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Muchos años atrás, la devaluación era el arma que esgrimían los exportadores para hacerse fuertes en el mercado externo, y algunos incluso sacaban pecho cuando lograban colocar mayores productos en el mercado internacional. Pero los tiempos han cambiado y un precio alto del dólar como el actual, que ha tocado el umbral de los $3.500, ya no impulsa las ventas externas de productos colombianos, sino que es motivo de preocupación entre los consumidores e inquieta a la autoridad monetaria y al propio Gobierno, así no lo admitan.
Por Jorge Sáenz V./ @JorgeS_v
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