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“La educación debería ser una prioridad nacional”: análisis de la U de los Andes

La inequidad en el acceso a recursos para la virtualidad, las afectaciones emocionales, la deserción y el retroceso en ciclos de aprendizaje son algunas de las razones para acelerar cuanto antes el proceso alternancia en la educación presencial.

Juliana Jaimes Vargas
12 de septiembre de 2020 - 12:05 a. m.
En algunas ciudades se vieron obligadas a cerrar de nuevo los colegios por nuevos casos de contagio de coronavirus.
En algunas ciudades se vieron obligadas a cerrar de nuevo los colegios por nuevos casos de contagio de coronavirus.
Foto: Agencia AFP

Luego de seis meses de educación virtual en los que las brechas de inequidad frente a los accesos a recursos y acompañamientos idóneos para el aprendizaje fueron evidentes, las sugerencias y retos para poder poner en marcha cuanto antes una reapertura en jardines, colegios y universidades hacen parte del debate nacional.

En un análisis publicado por la Facultad de Economía y la Escuela de Gobierno Alberto Lleras Camargo de la Universidad de los Andes, se identificaron los principales retos y recomendaciones para poder iniciar un proceso de transición a la educación presencial. Sandra Jaramillo, profesora de la universidad y quien hizo parte del grupo de la investigación, le contó a El Espectador los principales hallazgos.

¿Cuáles son los principales retos con la reapertura de jardines y colegios presenciales?

Hay tres retos, el primero tiene que ver con la prevención o la mitigación de cualquier riesgo de contagio y eso tiene que ver con los protocolos de seguridad como el distanciamiento físico, el uso de tapabocas, lavado de manos y desinfección de superficies. El segundo reto tiene que ver con la disponibilidad del talento humano para reabrir porque una proporción no despreciable de personal administrativo y docentes son mayores de 60 años o tienen alguna comorbilidad lo que los pone en riesgo frente al Covid-19. Eso representa un cuello de botella para abrir los colegios al 100%. Y el último reto es más de deserción porque tanto las familias como los estudiantes, sienten miedo e incertidumbre y el objetivo es poder comunicar estos lineamientos para que la gente vuelva a la escuela tranquilamente y con control de las emociones.

¿Cuáles serían las principales recomendaciones para tener en cuenta?

La primera recomendación es centralizar todos los esfuerzos para asegurar una reapertura segura lo más pronto posible cuando las condiciones epidemiológicas lo permitan y eso va a depender del contexto de cada ciudad y cada municipio. La segunda es que no todos los estudiantes van a poder volver presencialmente al 100%, entonces los estudiantes tendrán horas de trabajo no presencial y eso nos convoca a tener una estrategia de aprendizaje no presencial de muy alta calidad.

El gran problema es que las brechas de aprendizaje en este momento se están ampliando porque las experiencias de aprendizaje a distancia son muy diferentes dependiendo de los recursos de cada estudiante. Lo que se diseñó al principio fueron unas estrategias de emergencia, pero si esto se alarga, como se está alargando, vamos a tener modelos híbridos o bimodales. El componente a distancia debe ser de muy buena calidad y no siempre va a depender de medios digitales porque el acceso a internet no es bueno. Se sugiere diseñar muy buenos contenidos en radio y televisión que sean dirigidos a diferentes grupos de edad y a diferentes áreas.

¿Cuáles son las consecuencias de esta ruptura en la educación presencial y en los ciclos de aprendizaje?

Los niños y adolescentes llevan casi seis meses sin los colegios y en condiciones de encierro, las complicaciones que tiene eso en pérdidas de aprendizaje, riesgos de afectación emocional y riesgos de deserción son muy altos. En este momento deben priorizarse los estudiantes más vulnerables, los estudiantes que no han tenido conectividad, los que pueden estar en mayor riesgo de desertar y para los que las experiencias presenciales son muy importantes.

¿Cuáles son esos grupos que deberían priorizarse a la hora de pensar en modelos de presencialidad?

Los primeros grados de primaria en donde todo el proceso de lecto escritura es muy difícil a distancia y sobre todo para los niños que no tienen un adulto que los apoye en ese proceso. Aprender a escribir con una pantallita de celular, porque no todos los estudiantes tienen acceso a computar, es muy complejo. Los que están haciendo muchos maestros es heroico porque están mandando algunas guías por celular, pero un proceso de lecto escritura sin un lápiz y un papel y una orientación más cercana es muy difícil. Otro grupo también son los adolescentes que pasarán a educación superior porque este es su último año, en donde están tomando decisiones muy importantes para su trayectoria educativa, y la cercanía entre amigos y maestros es una prioridad. La educación debería ser una prioridad nacional.

