California, el hogar de las personas “sin hogar”

Más de medio millón de personas está viviendo en las calles de Estados Unidos. La mitad de ellos está concentrada en California. Los campamentos de los ‘sin techo’ se convirtieron en una crisis para el estado. Ahora Donald Trump está dispuesto a “ayudar”, pero ¿son sus soluciones buenas para el problema?

Camilo Gómez / @camilogomez8
22 de septiembre de 2019 - 02:00 a. m.
David no tiene hogar y  duerme en Skid Row, una calle de Los Ángeles, California. No puede pagar un arriendo.  / AFP
David no tiene hogar y duerme en Skid Row, una calle de Los Ángeles, California. No puede pagar un arriendo. / AFP

“Puede pasarle a cualquiera”, dice Shawn Pleasants. Hace poco más de diez años trabajaba en Wall Street; era un exitoso estudiante becado y egresado de la Universidad de Yale. Hoy vive en las calles en Los Ángeles (California). Allí comenzó una compañía de fotografía y cine con la que hizo tanto dinero que se compró una casa en el vecindario Silver Lake, pero pronto cayó en la ruina. Las peleas con sus cofundadores hicieron que los ingresos se agotaran y, al mismo tiempo, la muerte de su madre lo hizo entrar en una “crisis emocional y física”. Su hermano, Michael, dice que comenzó a vivir de un lado a otro; se quedaba en su automóvil hasta que también lo perdió. Su historia aparece esta semana en varios medios estadounidenses. Pero esta es solo una de las decenas de miles que hoy se pueden encontrar en las calles del país.

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Dentro de la multitud de personas que hoy habitan sin techo en las calles estadounidenses hay, como dice Pleasants, músicos, fotógrafos y profesionales con carreras exitosas también. Almas que en algún momento lo tuvieron todo y hoy están caídas en desgracia. Y no, las drogas no son la razón de su problema, ni mucho menos los problemas mentales o la migración. Es la escasez de viviendas con precios asequibles para los ciudadanos. Un problema que ya se vivió en el país (2008), pero que está a punto de convertirse de nuevo en una epidemia.

Según un nuevo informe de la Casa Blanca, más de medio millón de personas no tienen hogar en EE. UU. y casi la mitad de ellos están en California. Duermen en aceras, parques, automóviles y edificios abandonados. Eligen eso antes de vivir en refugio. California no es el único estado con ese problema. Un estudio de Zillow, líder en el mercado inmobiliario, encontró que las concentraciones de personas sin techo crecen más en los lugares con mercados de vivienda de alquiler de menos acceso para la clase media, como Nueva York, San Francisco o Washington DC. Aunque la economía estadounidense está en auge y las cifras de desempleo están en su punto más bajo en décadas, los recortes que ha hecho el gobierno federal a los programas de vivienda asequible han contribuido al problema. Como si no fuera suficiente con tener a miles de ciudadanos viviendo en la calle, California se enfrenta a otra crisis: están muriendo.

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“No tener refugio es aterrador, humillante y aislante. Las personas que viven sin refugio carecen de acceso a baños, lavabos y duchas. No tienen forma de almacenar o preparar alimentos y no tienen protección contra los elementos. El hambre es común”, escribió Margot Kushel, profesora de medicina en la Universidad de California. “Al estar en camas improvisadas o en el suelo, duermen poco. Deben lidiar con el robo de sus posesiones. Se enfrentan a movimientos forzados frecuentes, que interrumpen las relaciones y hacen que sea difícil para la familia, amigos o proveedores de servicios encontrarlos”, agrega. Además, las personas que no tienen refugio tienen un alto riesgo de abuso físico y sexual, y tienes problemas para acceder a medicamentos o citas en hospitales.

