:format(jpeg)/www.elespectador.comhttp://thumbor-prod-us-east-1.photo.aws.arc.pub/JgMiOvlGu5lXOk35rSYoDNS5QWU=/arc-anglerfish-arc2-prod-elespectador/public/B3Q74EAGAVCOLN2EEX375CKJNA.jpg)
El secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Paulo Abrao, presentó en una sesión extraordinaria sobre la situación en Nicaragua de la Organización de los Estados Americanos (OEA) un informe en el que se asegura que hasta el 19 de junio al menos 212 personas murieron por la violencia en Nicaragua, que comenzó con unas protestas convocadas el pasado 18 de abril.
Abrao indicó que el informe se basa en la visita que hizo la Comisión a Nicaragua entre el 17 y el 21 de mayo. “Este informe no es capaz de traducir los dramas humanos que viven las personas de Nicaragua. Como Comisión tenemos un lado y es el lado de todas las víctimas afectadas por la violencia”, aseguró.
La Comisión indicó en su informe que la mayoría de los muertos son jóvenes y que 1.337 personas han sido heridas. También denunció que se han presentado obstáculos en el acceso a la atención médica de los heridos como una forma de represalia por su participación en las manifestaciones.
La CIDH comunicó que 507 personas han sido privadas de la libertad en las protestas, de las cuales 421 casos corresponden a detenciones de jóvenes y adolescentes.
"La mayoría de los detenidos habrían sido objeto de distintas formas de tratos crueles, inhumanos y degradantes. Algunos de los tratos descritos alcanzaron el umbral de la tortura”, mencionó la organización en su informe.
La entidad resaltó que en Nicaragua se ha presentado un excesivo y arbitrario uso de la fuerza policial y que han actuado grupos parapoliciales y de choque con la aceptación del Estado. A su vez, encontró que se han difundido campañas de estigmatización e intimidación contra líderes de movimientos sociales.
“Los estudiantes que se refugiaron en las universidades, las personas que resguardan los llamados tranques en diferentes partes del país, defensoras y defensores de derechos humanos, periodistas, víctimas y religiosos, constituyen los grupos más afectados por las diversas formas de represión”, aseguró la CIDH.
El informe resaltó que desde el primer día de las protestas la respuesta del Estado incluyó el uso de armas de fuego y el empleo excesivo de armas menos letales, e indicó que uno de los medios de represión fue el despliegue de francotiradores con presuntos vínculos con agentes del Estado.
“La mecánica y trayectoria de los disparos indicarían usos arbitrarios de la fuerza letal o la existencia de ejecuciones extrajudiciales”, sostuvo la Comisión.
La CIDH le pidió al Estado de Nicaragua que trabaje por alcanzar una solución constitucional, democrática y pacífica a la crisis de derechos humanos que se vive en su territorio.
Debido a la situación en Nicaragua, la CIDH también le solicitó al Gobierno que garantice que toda persona pueda salir libremente de su territorio y que se le respete su derecho a buscar y recibir asilo en el extranjero.
Las manifestaciones en Nicaragua fueron convocadas el 18 de abril en rechazo a una reforma al seguro social promovida por el Ejecutivo. El Gobierno revocó la propuesta pero las protestas continuaron y se transformaron en unas movilizaciones en contra del presidente Daniel Ortega.