Las fuerzas antiyihadistas apoyadas por Washington informaron el martes que más combatientes del grupo Estado Islámico se rindieron y que desde el último bastión en Baghuz, este de Siria, seguían saliendo civiles, luego de una noche de intensos bombardeos.
Un precario campamento de carpas en el este de Siria es todo lo que queda del "califato" autoproclamado por EI en 2014 en amplios sectores de Irak y Siria.
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Las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), alianza kurdo-árabe respaldada por Washington, lanzaron en diciembre la ofensiva final contra el bastión, pero fue suspendida en varias ocasiones para permitir evacuar civiles y combatientes.
El domingo reanudaron la ofensiva. Luego de dos noches de bombardeos muchos yihadistas se rindieron.
Según el portavoz, Adnan Afrin, unas dos mil personas, en su mayoría combatientes del grupo yihadista Estado Islámico (EI), se rindieron este martes a las fuerzas kurdo-arabes que han iniciado el asalto a su último feudo en el este de Siria.
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Ese grupo que huyó de Baghuz está siendo trasladado a una posición de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) para su control, remarcó Afrin.