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Venezuela impulsa minería de oro en Amazonía por falta de crudo

Las sanciones estadounidenses y los años de subinversión han llevado la producción de petróleo venezolano a su nivel más bajo desde la década de 1940. Lo que ha convertido al oro en una fuente clave de ingresos para el presidente Nicolás Maduro.

01 de septiembre de 2020 - 05:19 p. m.
El precio del oro supera los US$1.970 la onza.
El precio del oro supera los US$1.970 la onza.
Foto: Agencia Bloomberg

Las sanciones estadounidenses y una industria petrolera en colapso están impulsando a Venezuela a abrir grandes extensiones de tierra a la minería de oro, incluidas áreas protegidas en el Amazonas.

La cantidad de terrenos utilizados para la minería se ha triplicado con creces desde marzo del año pasado, según un estudio de la organización local sin fines de lucro Wataniba. Se espera que la actividad se acelere aún más después de la autorización en abril de nuevos lotes en cinco ríos.

Venezuela ya tiene una próspera industria de oro ilegal que devasta vías fluviales, bosques y comunidades indígenas, y financia grupos armados violentos. Ahora las autoridades están ayudando a suministrar equipos para establecer operaciones más formales que procesan oro a través de una nueva instalación estatal y venden el metal al Gobierno. El trabajo continúa incluso en medio de estrictos bloqueos y escasez de combustible en el resto del país.

Las sanciones estadounidenses y los años de subinversión han llevado la producción de petróleo venezolano a su nivel más bajo desde la década de 1940. Lo que ha convertido al oro en una fuente clave de ingresos para el presidente, Nicolás Maduro, quien ha recurrido a la venta de reservas a aliados como Irán y Turquía mientras lucha en tribunales para la repatriación de lingotes retenidos en el extranjero.

Con la perspectiva de operar en zonas del país que en su mayoría son ilegales que no son atractivas para las mineras internacionales, Maduro está buscando hacer crecer una industria nacional poco supervisada y aprovechar el aumento de los precios del metal.

“La minería en el Amazonas venezolano ha crecido de manera desordenada incluso en las afueras de ciudades y poblaciones”, dijo Tina Oliveira, directora para el Amazona de Wataniba, que realiza trabajos socioambientales en la región.

Miembros de la agencia de transporte del ejército descargan lingotes de oro de un avión para transportalos al banco central de Venezuela, en Caracas el 22 de marzo de 2018.

Sin duda, el número de minas ha disminuido. Pero eso se debe a que las operaciones se han fusionado. Un estudio satelital de Wataniba muestra que su alcance había crecido a 116.655 hectáreas (alrededor de 160.000 campos de fútbol) en marzo de este año desde las 33.926 hectáreas del año anterior.

Desde 2016, cuando Maduro estableció el Arco Minero del Orinoco, que abarca 11,2 millones de hectáreas, hasta las últimas cifras oficiales en 2018, las compras estatales de oro crecieron 15 veces a 9,7 toneladas.

El Gobierno dice que la minería en las nuevas áreas se centrará en extraer oro de las arenas vertidas en las riberas de los ríos durante los últimos 120 años de explotación ilegal.

“Nuestras políticas públicas incluyen directrices que promueven el uso de nuevas tecnologías que mitigan la modificación irreversible del entorno. Las cláusulas de remediación en los contratos son muy exigentes”, dijo el 3 de agosto a la televisión estatal el ministro de Minería, Gilberto Pinto, quien es vicealmirante de la Marina. Pinto no respondió a solicitudes de comentarios.

Legisladores de la oposición, como Olivia Lozano, dicen que el crecimiento del arco minero le permite al Gobierno supervisar las minas ilegales vinculadas a la mafia en lugar de cerrarlas.

“El régimen entregó lotes de terreno en áreas mineras a sus aliados, que minan el oro y lo comparten con el Gobierno, y luego se envía hacia el exterior”, dijo Lozano.

Américo De Grazia, exalcalde de la región minera de Piar, planea abordar el asunto en Naciones Unidas, dijo desde Italia, donde vive en el exilio.

El oro extraído por pequeños operadores y empresas conjuntas es enviado por el Gobierno a Irán, Turquía y el Caribe en un comercio que ha causado sanciones por parte de Estados Unidos a Maduro.

Nueva maquinaria de minería y trituración, así como remolques de oficina, se están enviando bajo custodia de seguridad oficial a la región, dijeron personas que pidieron no ser identificadas por temor a represalias. El material se envía para su procesamiento en el complejo Manuel Piar en Ciudad Guayana, dirigido por la estatal Corporación Venezolana de Minería y es custodiado por la policía de inteligencia y militares.

La minería está invadiendo parques nacionales y áreas protegidas, incluso cerca del Salto Ángel que inspiró la película de Pixar “Up”, según varias ONG y la Asamblea Nacional liderada por la oposición. Algunos grupos indígenas han emigrado a Brasil debido a la contaminación del agua y la deforestación resultante de la minería, según la ONG Kape Kape.

La escasez de gasolina que ha llevado a un estricto racionamiento a nivel nacional desde marzo no ha detenido la minería en Venezuela. El combustible en las áreas mineras está disponible a US$5 el litro, el más alto del país.

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