Publicidad

Camino a la unidad

Entre enfrentamientos de tribus pro Gadafi y rebeldes, mandatarios de Francia y Reino Unido llaman a crear un Estado sin divisiones.

Daniel Salgar Antolínez
15 de septiembre de 2011 - 09:58 p. m.

Después de reunirse con Mustafá Abdel Yalil, dirigente del Consejo Nacional de Transición libio (CNT), y con el primer ministro Mahmud Yibril, el presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, y el primer ministro británico, David Cameron, anunciaron que es indispensable capturar al depuesto dictador libio Muamar Gadafi, para derrocar definitivamente su régimen e iniciar el camino hacia un Estado unificado.

Pero podría suceder que, como Osama bin Laden, el exhombre fuerte de Libia dure años escondido. Desde el pasado 23 de junio no hay pistas de su paradero. Cameron reconoció que aún quedan lugares bajo el control del exdictador y el general Vincent Tesnière, del estado mayor multinacional aéreo de la OTAN, indicó que el 15% de las fuerzas gadafistas siguen operando alrededor de Trípoli y Sebha. Aún así, los mandatarios europeos llamaron a consolidar un Estado sin divisiones.

Los nuevos dirigentes libios planean la reconstrucción de su gobierno. Abdel Yalil ha expresado que quiere que las mujeres se incorporen al poder y que se implemente la Sharia —ley musulmana— como eje de la legislación. A su voz se sumó la del viceministro de Justicia, Jalif al Gehmy, quien indicó que la Sharia serviría para reunificar al pueblo, que es en su mayoría musulmán.

Víctor de Currea-Lugo, especialista en Medio Oriente, indica que lo decisivo para el futuro de Libia no es la captura de Gadafi, sino cómo se unifiquen las tropas que lo apoyan y los rebeldes que no han sido reconocidos por el CNT, y cómo se adopte un nuevo orden gubernamental y económico. “Habría que ver si la Sharia genera un régimen autoritario al estilo de Irán o uno más abierto como los de Turquía y Túnez. Esto no lo determinará la ley, sino el modo en que los musulmanes libios interpreten la ley”.

Los musulmanes libios vienen acostumbrados a cumplir los dictámenes del Corán. El ejemplo lo puso el magistrado Milad al Gali: aunque la Sharia no obligará a nadie a usar el velo, las mujeres ya están acostumbradas a ponérselo. Los dirigentes confían en que Libia puede transitar hacia una democracia, que dé cabida a los disidentes del nuevo gobierno, a partir de la Sharia.

Pero con Gadafi en libertad y diarios enfrentamientos entre tribus ancestrales que lo defienden y rebeldes que lo atacan, se nubla cualquier discurso de unidad. En sus últimas declaraciones el fugado exdictador pidió alistarse para una larga guerra, lo que aplazaría indefinidamente el deseo de un estado sin divisiones.

Por Daniel Salgar Antolínez

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar