La investigación por corrupción de dos magnates chilenos ha puesto bajo el microscopio la fortuna que empezaron a amasar durante la dictadura militar de Augusto Pinochet.
A diferencia de muchos multimillonarios que viven en mansiones rodeadas de altos muros, Carlos Alberto Delano y Carlos Eugenio Lavín residen en una comunidad cerrada de otro tipo: una cárcel de Santiago.
El mes pasado un juez les dictó prisión preventiva por cargos de soborno y delitos impositivos. Los fiscales dijeron haber descubierto sobornos que el Grupo Penta, fundado por Delano y Lavín, pagó a un viceministro, así como facturas falsas y contratos a término utilizados para disimular un plan de evasión fiscal.
Una portavoz del Grupo Penta refirió las preguntas sobre la investigación a Julián López, abogado que representa a Delano y Lavín. López expresó en un correo electrónico que los socios no han cometido ningún delito y que, si bien reconocen la existencia de “irregularidades y malas prácticas” en su conglomerado, sus “infracciones fiscales no constituyen un delito”.
Delano y Lavín han colaborado con las autoridades y su encarcelamiento es innecesario porque no hay peligro de fuga, agregó López. Los fiscales acusaron a nueve personas como parte de la investigación de Penta, cuatro de las cuales se encuentran presas.
López aseguró que sus clientes pagaron todos los impuestos en cuestión, además de los intereses y las multas, y que ser dueños de Penta no los hace responsables de cualquier supuesta acción indebida que pueda haberse cometido en la compañía.
Multimillonarios ocultos
El ente regulador de las finanzas de Chile hizo saber en un informe a los legisladores emitido en enero que está supervisando las finanzas de Penta hasta tanto tenga lugar el juicio contra Delano, de 66 años, y Lavín, de 72 años. Luego de trabajar en el conglomerado Cruzar-Larraín en la década de 1970, Delano y Lavín comenzaron a amasar su fortuna por medio de adquisiciones en los sectores chilenos de las finanzas y la salud, impulsados por las privatizaciones de la dictadura de Pinochet, que se extendió de 1973 a 1990. Su primera compra fue una compañía de seguros recién privatizada.
“Poseen una gran cantidad de efectivo y propiedades”, dijo Patricio Navia, profesor adjunto del Centro de Estudios Latinoamericanos y Caribeños de la Universidad de Nueva York. “Se iniciaron trabajando en uno de los conglomerados más importantes de Chile. Después empezaron a crear el propio”.
En 1988 adquirieron una participación en un fondo de pensiones que cotizaba en bolsa y había sido creado por el régimen de Pinochet, AFP Cuprum. Veinticuatro años después, tras acumular una participación mayoritaria, liquidaron sus acciones en una operación de US$1.500 millones.
Hoy Delano y Lavín tienen cada uno un patrimonio neto de US$1.200 millones, según el Índice de Multimillonarios de Bloomberg. Ninguno de los dos figuró nunca en un ranquin internacional de riqueza.
Son dueños del Banco Penta, la decimotercera institución de préstamo de Chile por activos, una compañías de seguros, una administradora de activos, una sociedad de bolsa y firmas de factoring. El holding Penta también tiene intereses en los sectores de las soldaduras, la producción de vidrio y plástico y las propiedades inmobiliarias.