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Sigue la espera por el censo de población

La medición estadística cuesta más de $300.000 millones. En 2016 se invirtieron $15.000 millones para arrancar las pruebas, pero en el proyecto de presupuesto no se destina dinero para la iniciativa.

María Alejandra Medina C.
18 de agosto de 2016 - 03:00 a. m.
Según el censo de 2005, la población afro es cercana al 10 %. Organizaciones sociales aseguran que es el doble.  / Óscar Pérez
Según el censo de 2005, la población afro es cercana al 10 %. Organizaciones sociales aseguran que es el doble. / Óscar Pérez

Saber cuántos habitantes tiene un país y en qué condiciones viven es el objetivo de hacer un censo de población. Al final, son datos fundamentales para formular políticas públicas que puedan atender las necesidades de los habitantes de un país, y, por eso, a nivel internacional, la recomendación es actualizar esas estadísticas cada 10 años. Según eso, a Colombia, que realizó su última medición en 2005, se le está haciendo tarde.

Una de las mayores expectativas de las organizaciones que han estado pendientes de que el censo se realice era ver recursos destinados para todo el operativo en el proyecto de presupuesto que el Gobierno presentó al Congreso de la República. En el documento que el Ministerio de Hacienda radicó a finales de julio, los recursos de inversión para el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), son cercanos a los $83.500 millones.

Fuentes del Ministerio de Hacienda confirmaron que el monto del que habla el proyecto de ley de presupuesto no contempla la realización del censo. Según Mauricio Perfetti, director del DANE, realizar todo el censo puede costar entre $300.000 millones y $350.000 millones, casi cuatro veces todo el presupuesto de la entidad para 2017.

“Nos preocupa el tema de que el censo no esté en el presupuesto del próximo año. Sin embargo, en el censo anterior se hizo un préstamo con el BID (Banco Interamericano de Desarrollo). No queremos tomar una posición apresurada y asumir que no estar en el presupuesto significa que no se vaya a hacer”, afirmó Dora Vivanco, vocera de la Conferencia Nacional de Organizaciones Afrocolombianas (CNOA).

Desde el Ministerio de Hacienda aseguran que efectivamente los recursos se podrían conseguir por otra vía, aunque sin dar mayor detalle. El DANE, por su parte, expresó que el tema por ahora es competencia del debate que se adelante en el Congreso de la República, una discusión que apenas está arrancando.

En 2016 el censo estuvo incluido en el presupuesto, con un total de $15.000 millones. El DANE ha venido adelantando ensayos del censo al tiempo que ha puesto a prueba el formulario, un tema al que con insistencia se han referido organizaciones que representan comunidades étnicas. Aseguran que la forma como se planteen las preguntas puede alterar los resultados.

Según Claudia Mosquera, del grupo de investigación sobre igualdad racial Idcarán, de la Universidad Nacional, si a un ciudadano le preguntan si se considera —o lo consideran— blanco, mestizo, indígena o “ninguno de los anteriores”, y no sabe qué responder, lo más probable es que se escape respondiendo “ninguno”, en vez de tomarse el tiempo para pensar. Las estadísticas finales entonces ocultarían ese tipo de situaciones.

El CNOA y el Idcarán, entre otros, son parte de la Mesa Interétnica Censal, compuesta por organizaciones que representan comunidades indígenas, afros y a la academia, y que han trabajado de cerca con el DANE en todo el proceso. De acuerdo con Vivanco, esperan que el conocimiento que han recogido pueda acompañar técnicamente el operativo censal, que oficialmente se coordina entre el Gobierno y el espacio de consulta previa.

Dicho espacio, en el caso de las comunidades afros, fue otra de las demoras de cara al censo, pues apenas terminó de ser concertado con el Ministerio del Interior a mediados de este año.

La deuda con un censo de población hizo eco esta semana en El País de España. “El más de medio siglo de guerra entre las guerrillas, los paramilitares y el Ejército ha vedado determinadas regiones de Colombia a los funcionarios públicos, incluidos los del DANE”, escribió la corresponsal Ana Marcos.

Instituciones como la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), que también forma parte de la Mesa, han señalado la importancia de la medición, porque “es el censo del posconflicto”. El DANE ya se puso al día con una de las mayores deudas del Estado en materia estadística: el primer censo agropecuario en 45 años. El de población es la próxima tarea, que no sólo incluye a los grupos étnicos, sino a la población en general, pero para la cual aún no hay claridad sobre los recursos que la sacarán adelante.

Por María Alejandra Medina C.

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