¿Qué piensa del modelo de alternancia, podría funcionar?

Si es viable y hay varios modelos que se han desarrollado en otros países que han demostrado que es viable. Por ejemplo, el concepto de burbuja que se ha aplicado en otros lugares, consiste en tener a un mismo grupo de estudiantes todo el tiempo sin que se mezclen entre otros grupos. De esta forma se hace un seguimiento a ese grupo y si hay un contagio se cierra solo es grupo y no todo el colegio. Al no mezclar ese grupo se delimita mucho la interacción entre más personas y se pueden disminuir los riesgos de contagio. Ya es hora de empezar a hablar cuál es la mejor manera de volver al colegio, cómo es la mejor manera de reabrir los colegios y no seguir posponiendo esa transición.

¿Cuál modelo han podido analizar que haya arrojado buenos resultados en otros países?

El único país que ya está con todos sus colegios abiertos al 100% es Uruguay. Tiene un contexto muy distinto al colombiano, es un país que tiene cerca de 4 millones de habitantes -un país muy pequeño-, y sus tasas de contagio fueron mucho más bajas, entonces sé que esa comparación en algún momento no es adecuada. Pero siento que les han hecho un buen seguimiento a los casos: en el momento en el que volvieron a las escuelas los maestros, por ejemplo, les hicieron las pruebas de Covid-19 para asegurar que ninguno estuviese infectado y luego, poco a poco, fueron haciendo pruebas de manera aleatoria para asegurar que no hubieses rebrotes.

En Europa ya varios países han abierto. Alemania ya abrió y en Francia, Dinamarca, Noruega se unieron a esta propuesta. Aunque ha ocurrido apariciones de casos nuevos, el punto es tener criterios muy claros de en qué momento se cierra un colegio nuevamente o se sigue abriendo, por eso las burbujas es una opción interesante, permite que no se cierre todo un colegio sino un grupo de estudiantes que se quede en casa por dos semanas.

¿Cuáles son las consecuencias a largo plazo del cierre de escuelas durante estos meses?

Hay por lo menos tres efectos muy importantes. El primero es la pérdida de aprendizaje. Los estudiantes no solo han dejado de aprender, sino que en muchos casos pueden perder aprendizaje justamente por estar alejados de la escuela. Por ejemplo, los estudiantes de las zonas rurales, a diferencia que los de la urbana, no han tenido contacto con sus profesores, no solo dejaron de aprender, sino que el aprendizaje que traían puede que se haya perdido en parte. Está demostrado por estudios que se han realizado en emergencias anteriores, como terremotos o desastres naturales.

El segundo es que, con las estrategias a distancia, es muy difícil que se equipare el aprendizaje. Muchos de los objetivos de aprendizaje que había para este año no se van a lograr, por lo tanto, los estudiantes van a regresar al colegio con unos rezagos de aprendizaje muy importantes. Lo que se necesita en este momento, que es muy importante, es medir esas brechas de aprendizaje, medir cómo están llegando los niños a este momento y hacer un plan para remediación del aprendizaje o de nivelación del aprendizaje de manera que ya sigamos con los estudiantes nivelados. Otro es el riesgo de deserción. El rezago escolar es un factor de riesgo de recesión, los niños con mayor rezago tienen más probabilidad de desertar.

El tercer efecto que es muy importante en todo el tema de bienestar emocional. El Instituto Nacional de Neuroeciencia publicó un estudio mostrando que el desarrollo emocional de la salud mental de los niños se está viendo afectado con trastornos del sueño. Los síntomas asociados son deserción, ansiedad... trastornos importantes que si no hacemos nada al respecto se volverán problemas que se pueden incrementar. Lo que nos viene ahora es un reto muy grande para poder asegurar que la generación actual no pierda lo ganado hasta antes de la pandemia y las brechas educativas no se disparen.

¿Cómo se aplicaría ese modelo de alternancia en Bogotá que tiene tantas diferencias entre las instituciones?

Seguramente los colegios privados con mayores recursos o colegios públicos que tengan mayores recursos, van a estar más preparados porque tienen la infraestructura y los recursos para tener más personal. Ahora el reto es, con los recursos que tenemos, cómo centramos todos los esfuerzos para que los colegios efectivamente puedan abrir. Yo creo que casarnos con en el escenario de que no se puede hasta que haya una vacuna no es viable. Algunos colegios seguramente no van a poder abrir y seguramente no todos van a volver con las mismas condiciones, pero mi invitación es que pensemos de manera creativa para ver cómo, con los recursos que tenemos en este momento, podemos hacer la reapertura lo más segura posible. Además, es un llamado para no quitar los recursos al sector educativo.

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