“La muerte de Julián Orrego nos duele y nos dolerá siempre” Consejo Académico U. de Antioquia

El Consejo Académico de la Universidad de Antioquia se pronunció por la muerte del estudiante Julián Andrés Orrego, en el marco de las movilizaciones del Paro Nacional, e hizo un llamado a fortalecer en los momentos de desacuerdo un compromiso con la construcción de paz.

- Redacción Educación
04 de diciembre de 2019 - 09:34 p. m.
Facultad de Ingeniería de la Universidad de Antioquia. / Andres EM - Flickr
Facultad de Ingeniería de la Universidad de Antioquia. / Andres EM - Flickr

“Somos los que hemos hecho comunicados, y los que ahora escribimos tal vez el más difícil de todos, el que nunca hubiéramos querido hacer, porque esta vez tenemos mucho más que dificultades académicas, calendarios que se complican, déficit presupuestal o críticas sin responder. Esta vez se trata del hecho más doloroso para la universidad: la pérdida de una vida de manera súbita y violenta”.

(Puede ver: Universidad de Antioquia: falleció joven que resultó herido por explosivo artesanal)

Así inicia el comunicado a través del cual los miembros del Consejo de la Universidad de Antioquia lamentaron la muerte del estudiante de Educación Física, Julián Andrés Orrego Álvarez, de 21 años, que falleció el pasado lunes en horas de la tarde tras la explosión de una papa bomba.

Según las autoridades, el joven estaba manipulando el explosivo casero cuando este estalló, dejándole graves heridas como quemaduras en el abdomen, el testículo izquierdo y una fractura en el fémur. Además, presentaba heridas en la cara, el brazo izquierdo y la cabeza.. Tras el incidente fue trasladado al hospital San Vicente Fundación, donde falleció.

“Queridos estudiantes, deben saber que ese es el gran temor que nos acecha constantemente en un país en el cual la vida es especialmente frágil, ya que aún no se la respeta como derecho fundamental y valor supremo que prevalezca sobre las muy diversas de justicia, o de orden, o los bienes materiales. No obstante, como profesores que somos, seguiremos haciendo todo cuanto esté a nuestro alcance para que un día ese temor desaparezca y podamos habitar juntos en una sociedad que respete la vida”, asegura el comunicado.

Los integrantes del Consejo Académico insisten en que, coherentes con su condición esencial de profesores, siguen advirtiendo la contradicción y la ineficiencia del uso de la violencia. Por eso, hacen un llamado a colegas y estudiantes para que se haga un esfuerzo adicional por fortalecer en los momentos de desacuerdo un compromiso con la construcción de paz, para que se tomen decisiones meditadas, críticas y autónomas sobre la universidad; y para que se planteen preguntas y exigencias a una sociedad que “no parece dispuesta a examinar sus injusticias y desigualdades, y que en cambio se sienten tentada a enjuiciar de la manera más drástica las acciones que resultan de los callejones sin salida que prevalecen en ella”.

Orrego vivía en la vereda La Loma, en el corregimiento de San Cristóbal (Medellín). Allí, según informes de prensa anteriores, entrenaba a un grupo de niños de un equipo de fútbol y también formaba parte de otro equipo en el que se desempeñaba como arquero.

“No dejaremos de insistir en que nada, nada, nada, puede estar por encima de la vida”, concluyen los docentes.

Por - Redacción Educación

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