Turbulencias, pérdida de potencia y fallas en el sistema eléctrico de una aeronave son algunas de las razones por las que existe Nediar. Poder simular situaciones reales de las que ningún equipo aéreo está exento, a través de experiencias virtuales en tierra firme, es el resultado del despegue de la imaginación y la innovación de José David Ospina y Óscar Henao, dos ingenieros especializados en aeronáutica que fundaron hace casi dos años esta compañía para desarrollar tecnologías que permitan entrenar a las tripulaciones de aerolíneas comerciales y de organismos militares, a través de un contacto con el cielo sin dejar el suelo.
Ospina, gerente de Nediar, afirma que “luego de detectar una serie de oportunidades en el mercado local y el extranjero, por las tendencias tecnológicas que a futuro iba a necesitar toda región, creamos esta unidad de negocio, que además de facilitar el entrenamiento de profesionales, se dedica a la investigación para el desarrollo de productos. Con esto, deja de ser indispensable traer partes de otros lugares”.
La ubicación geográfica (Medellín) es una de las fortalezas de esta pequeña empresa. “Al desarrollar nuestras piezas, podemos comercializarlas por Latinoamérica. Esta es una oportunidad muy grande porque podríamos sustituir las importaciones que se hacen en la región, especialmente desde Europa”, explica Ospina. El sector, en el que hay poca competencia a nivel nacional, le promete a este proyecto un espacio en el mercado, incluso a nivel regional, junto a países como Brasil y México, y según Ospina “si esto sigue así, podemos convertirnos en grandes proveedores de Europa y EE.UU”.
Nediar hace parte del clúster aeronáutico de Antioquia, recibe apoyo del Parque E (programa de apoyo al emprendimiento de la Universidad de Antioquia y la Alcaldía de Medellín) y adelanta proyectos con aerolíneas como Copa Panamá.