Las diferentes versiones tras los disturbios en la U. de Antioquia

Los disturbios comenzaron desde las 6:00 p.m. y concluyeron hacía las 9:00 p.m.. / Archivo

La Universidad de Antioquia se convirtió este miércoles 17 de octubre en un campo de batalla. Tras marchar pacíficamente para exigirle más presupuesto al Gobierno para las instituciones públicas de educación superior, agentes del ESMAD y estudiantes se enfrentaron. ¿La causa? Uno de los agentes empujó y tildó de metida, según los estudiantes, a Luisa Fernanda Galvis, luego de que ella le pidiera al oficial que no fuera provocador. (Lea: $4.5 billones para educación, la meta de los estudiantes)

“La universidad tiene cuatro entradas peatonales, dos estaban bloqueadas por la llegada del presidente Iván Duque. Le dijimos a los Policías que íbamos a seguir derecho sin tomar en cuenta que nos habían cerrado la calle. Avanzamos dos filtros y cuando llegamos al tercero estaba una línea de agentes del ESMAD. Nos acercamos con las manos arriba y gritamos una arenga, que decía: “Sin violencia, sin violencia””, narró Luisa Fernanda.

Los agentes no los dejaron avanzar más y los estudiantes, en medio de sus cánticos de clamor, se sentaron en el piso. Sin embargo, según cuenta Luisa Fernanda, había un grupo que no estaba de acuerdo con las decisiones de la Policía. Las horas transcurrieron con calma, a pesar de que varios oficiales del ESMAD ya tenían gases lacrimógenos en sus manos.

Más agentes del escuadrón llegaron y, uno de ellos, portaba una pistola diferente. “Como a las 6:00 p.m. algunas personas que estaban en el lugar les tiraron botellas de vidrio a los agentes. Los estudiantes estábamos haciendo una cadena humana y levantando las manos en señal de no violencia. En ese momento, los oficiales no respondieron”, explicó otra de las jóvenes que hizo parte de la movilización.

Lo que caldeó el ambiente fue el comentario de uno de los oficiales, quien, muy fuerte, gritó: “Tírenme una más para desestresarnos un rato dándonos bien duro”. El comentario le molestó a Luisa Fernanda. Ella, recuerda, le dijo al agente que no fuera provocador, pues había personas buscaban mantener la calma. Él, ofuscado, "respondió que dejara de ser metida, porque estaba hablando con el compañero". (Puede leer: "Hacemos un llamado a la comunidad académica a retomar las actividades": U. Nacional)

“Me le acerqué un poco más y le dije que me respetara. No estaba haciendo nada malo. Me pegó un empujón muy fuerte en el pecho y esa fue la gota que rebosó la copa. Ahí comenzó todo. Empezaron a lanzar muchas botellas, a pesar de que ellos no reaccionaron. Retrocedimos y un estudiante empujó a uno de los miembros del ESMAD. Salimos a correr hacía la misma entrada y ahí nos acorralaron”, señaló Luisa Fernanda.

Las estudiantes aclaran que, aunque los agentes del ESMAD no ingresaron al campus de la universidad, sí comenzaron a lanzar granadas y a disparar balines de goma desde la reja. Una de ellas recibió una goma en la cadera y otra en la rodilla que, además de romperle el pantalón, le dejó un enorme morado en su pierna. Fueron tres horas y media de confrontación. Tres tanquetas llegaron y bloquearon todas las entradas. “Ellos no pueden agredir con ningún tipo de artefacto a las personas, pero estaban lanzando piedras. Devolvieron las que los compañeros les enviaron y uno resultó con una herida profunda en la cara”, añadió Luisa Fernanda.

A las 9:00 p.m., y luego de que se desencadenara un movimiento en redes sociales, miembros de derechos humanos se acercaron a la universidad. Hablaron con la encargada de la Policía para retirar las tropas y poder dialogar con los estudiantes. “Los muchachos nos manifestaron que querían que los disturbios pararan, pero que tenían miedo de salir de la universidad, pues se estaban presentando capturas masivas”, comentó Luis Alfonso, uno de los abogados que atendió los hechos. (Lea también: Fecode anuncia paro nacional para el 23 de octubre)

A pesar de que los estudiantes aseguraron que en la entrada de la universidad estaban deteniendo a los jóvenes a la salida, Santiago Valencia, delegado de Derechos Humanos de la Unión Nacional de Estudiantes de la Educación Superior (UNEES), dijo que no tenía pruebas de eso. Añadió que solo conoció el caso de tres personas, de los cuales dos eran transeúntes, que fueron retenidos y llevados a la URI. “Conseguimos que los liberaran porque no habían cometido un delito. Comprobamos que el Esmad sigue capturando a personas inocentes, cometiendo falsos positivos judiciales. Los compañeros que capturaron no tenían material probatorio en su contra, por eso no inició investigación y fueron dejados en libertad”, concluyó.

El Espectador se contactó con la Policía de Medellín, pero en el momento en el que fue publicado este artículo no había obtenido respuesta.