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La odisea de reemplazar el crudo

Aunque el Gobierno apuesta por la devaluación y las 4G como catalizadoras de la industria y el comercio exterior, expertos lo consideran insuficiente.

Camilo Vega Barbosa
20 de abril de 2015 - 12:42 a. m.
Archivo /  La meta  es aumentar las exportaciones no minero - energéticas.
Archivo / La meta es aumentar las exportaciones no minero - energéticas.

El consenso a nivel internacional indica que los precios del petróleo por encima de los US$100 no regresarán pronto. Una situación aguda para Colombia ya que, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), más del 50% de las exportaciones y de la inversión extranjera directa del país dependen de la cotización del crudo. Frente a esta situación el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, ha dicho “que la caída de los precios del petróleo provocará que las exportaciones se reduzcan alrededor de US$5.000 millones, pero las coyunturas actuales, como la recuperación de Estados Unidos y la tasa de cambio, permiten hacer políticas para reemplazar la pérdida. Dado que los envíos de productos no tradicionales suman un nivel similar al que se quiere cubrir, la apuesta del Gobierno es que este rubro duplique su nivel para que se pueda lograr el empalme”.

De manera que la gran apuesta del Gobierno es cambiar la cultura petrolera que por más de diez años ha reinado en el país. Sin embargo, los sectores con los que piensa realizar el proceso no se encuentran en las mejores condiciones. Por un lado, según el DANE, la producción industrial se contrajo por segunda vez en 2015 al bajar 1,3% en febrero con relación al mismo mes de 2014. Y “aunque Colombia es una nación tropical con gran potencial agrícola, cerca del 28% de los alimentos que se consumen dentro del territorio son importados. Esto representa un costo de oportunidad ya que los productos agrícolas con valor agregado tienen un gran potencial en el mercado internacional”, agregó Rafael Mejía, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC).

Cálculos del Centro de Pensamiento en Estrategias Competitivas (Cepec) de la Universidad del Rosario indican que al país le tomaría aproximadamente 17 años duplicar sus exportaciones no minero-energéticas, teniendo en cuenta el ritmo de crecimiento promedio de los últimos 10 años, que ha sido de 4,2%. Una tarea que se podría alargar hasta 28 años si lo que se quiere es doblar las ventas externas agrícolas e industriales, pues este rubro se incrementó a un ritmo promedio de 2,5% durante la última década.

El Cepec sugiere además que si se quisiera cumplir las metas en exportaciones de bienes agrícolas e industriales en el actual período de gobierno, habría que acelerar el crecimiento de estas ventas externas del 4,2% anual a un 6,4% anual. Asimismo se requiere acelerar las decisiones para fortalecer la estrategia exportadora de bienes no minero-energéticos, para enfrentar los cuatro tipos de obstáculos identificados por el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo: las medidas no arancelarias gravosas, el desconocimiento de oportunidades comerciales, las barreras a una mayor productividad y las dificultades asociadas a la infraestructura y los costos de transacción.

Por ello Javier Díaz, presidente de la Asociación Colombiana de Comercio Exterior (Analdex), afirmó que “la política industrial que se debe implementar en Colombia no necesariamente tiene que ser con base en protección ni en subsidios, sino una política moderna que le brinde un marco adecuado a la industria para su desarrollo. Por ejemplo, yo creo que la última reforma tributaria está castigando la inversión, y se debería mirar con la reforma estructural que se plantea cómo la política impositiva debería propender por el desarrollo productivo del país”.

Por otro lado, hay una problemática en lo referente al aparato extra costos industrial. Por ejemplo, el elevado precio de la energía frente a otros países de la región, como México. Además, el tema logístico de llevar un contenedor del centro del país a los puertos llama la atención porque cuesta por lo menos US$1.000 más frente a las tarifas de los competidores de la región.

“Aunque el dólar ayude a las exportaciones, y políticas como la de las carreteras 4G son bien recibidas, estos factores no son suficientes para garantizar que la industria podrá remplazar las ventas externas de petróleo. Porque de nada sirve un programa que le ahorre seis horas a un camión de carga que va desde el centro del país hasta Cartagena si cuando llega al puerto se pierde un día en el proceso logístico. Se requiere un plan de choque que elimine las barreras que nosotros mismos nos hemos impuesto al comercio exterior”, agregó Díaz.

 

Por Camilo Vega Barbosa

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