Las propuestas Dolly Montoya, candidata a la rectoría de la Universidad Nacional

Luego de la entrevista realizada el martes con la Ministra de Educación, Yaneth Giha; el Consejo Superior de la Universidad Nacional elegirá éste jueves al rector que reemplazará a Ignacio Mantilla. Texto enviado por la candidata a la rectoría de la UN.

Dolly Montolla - Candidata a Rectora de la Universidad Nacional
21 de marzo de 2018 - 11:03 p. m.
Las propuestas Dolly Montoya, candidata a la rectoría de la Universidad Nacional

La científica Dolly Montoya, Jorge Bula, Jorge Cárdenas, John Branch y Edna Bonilla, son los candidatos que aspiran a reemplazar a Ignacio Mantilla y a llevar las riendas de la Universidad Nacional durante los próximos tres años; serán entrevistados éste jueves por el Consejo Superior de la Universidad Nacional.

Del grupo de aspirantes a la rectoría se encuentra Dolly Montoya, una destacada científica de la Universidad Nacional de Colombia, entidad en la que desarrolló su carrera docente y profesional en los últimos 35 años. Esta sería la primera vez que una mujer puede llegar al cargo más alto de la institución pública universitaria más importante del país en sus 151 años de historia.

Dolly Montoya se ha desempeñado como directora del Instituto de Biotecnología (IBUN), galardonada con el premio Mujeres de Éxito 2010 y destacada entre los 20 mejores líderes de Colombia, otorgado por la revista Semana en 2013.

El Instituto Nacional de Salud, adicionalmente, la ha condecorado con la orden “Samper Martínez” al reconocer y exaltar la amplia trayectoria de la docente por sus servicios eminentes en el campo científico prestados a esa institución y al país. Lea también: Lecturas del voto en blanco para la elección del rector en la Universidad Nacional

Una comunidad educativa dinamizadora de procesos sociales para el desarrollo de la nación, hacia la reconciliación y la paz; una comunidad académica líder propositiva del Sistema Nacional de Educación y una comunidad formadora, desde la armonización de las funciones misionales, de científicos y profesionales íntegros, gestores de la ética ciudadana; son los tres ejes fundamentales de la propuesta que Dolly Montoya espera aplicar en caso de llegar a la rectoría de la Universidad Nacional.

Aquí el detalle de la propuesta:

Paz y reconciliación

I. Comunidad educativa dinamizadora de procesos sociales para el desarrollo de la nación, hacia la reconciliación y la paz.

La vocación del proyecto cultural de nación de la UN enfrenta en estos momentos uno de sus más grandes retos: dinamizar y hacer realidad los espacios para la construcción de una Colombia justa, equitativa, motor de diálogo y deliberación para la disminución de los conflictos que han causado víctimas en amplias regiones del país. Se debe promover el perdón y la reconciliación, mediante la formulación de nuevos caminos de paz con posturas de reconocimiento y respeto por el otro, abriendo nuevos espacios ciudadanos dentro de marcos de justicia y equidad. Ahora, más que nunca, la UN debe integrar sus sedes de cara al proyecto de nación y crear nuevos espacios de construcción y participación. Además: La Universidad Nacional para la transformación social en el posacuerdo

De manera natural, la Universidad durante sus ciento cincuenta años ha construido procesos académicos rigurosos y profundos, cuyos ejes primordiales han sido el conocimiento en todos los campos del saber y la articulación de su actividad con las necesidades del país. Para dar continuidad con esta importante tarea, se deben fortalecer iniciativas de la comunidad universitaria como los institutos, observatorios, centros de pensamiento, proyectos especiales, proyectos de extensión solidaria, prácticas y pasantías en regiones de conflicto y cátedras por la paz. Se puede avanzar hacia estrategias institucionales que articulen el trabajo académico interdisciplinario y en red, de tal manera que como Institución aportemos miradas integrales para comprender las limitaciones y los alcances de la propia misión institucional.

Como resultado de los Acuerdos de la Habana, Colombia se ha visto abocada a redefinirse como una sociedad del siglo xxi en el marco de lo que se denomina “Una Paz estable y duradera”. Sembrar la paz a largo plazo requiere promover en el gobierno nacional una estructura económica que garantice independencia y solvencia a las comunidades. Para ello se necesita una formación adecuada y programas de largo plazo como los que realizamos en alianza entre las facultades y el Instituto de Biotecnología desde hace 30 años, tales como: desde 1995 con pequeños productores de ñame de la costa atlántica, creando empresas de base tecnológica; igualmente investigamos en bioinsumos para arroz desde el 2001, se prueban los productos con pequeños productores, sumamos nueve productos desarrollados por el Institutos de Biotecnología en la primera empresa spin-off en Biotecnología del país; en Bogotá ciudad Región, en frutas y hortalizas se organizaron las comunidades y hoy cuentan con invernaderos de material vegetal para su producción. Nuestra conclusión es que con la participación de diferentes actores, la UN debe sembrar conocimiento en las comunidades para posibilitar su organización solidaria y permitir el desarrollo social, técnico y económico en el territorio.

