Colombia es el segundo país de la región con mayor tasa de deserción universitaria ¿cómo reducirla?

La firma de consultoría SINNETIC encontró cuatro claves para reducir la deserción universitaria: evaluación centralizada, recrear mercados de competencia entre docentes, reducción de la normatividad y esquemas diferenciales de matrícula con incentivos fiduciarios.  

Redacción educación
06 de noviembre de 2018 - 04:30 p. m.
Archivo - El Espectador
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Un reciente estudio del Banco Mundial revela que Colombia es el segundo país en la región con mayor tasa de deserción universitaria. La lista la lidera Bolivia, Ecuador es tercero y Panamá ocupa el cuarto lugar.
 
La investigación demuestra que en Colombia deserta el 42% de las personas, entre 18 y 24 años, que ingresan al sistema de educación superior.

De acuerdo con la Unesco, una de las razones de este comportamiento puede ser el alto costo de la educación superior del país que asciene en promedio a US5.000 por estudiante, una de las más caras del continente después de México y Chile. . 
 
Sin embargo, Colombia es también el país que ofrece al graduado el mejor retorno de la inversión que hace en los estudios universitarios.

"Esta conclusión se obtuvo a través de un recurso analítico denominado regresión de Mincer, que muestra cómo la educación superior incompleta genera 40% de retorno de inversión al graduado, en comparación con no estudiar, mientras que completar la educación universitaria le genera al profesional en Colombia hasta 140% de retorno de inversión, comparado con otro nivel educativo", afirmo Gabriel Contreras, gerente de la firma de consultoría SINNETIC.

SINNETIC desarrolló un análisis estadístico de la literatura científica con más de  1.726 artículos de investigación asociados al tema para encontrar mejores prácticas que reduzcan la deserción universitaria.
 

Evaluación centralizada: consiste en generar evaluación estandarizada (exámenes científicamente elaborados) aplicada por la institución de educación superior, haciendo que el 70% o más de la calificación dependa de este formato de evaluación, dejando al docente solo un 30% de capacidad de evaluación con mecanismos como trabajos, quices, etc.

En universidades donde se ha aplicado este mecanismo, la deserción universitaria se ha reducido hasta en un 34%, siendo instituciones de India y España las que han mostrado mejores cifras al respecto.

Recrear mercados de competencia entre docentes: esta medida, implica que una asignatura pueda ser dictada por dos o más docentes, generando competitividad y recreando un esquema de incentivos en donde el docente cuente con un ingreso económico base que pueda ser mejorado por mayor nivel de inscritos a su curso. Para evitar una posición indulgente del docente, la evaluación se centraliza en la universidad y son la reputación, buenos comentarios de las cohortes anteriores los que determinan el flujo de estudiantes matriculados por asignatura, semestre a semestre.

En instituciones donde se ha aplicado esta medida, la reducción de deserción llega a niveles del 32% a lo largo del ciclo de formación, aunque en efecto esta medida tiene mayor impacto en la deserción temprana, entendida esta como la deserción durante los dos primeros años, en donde el resultado de reducción gravita es alrededor del 44%.

Reducción de la normatividad: se ha encontrado en más de 13 estudios, que la cantidad de normas, la complejidad lingüística de las políticas, la cantidad de estatutos o artículos dentro de documentos como reglamentos de investigación, reglamentos docentes etc., tienden a estar positivamente correlacionados con la deserción estudiantil. Esta correlación oscila alrededor de 0,43 y 0,67 en una escala que va desde -1 a 1.

Las universidades que reducen la carga regulatoria y adicional a lo anterior simplifican la comunicación mediante estrategias basadas en economía del comportamiento, han logrado reducir hasta en un 23% la deserción estudiantil.

Esquemas diferenciales de matrícula con incentivos fiduciarios: este mecanismo, consiste en elevar las barreras de deserción mediante incentivos económicos que consisten en cobrar durante los cuatro primeros semestres, más del 70% del costo de la totalidad del programa, bajo la promesa que el 20% de cobro extra en los primeros semestres, ingresan a un programa de ahorro (fiducia, CDT etc.), a fin de generar intereses que terminen reduciendo los costos de finalización de carrera. Si el estudiante deserta antes de culminar el 50% del programa, terminará perdiendo los intereses y el sobre costo. Este mecanismo solo cuenta con evidencia en dos estudios mostrando reducciones del 21% en la deserción estudiantil.

Por Redacción educación

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