. m.
La Cámara Colombiana del Libro es uno de los organizadores de la Feria Internacional del Libro de Bogotá (Filbo).  / Mauricio Alvarado - El Espectador
La Cámara Colombiana del Libro es uno de los organizadores de la Feria Internacional del Libro de Bogotá (Filbo). / Mauricio Alvarado - El Espectador

En esta era digital los colombianos siguen prefiriendo leer en papel. Así lo demuestran los resultados de las estadísticas del sector editorial en Colombia de la Cámara Colombiana del Libro (CCL). Según la medición más reciente, en 2017, de 36’803.003 ejemplares de libros vendidos, solo 1’757.559 fueron digitales.

La cifra era de más de 1,2 millones en 2014, llegó casi a duplicarse en 2016, para finalmente caer en 2017. Según la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico, el consumo de este tipo de productos está por debajo del 3 % del total de libros.

En cuanto al registro de títulos digitales, el gran salto se dio en 2013, cuando el total alcanzó los 3.933 ejemplares, lo que representó un aumento del 105 % respecto a 2012. El año siguiente (2014) hubo un retroceso del 5,6 %, pero desde 2015 las cifras han sido positivas. De acuerdo con los números más recientes de la CCL, la producción digital en Colombia creció un 13,9 % en 2017 en comparación con 2016. En este mismo período, el 27 % de los libros registrados en el país fueron e-books.

Entre los factores que median en el movimiento de este mercado están las dificultades y el desconocimiento para el acceso a las nuevas tecnologías, así como los bajos índices de lectura. Una de las razones de esta situación es el costo de los dispositivos para leer en digital, pues un Kindle cuesta aproximadamente $500.000; en cambio un libro físico puede costar de $50.000 a $80.000.

“A pesar de que el precio del libro físico es mayor, no todas las personas cuentan con un dispositivo para leer en formato digital. Además, el uso del libro físico es una manera que tienen los lectores de descansar del mundo virtual”, explica Juan José Daza, miembro del Consejo Directivo de la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico (CCCE).

De los 18.508 libros registrados en 2017, 6.496 son del sector de empresas editoriales. Y de esos, 1.288 fueron digitales. Según la CCL, los libros digitales preferidos por los colombianos durante 2017 fueron sobre educación (523), ciencias sociales (275), literatura colombiana (228), investigación (194) y derecho (159).

Transformación digital

Las nuevas tecnologías y la digitalización de los procesos están haciendo que las empresas y organizaciones cambien sus métodos de trabajo para así responder a las necesidades de los clientes. Ese cambio es conocido como transformación digital y ni las editoriales ni los libros han sido ajenos.

Un caso de cómo se está abordando el desafío es la editorial Legis, fundada hace 67 años. Tiene, además, el periódico Ámbito Jurídico, que lleva veinte años en el mercado. José Antonio Currea, su gerente general, le contó a El Espectador sobre las novedades para 2019 de la empresa, entre las que se encuentra un cambio de imagen y una fuerte apuesta por lo digital.

“Este año viene con un rediseño en el producto de las obras electrónicas. Nuestro contenido es para abogados, contadores, tributaristas, personas especializadas en comercio exterior y gestión humana. A esos grupos de profesionales a los que llegamos les ofreceremos no solo nuestro contenido tradicional, que son los libros y los códigos, sino también lo electrónico”.

Además de ofrecer e-books, Legis está empezando a incorporar inteligencia artificial mediante “búsquedas contextuales para ayudar a que el profesional encuentre mejor contexto. De hecho, tenemos una herramienta que se llama Analítica. Si bien no tiene todavía inteligencia artificial, estamos en ese proceso de transición para que, por ejemplo, un abogado haga una consulta y gráficamente le muestre los pronunciamientos más cercanos a lo que está preguntando”.

El consumidor digital

Hace diez años una de las exigencias del mercado mundial era adoptar la transformación digital. Jeff Bezos, dueño de Amazon, lo entendió y se convirtió en pionero en el terreno de la edición digital con la creación del Kindle, un lector de libros electrónicos que permite comprar y leer e-books. En 2011, el grupo indicó que vendía 105 libros Kindle por cada cien libros impresos.

Otras empresas que han cambiado el mercado mundial y lo han volcado a lo digital son Netflix con el cine o Spotify con la música. Incluso, existe una plataforma de streaming para lectores. Se trata de Bookmate, una aplicación que ofrece una biblioteca electrónica con más de 1’000.000 de libros. La suscripción a este servicio para Colombia es de $17.900.

Un nuevo estudio de Kantar, realizado por Dimensión, sobre las nuevas exigencias del consumidor, destaca el éxito de los servicios por suscripción. “Los consumidores sí están dispuestos a pagar por el acceso a un contenido si sienten que este satisface sus necesidades. El 52 % de la muestra afirma que en la actualidad paga por un servicio de suscripción de TV-video y un 22 % paga por un servicio de suscripción de audio o música”.

El 48 % de las personas que pagan por esas suscripciones afirma que la razón es la exclusividad de los contenidos y el 37 % dice que le resulta atractivo el hecho de poder evitar los anuncios publicitarios.

Los retos

Sin embargo, en Colombia parece que esta transformación digital no será fácil en el ámbito editorial, pues primero es necesario incentivar desde las instituciones el gusto por la lectura y poner al alcance de toda la población colombiana las herramientas digitales adecuadas.

Según la última Encuesta Nacional de Lectura realizada por el DANE, los colombianos que leen consumen en promedio 5,1 libros al año, mientras que la población total (que incluye a los no lectores) lee 2,7 libros anualmente. Es decir, siguen siendo cifras de lectura muy bajas en comparación con los índices mundiales, lo que impide el crecimiento de este sector en lo digital. En Estados Unidos, según Statista, el 78 % de los encuestados lee diez o más libros al año.

Por otro lado, “existe mucha desconfianza e ignorancia en cómo adquirir libros digitales. Además, el margen para el sector digital no es relevante, es muy bajo, incluso para el sector de libros no alcanza a tener un peso significativo”, afirma Daza, quien también es el country mánager de Buscalibre.com, empresa de comercio electrónico de venta de libros.

Como se evidencia en el mercado nacional, una solución para aportar al crecimiento del consumo de e-books está en las nuevas generaciones, quienes son los potenciales consumidores al ser nativos digitales.

“La ventaja de leer en digital es el precio, ya que (al no tener el costo de producción) el mismo título se consigue más económico”, puntualiza Daza. Un e-book en el mercado se consigue desde US$10.

Daza y Currea coinciden en que los libros que se adquieren por internet no compiten con los impresos, lo que buscan es ser complementarios y satisfacer las necesidades de los nuevos consumidores. No es necesario que el libro impreso desaparezca para que el digital se posicione, se trata de que los dos convivan.

Por Lucety Carreño Rojas - @LucetyC - lcarreno@elespectador.com

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