Proponemos crear la Red de Cultura y CT&I para la paz que tendrá como objeto dar lo mejor de cada uno, desde la diferencia y la diversidad, para construir caminos hacia el desarrollo de escenarios de paz. Sus nodos regionales estarán en las sedes y programas de la UN y el central será producto de los acuerdos entre los miembros. A través de la Red se compartirán experiencias, tejerán propuestas y establecerá un diálogo propositivo con todos los actores de la comunidad universitaria en articulación con instituciones nacionales e internacionales que hayan elegido avanzar, sin retorno, por el camino de la paz. Se seleccionarán y darán a conocer las experiencias exitosas para replicarlas, se vincularán los pensionados porque sus experiencias han sido importantes y han dejado huella en la Universidad y el país y, en general, se vincularan aquellos interesados en aportar a la reconciliación de nuestra nación. Sin duda, este cambio de actitud, conducirá a una mayor presencia nacional de la UN, fortaleciendo acciones de todos los sectores educativos y productivos del país.

Caminos de paz

II. Comunidad académica líder propositiva del Sistema Nacional de Educación.

Los retos del conocimiento globalizado constituyen el mayor desafío de los académicos, conducente a transformar el Sistema Nacional de Educación en defensa de lo público, como una condición sine qua Non para transitar por los caminos de la paz. El trabajo interdisciplinario, interinstitucional y con la sociedad civil facilitará el salto cualitativo en la comprensión y aplicación de procesos innovadores en educación, para hablar un lenguaje común con el resto del mundo, como imperativo para lograr que el quehacer de la UN aporte a la sociedad, la involucre más frontalmente y crezca con y para ella. A través de la Red se promoverá y conducirá la reflexión nacional sobre el Sistema Nacional de Educación para lograr un sistema flexible y articulado con la formación a lo largo de la vida, como agentes de cambio ético con responsabilidad social, será un proyecto colombiano coordinado por la Universidad.

Nuestra Institución tiene sobrada experiencia para liderar esta propuesta, con estándares internacionales y reconociendo lo que los colombianos son, quieren ser, esperan, necesitan y sueñan. La UN ha diseñado y puesto en marcha desde 1986 diversas estrategias para fomentar el acceso con equidad a la educación superior. Ha creado, entre otros, programas especiales de admisión a miembros de comunidades pertenecientes a la diversidad plurilingüe y pluricultural del país, así como a integrantes de comunidades pobres y víctimas del conflicto armado (Programa paes). En la misma línea de acción para la construcción de nación, la UN creó en 2007 el Programa Especial de Admisión y Movilidad Académica (peama), que ha permitido el acceso a la educación superior de jóvenes ubicados en las regiones más apartadas de Colombia y, además, ha hecho posible un diálogo incluyente de saberes entre la academia y estas comunidades, para comprender mejor el papel de la Universidad en el fortalecimiento del proyecto de nación que tiene como misión. Estos programas serán consolidados con el fin de facilitar la interacción de todos los grupos del país.

La UN también ha participado en la creación de estrategias educativas con las comunidades víctimas del conflicto armado en las áreas de influencia de sus sedes, dirigidas a revisar y adecuar la educación colombiana en el proceso de implementación del Acuerdo para la terminación del conflicto entre el gobierno colombiano y las FARC. Así, este reto de la sociedad colombiana ha sido considerado y destacado mediante la participación de la UN a través de su Centro de Pensamiento en Educación, y en las discusiones preliminares en el Congreso de la República con diferentes sectores y actores sociales para la revisión y ajuste pertinentes del actual sistema educativo.

Científicos y profesionales íntegros

III. Comunidad formadora, desde la armonización de las funciones misionales, de científicos y profesionales íntegros, gestores de la ética ciudadana.

