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Sistemas de pensiones más grandes del mundo, en deuda con las mujeres

Ellas ya suelen ganar menos que los hombres y se toman más tiempo fuera de la fuerza laboral para tener hijos, lo que da como resultado la disminución de las pensiones.

24 de julio de 2020 - 02:22 p. m.
Expertos aseguran que la pandemia podría empeorar la perspectiva del mercado laboral de las mujeres porque tienden a trabajar en los sectores más afectados.
Expertos aseguran que la pandemia podría empeorar la perspectiva del mercado laboral de las mujeres porque tienden a trabajar en los sectores más afectados.
Foto: Agencia Bloomberg

Incluso antes de que el Covid-19 cerrara las economías en todo el mundo, muchas mujeres enfrentaban la jubilación con menos ahorros que los hombres. Ahora, esa brecha se ampliará aún más en algunos de los sistemas de pensiones más grandes del mundo.

Las mujeres ya suelen ganar menos que los hombres y se toman más tiempo fuera de la fuerza laboral para tener hijos, lo que da como resultado la disminución de las pensiones. Y a medida que los cierres y cuarentenas destruyen industrias como los viajes aéreos, el turismo, el comercio minorista y la hospitalidad, se enfrentan a un riesgo desproporcionado de perder sus empleos, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.

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La respuesta política a la pandemia también plantea el riesgo de exacerbar el problema. Algunos países, como Australia, EE.UU., España, Dinamarca y Canadá están permitiendo que las personas tengan acceso anticipado a sus fondos de jubilación para capear la crisis, lo que genera preocupación porque las mujeres –que tienden a vivir más que los hombres– están agotando aún más sus ahorros.

“Hay algunos indicios de que las mujeres podrían verse más afectadas y que la brecha de pensiones aumentaría en el futuro”, dice Maciej Lis, economista del equipo de pensiones y envejecimiento de la población de la OCDE en París. “La crisis parece empeorar la perspectiva del mercado laboral de las mujeres con más fuerza que la de los hombres porque las mujeres tienden a trabajar en los sectores más afectados”.

El problema es un desafío adicional para los formuladores de política, quienes ya están lidiando con la forma de mantener a las poblaciones que envejecen. Y está exponiendo fallas subyacentes en los sistemas de pensiones diseñados para garantizar que las personas estén financieramente seguras en la jubilación sin depender del bienestar social.

A pesar de que su sistema de pensiones se clasifica como el tercer mejor del mundo detrás de Países Bajos y Dinamarca, las mujeres en Australia enfrentan la jubilación con un 40% menos de ahorro que los hombres, similar al promedio de la Unión Europea, según Mercer. En Estados Unidos, el déficit es de 32%, según la OCDE.

Un problema clave en Australia es que el sistema de pensiones está vinculado al trabajo remunerado. Los empleadores tienen que pagar 9,5 % del salario bruto de un trabajador a un fondo de jubilación cada mes, pero el umbral para que esos pagos sean obligatorios es un ingreso mensual de 450 dólares australianos (US$320), lo que significa que muchos trabajadores con salarios más bajos y ocasionales quedan por fuera.

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“Tenemos un sistema de jubilación muy sofisticado que recompensa a aquellos con una carrera profesional ininterrumpida”, dice Debby Blakey, directora ejecutiva de Health Employees Superannuation Trust Australia, un fondo de pensiones de 52.000 millones de dólares australianos con miembros predominantemente femeninos. “El sistema no funciona para las mujeres que toman tiempo fuera de la fuerza laboral, las mujeres que trabajan ocasionalmente, a tiempo parcial y no le da suficiente valor a esos años de trabajo no remunerado”.

El Covid-19 amplificará la carga de trabajo no remunerado de las mujeres, dijo la OCDE en un informe sobre el impacto del virus.

El gobierno australiano está llevando a cabo una revisión del sistema de ahorro para la jubilación, y hay solicitudes de que el umbral de 450 dólares australianos sea eliminado. David Knox, un socio sénior en Mercer, con sede en Melbourne, dice que el gobierno también podría considerar contribuir a las pensiones mientras las mujeres toman tiempo para ser cuidadoras familiares.

