Esta es la razón por la cual el 90% de los adolescentes hombres comete actos ilegales

Aunque es un comportamiento que suele ser corregido con el paso del tiempo, esta práctica es frecuente en varones entre los 15 y los 19 años. Quienes la practican después de los 30 suelen haber tenido complicaciones en su infancia.

Redacción educación
27 de febrero de 2018 - 03:32 p. m.
La edad en la que los adolescentes más suelen cometer actos delincuenciales es entre 15 y 19 años.  / Pxhere
La edad en la que los adolescentes más suelen cometer actos delincuenciales es entre 15 y 19 años. / Pxhere

La adolescencia suele caracterizarse como una etapa problemática; llena de rebeldía. Tan compleja es que cometer actos ilegales parece una práctica frecuente. Más en hombres que en mujeres. El 90% de ellos sobrepasa los límites de lo permitido. Tanto que, como lo registra la Organización Mundial de la Salud (OMS), la violencia interpersonal masculina, junto a accidentes de tránsito, es una las principales causas de mortalidad entre los jóvenes de 10 a 19 años. En 2015 fue la segunda y causó la muerte de más de 42 mil varones. Las más usuales en mujeres, por el contrario, fueron infecciones respiratorias y suicidios.

¿Por qué sucede este fenómeno? ¿Por qué los hombres son más proclives a actuar de esa manera en su juventud? Las preguntas las intentó resolver Terrie Moffitt, de la Universidad de Duke en Estados Unidos. Para logarlo revisó en detalle los estudios hechos sobre delincuencia en este grupo poblacional desde 1993. Sus resultados acaban de ser publicados en la revista Nature Human Behaviour.

Lo que encontró Moffitt es que, aunque cometer actos criminales es muy frecuente en hombres, por lo general ese comportamiento se corrige con el paso del tiempo. Las conductas ilegales empiezan a presentarse entre los 8 y los 14 años. Entre los 15 y los 19 se presenta una especie de cumbre y, entre los 20 y los 29, esa actitud empieza a desaparecer. Solo unos pocos continúan delinquiendo después de esa edad, aunque quienes lo hacen comparten ciertos patrones. En su infancia, por ejemplo, hubo ausencia de padres y fueron frecuentes los abusos.

De acuerdo con su investigación, estos resultados podrían sugerir un camino para evitar la delincuencia. Lo que habría que hacer es identificar con detalle a los adolescentes que provienen de contextos más complejos y analizar la manera de aplicarles el sistema de justicia. Por otro lado, quienes se criaron en un entorno “normal” no deberían ser tratados de la misma manera pues, en teoría, abandonarán ese tipo de comportamiento de manera natural. De no hacerlo, posiblemente de prolongaría su tiempo en la delincuencia.

“La situación con las chicas es distinta. Según la investigación, muy pocas chicas llegan a convertirse en delincuentes a largo plazo, menos del 1%. Además, el comportamiento antisocial de las chicas está más influido por la edad a la que alcanzan la pubertad y por los novios”, le dijo Moffitt al diario El País de España.

Esta investigadora, además, concluyó que los jóvenes con menos capacidad de integrarse y menos aceptados eran los que solían estar alejados de la delincuencia. También comparten algunos patrones: tienen poca confianza social, son excesivamente controlados y tardaron más que el resto en tener experiencias sexuales. Sin embargo, con frecuencia, este grupo es el que termina teniendo más éxito en su adultez.

Por Redacción educación

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