La UN siembra paz y es consciente de que debe crecer en la crisis, para retomar el liderazgo del proyecto cultural de la nación colombiana. Así debemos rescatar los espacios como líderes propositivos en los ámbitos orientadores de política pública y sugerir políticas ante el Estado para la toma de decisiones, en un entorno coherente, que articule lo local con lo global. Retomar las apuestas de los fundadores de la Universidad como proyecto cultural capaz de incidir en las decisiones democráticas, incluyentes y participativas, impone generar ambientes para que los jóvenes se formen como ciudadanos integrales, autónomos, con valores propios de una

democracia, tal y como lo demanda la Constitución Nacional. Incrementaremos los espacios para los debates de la ética, bioética e integridad científica en todos los escenarios de docencia, investigación, extensión y gestión universitaria.

Asumiremos como tarea indispensable la evaluación y recontextualización de la reforma académica dentro de la concepción de un currículum integrado, abierto y flexible cuyo Plan de Estudios debe introducir los Estudios Generales en artes, humanidades, ciencias y tecnología, buscando fundamentar en los jóvenes un pensamiento crítico en el desarrollo de seres inteligentes y cognoscentes con responsabilidad social, buscando la coherencia y el equilibrio entre el pensar, el sentir y el actuar. Así la formación integral será un hecho gracias a las prácticas académicas, investigativas, evaluativas y administrativas que permiten entregar al país un egresado con el sello UN, como apoyo ético en lo humano, lo tecnológico y lo científico con sentido social.

Relevante tarea es también armonizar los sistemas de investigación, creación artística y extensión con los diferentes niveles de formación. Se busca que las actividades investigativas y de creación artística sean atractivas para las nuevas generaciones, desde el aula de clase en los pregrados y semilleros de investigación. Esto fortalecerá las actitudes de responsabilidad, crítica, creatividad para hacer de los jóvenes seres éticos, autónomos y con responsabilidad social. Los posgrados en la UN tienen una seria responsabilidad frente al quehacer científico, tecnológico de punta, las artes y las humanidades, en su camino hacia la madurez que respeta la tradición e impulsa el cambio social.

Desde una lógica integral, la labor de la UN en los territorios con problemas complejos es dar soluciones con equipos de trabajo que se comuniquen y se apoyen entre sí. De esta manera se fortalece, desde el conocimiento, el capital social en red con todos los actores del Sistema Nacional de Innovación y sus investigadores que evalúan y contribuyen a explicar y a apropiar la innovación.

Se propone revisar las agendas de conocimiento con el fin de precisar las diferentes áreas integradoras, su establecimiento en el país y participar con los aportes del saber generado en la UN con el propósito de cerrar las brechas que nos separan del desarrollo internacional. La comunidad universitaria se ha organizado en grupos de investigación, institutos, institutos de sede, la escuela permanente de pensamiento universitario, centros de pensamiento y UN innova como una red de articulación nacional de políticas, estrategias de emprendimiento e innovación para interactuar con el sistema de ciencia y tecnología, a través de la promoción de parques científicos y tecnológicos en todas las sedes.

Los centros de excelencia nacionales merecen especial atención en áreas donde la Universidad tiene fortalezas destacadas, como por ejemplo el centro de excelencia en Geociencias en alianza con el Instituto Geológico Colombiano. Se impone como tarea urgente consensuar la creación del centro de excelencia en Ciencias de la Vida y la Salud, alrededor del Hospital Universitario para aunar esfuerzos interdisciplinares en investigación y desarrollo desde los grupos de facultades, institutos y grupos Max Planck de la UN.

Fortalecimiento de las sedes en el marco del proyecto de Nación

La presencia de la Universidad en los territorios a través de sus nueve sedes es un reconocimiento al valor de la diversidad y la diferencia contextual. A partir de ellas debe construirse identidad y

propósitos comunes capaces de fortalecer el proyecto de nación. Cada sede de la Universidad debe constituirse en una oportunidad para avanzar en transformaciones culturales, científicas y tecnológicas que expresen, cultiven y profundicen el proyecto de universidad y de nación que buscamos consolidar; de tal manera que cada sede sea el portal por el que fluye integralmente la UN con todas sus capacidades. Cada sede debe ser motor de desarrollo regional, fortaleciendo instituciones, organizaciones y comunidades, incluyendo sus sistemas de educación y de CTeI. Esta responsabilidad obliga a fortalecer nuestras sedes alrededor de las funciones misionales y de grandes propósitos comunes con claros lineamientos y políticas institucionales construidas participativamente y fomentando una descentralización administrativa. En este sentido, se debe implementar la evaluación permanente de las políticas para el mejoramiento continuo de la Institución.