Los países con mejores resultados, como Dinamarca y Suecia, compensan bien las interrupciones de carrera para el cuidado de niños, según un informe del Parlamento Europeo. La mayoría también tiene altos niveles de redistribución de ingresos. Dinamarca se encuentra entre los países que han cerrado la brecha de ingresos de jubilación a alrededor del 8 %, según datos de la OCDE.

El informe cita a Grecia, Italia y España entre los países que enfrentan riesgos cuando se trata de ahorros de jubilación para las mujeres. Destaca cuestiones como las bajas tasas de empleo femenino, una alta proporción de mujeres que trabajan a tiempo parcial y las altas brechas salariales de género.

Problemas similares se ven en EE.UU., y ahora los efectos económicos negativos de la pandemia amenazan aún más una jubilación financieramente segura, especialmente para las mujeres, según Transamerica Center for Retirement Studies

En una encuesta de abril, enviada después de que varios estados emitieran órdenes de quedarse en casa y grandes sectores de la economía de EE.UU. se cerraran temporalmente, el 25 % de las mujeres dijo que su confianza en su capacidad para retirarse cómodamente había disminuido debido a la pandemia, en comparación con el 21 % para hombres. Alrededor del 39 % de las mujeres no están ahorrando para la jubilación, en comparación con el 22 % de los hombres. Además, el 24 % de ellas dijo que no tiene ahorros en una cuenta de jubilación calificada a la que puedan acceder si tienen problemas financieros, en comparación con el 12 % para los hombres.

“Mucho antes de la pandemia, las mujeres ya enfrentaban desafíos formidables para ahorrar y planificar la jubilación”, dice Catherine Collinson, directora ejecutiva del centro.

“Es probable que cualquier interrupción en el empleo, los ingresos y el acceso a los beneficios para las mujeres amplíe la brecha. Además, dados los roles sociales de larga data, las mujeres pueden verse más involucradas en la educación en el hogar de sus hijos o en ser llamadas a ser las cuidadoras de un padre o un ser querido que envejece”, afirma. Collinson pide cambios en el Seguro Social, incluido el otorgamiento de créditos por el tiempo no remunerado dedicado a funciones de cuidado.

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El aumento de los niveles de educación financiera podría ayudar. En un estudio realizado el año pasado, Fidelity International descubrió que, si bien las mujeres australianas estaban más preocupadas por su futuro financiero que los hombres, más de un tercio no sabía cuánto necesitaban para retirarse.

Mercer, en el Reino Unido, descubrió que las mujeres eran más reacias al riesgo, por lo que eligen más inversiones de pensiones defensivas que tienden a tener rendimientos más bajos.

Una encuesta realizada por Russell Investments encontró que las mujeres en Australia estaban menos comprometidas, con solo el 26 % haciendo elecciones de inversión activas, frente al 41 % de los hombres. Los fondos de jubilación deben adaptar sus enfoques según los objetivos individuales de los miembros, dice Jodie Hampshire, directora gerente para Australia en Russell Investments, con más de US$400.000 millones en activos bajo gestión a nivel mundial.

“Si tienen un enfoque personalizado para la gestión de inversiones, la asignación de activos, puede hacer más para ayudar a esas mujeres a obtener una mejor posición para su jubilación”, dijo Hampshire en una entrevista.

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Los fondos más pequeños destinados a las mujeres se están moviendo de esa manera. FairVine Super, que comenzó el año pasado con el propósito de ayudar a las mujeres a reducir la brecha de ahorro para la jubilación, les permite a sus miembros reducir sus tarifas en un 50 % si se han visto afectadas financieramente, ya sea por pérdidas de empleo o reducciones salariales por el covid-19, según su presidente, Sangeeta Venkatesan.

Las fallas estructurales serán agravadas cuando el gobierno australiano permita que las personas afectadas por la pandemia retiren hasta 20.000 dólares australianos de sus ahorros para la jubilación anticipada.

Los miembros femeninos de entre 18 y 24 años que han solicitado la liberación anticipada ahora tienen un saldo medio de cuenta de solo 1.049 dólares australianos, una caída de 78 %, según datos del fondo de Blakey, Hesta.

“Retirar 20.000 dólares australianos hoy podría costarle a una mujer entre 63.000 dólares australianos a 200.000 dólares australianos, dependiendo de su edad actual, cuando se retire”, dijo Venkatesan. “En comparación, el impacto es mucho menor para los hombres”.

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