Las muertes de las personas sin techo en el condado de Los Ángeles van a paso acelerado, que ya ha superado los récords. En promedio, casi tres personas mueren al día. Durante el año, según las cifras preliminares de la oficina forense del condado, se han registrado más de 1.000 muertes en Los Ángeles. Aunque este condado cuenta con un clima mucho más amigable que el de Nueva York, en esa ciudad solo se han registrado 292 muertes; menos de un tercio de las registradas en Los Ángeles. Entre las causas principales se encuentran las enfermedades, la adicción, accidentes, aislamiento, el suicidio, y, por supuesto, los problemas de no tener refugio. Mueren en los mismos lugares en los que viven: en aceras, lagos, tiendas de campaña, parques, autos y moteles. “En una región de abundante riqueza y hospitales de clase mundial, las personas mueren sin dinero, mueren de dolor, mueren solas”, escribió Steve López, columnista de Los Ángeles Times. El presidente Donald Trump visitó California esta semana para abordar este y otros problemas —además de buscar fondos para su campaña a la reelección—. Pero las respuestas del mandatario parecen no ser bienvenidas por los liberales, y con bastante razón, según expertos.

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La administración Trump señaló la necesidad de una desregulación en California sobre las reglas de construcción actuales para impulsar la creación de nuevas viviendas. Según la Casa Blanca, las reglas actuales han impedido que los constructores puedan satisfacer la demanda de viviendas y eso ha contribuido a elevar los precios. Pero Trump agregó otra “solución”: usar la fuerza.

El presidente se quejó de la crisis y manifestó que estas personas “viven en las mejores carreteras, las mejores calles, las mejores entradas a los edificios donde personas pagan enormes impuestos”, por lo que sugirió que “la vigilancia policial puede ser una herramienta importante para ayudar a sacar a las personas de la calle a refugios o viviendas donde puedan obtener los servicios que necesitan”. La Casa Blanca publicó un informe antes de la visita de Trump a California en el que se dice que las fuerzas de orden público pueden desempeñar un rol importante para resolver la crisis. “Por supuesto, las políticas destinadas exclusivamente a arrestar o encarcelar a las personas sin hogar simplemente porque no tienen hogar son inhumanas e incorrectas. Al mismo tiempo, cuando se combina con servicios efectivos, la vigilancia policial puede ser una herramienta importante para ayudar a sacar a las personas de la calle y refugiarse en viviendas”, manifiesta el informe.

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Los opositores a esta medida señalan que criminalizar a las personas que viven en la pobreza no solucionará la crisis. En cambio, aumentar los fondos para la vivienda y servicios relacionados en lugar de reducirlos, como ha hecho Trump, sí podría tener un efecto positivo. “Este enfoque contribuye al problema en lugar de resolverlo”, dijo Osha Neumann, abogada de derechos civiles. “La idea de que podemos criminalizar nuestra salida de una crisis que es el resultado del fracaso del sistema para satisfacer las necesidades humanas básicas de un gran porcentaje de nuestra población es ridícula”.

Trump es una contradicción. Mientras amenaza con castigar a San Francisco por la crisis de personas sin hogar, rechaza la solicitud del gobernador de California, Gavin Newsom, para proporcionar vales de vivienda que ayuden a combatir la crisis. “En California, los gobiernos estatales y locales han intensificado las medidas para sacar a las familias de la pobreza invirtiendo en salud mental, vivienda asequible y otros programas para personas sin hogar. En contraste, su Administración ha propuesto recortes significativos a la vivienda pública y programas como el Subsidio de Desarrollo Comunitario en Bloque”, escribieron los legisladores del estado.

Pleasants continúa habitando en la calle junto con su pareja, un hombre igual de desamparado a él. Advierte que obligar a las personas sin techo a ingresar a un refugio que probablemente esté ubicada en un área muy remota “no es una solución”, pues eso no conectará a las personas con empleos, viviendas, servicios (como) salud mental y tratamiento de adicciones”. Y lo que es más importante, colocar a miles de personas en un edificio gigante no les va a dar un hogar si no hay un lugar para que puedan vivir permanentemente que puedan pagar”, agregó. Mike Dickerson, organizador del grupo de defensa de personas sin hogar Ktown for All, defiende esa teoría, y dice que para sacar a la gente de las calles, “es necesario crear viviendas más asequibles”.

Por Camilo Gómez / @camilogomez8

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