Alcanzar una visión de proyecto cultural de nación implica avanzar hacia una conciencia donde la comunidad universitaria sienta como propia cada sede, para desplegar la acción universitaria de formación, investigación o extensión en cualquiera de ellas. Implica privilegiar y facilitar el trabajo académico intersedes con proyectos de carácter nacional. Esta visión de universidad requiere, por supuesto, introducir cambios al modelo de gestión académico y administrativo, para transformar la mirada federada de sedes y facultades hacia una visión participativa en un incluyente proyecto de nación.

Como paso importante para la integración de las sedes proponemos dos programas estratégicos:

a) Visión de futuro, una apuesta por la UN pública y nacional, líder cultural y científica construida desde las sedes 

El reto es propiciar y estimular una reflexión profunda de lo que somos como Universidad, de lo que queremos, de lo que necesita el país en un entorno nacional e internacional. Este programa, pensado a veinte años, y que debe alimentar al Sistema Nacional de Planeación, permitirá proyectar políticas a mediano y largo plazo que anticipan escenarios de futuro con los cuales se comprometan las diversas administraciones de turno, de tal manera que prevalezca la mirada colectiva. Además, esto nos permitirá relacionarnos con entornos locales y globales de manera coherente, aprovechando las diferencias y la riqueza cultural de nuestra comunidad ilustrada.

b) Sistema Nacional de Planeación

La planeación institucional requiere el desarrollo de un enfoque sistémico, nacional y participativo para construir un visionario y compartido Sistema Nacional de Planeación orientado a fortalecer la armonización de las funciones misionales, acorde con la complejidad institucional e involucrando la dimensión ambiental en todas las acciones y fases. Definidas las políticas institucionales es necesario descentralizar efectivamente de los procesos administrativos de las sedes, agilizando su gestión y fortaleciendo sus posibilidades de aporte a las regiones.

El campus de la UN está representado en todas sus sedes y se constituye como un espacio para la ciencia, la cultura, el arte y la técnica que se integra a la dinámica de las ciudades. Los programas educativos impartidos en cada sede son referencia y convergencia de las comunidades, cada sede debe asumir su papel central en la vida de las ciudades: el campus como aula ciudadana. Es primordial fortalecer la comunicación con las comunidades e instituciones regionales a través de programas permanentes de ciencia, tecnología, arte y cultura.

Modelo de gestión integral y participativo

Se debe abordar como tarea permanente la gestión de recursos de la nación que van a la base presupuestal de la Universidad y promover la Fundación UN abriendo puertas a quienes quieren contribuir con la UN. En defensa de lo público debemos fortalecer y liderar el Sistema de Universidades Estatales (SUE), para lograr un sistema universitario con identidad propia y sostenibilidad.

Se trata entonces de estructurar un modelo de gestión integral participativo para fortalecer las funciones misionales, soportado en un sistema de gestión de calidad. Una gobernanza que garantice el crecimiento de la Universidad de manera colaborativa y orientada a servir a la comunidad, entablando comunicación directa y efectiva con los estamentos universitarios y procurando que los mecanismos de evaluación, seguimiento y mejoramiento continuo sean introducidos en la cultura institucional a través de una normativa coherente en todos los niveles.

El bienestar universitario: la aceptación de la diversidad en ambientes creativos

Bienestar es aprender a convivir y a ser comunidad en todos los escenarios cotidianos. Implica, entonces, el ejercicio de la justicia en donde los actores de la comunidad académica ayudan a ejecutar responsablemente los recursos, y son veedores de los mismos. Aquí cobra importancia el trabajo que se ha consolidado en género, diversidad étnica y cultural, en la conformación de observatorios como el de la juventud y la niñez, la mujer, la red de bioética y otros.

Sobran los argumentos que justifiquen las residencias para el bienestar estudiantil y bienestar para los docentes y administrativos. Para lograrlo serán gestionados los recursos con propuestas viables y ejecutados con mandato de urgencia. En cuanto a Unisalud es imprescindible buscar herramientas que permitan su viabilidad económica, realizando ingentes esfuerzos para traer los recursos que están fuera del sistema y que la Universidad no ha logrado recuperar. La comunidad de Unisalud se comprometerá a usar de manera racional sus servicios y tomará consciencia de la necesidad de una entidad viable, sostenible en el tiempo con costos racionales.

Invitamos a la comunidad universitaria a socializar, discutir y enriquecer este programa para dinamizar la construcción colectiva de nuestro proyecto cultural e histórico en la construcción de nación.

* Los candidatos que deseen enviar sus textos exponiendo las propuestas que tienen para la Universidad Nacional, pueden escribir al correo: jcasanas@elespectador.com

Por Dolly Montolla - Candidata a Rectora de la Universidad Nacional

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