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Cuatro conclusiones que dejó la primera noche de la Convención Nacional Republicana

El Partido Republicano no tuvo momentos memorables en la primera noche de su convención. Los oradores pasaron desapercibidos con un reiterativo discurso divisivo de “orden versus comunismo”. Aunque habrá que espera para ver si este tuvo efecto. De la pandemia, sorpresivamente, se habló mucho, pero más mentiras que verdades.

25 de agosto de 2020 - 03:57 a. m.
Donald Trump Jr., hijo del presidente Donald Trump, fue uno de los oradores de la primera noche de la Convención Nacional Republicana.
Donald Trump Jr., hijo del presidente Donald Trump, fue uno de los oradores de la primera noche de la Convención Nacional Republicana.
Foto: AFP - Agencia AFP

Los republicanos mantuvieron en secreto los detalles de la organización de su Convención Nacional Republicana, según dijeron, para resguardar el elemento sorpresa. Sin embargo, no hubo asombro esta noche.

El primer día de la Convención estuvo marcado por ataques a los demócratas, una evaluación muy condescendiente de la labor de Donald Trump y un total desconocimiento de la realidad que atraviesa el país, además de un gran puñado de mentiras. Estas son las conclusiones que dejó la primera noche.

Este ya no es el Partido Republicano. Este es el partido de Donald Trump.

Uno de los objetivos de la Convención Nacional Republicana, además de presentar a su candidato a la presidencia, es redactar las políticas que definirán al partido por los próximos cuatro años. El Partido Republicano no cumplió con esa tarea este año. En lugar de redactar una nueva plataforma política, los republicanos están utilizando el mismo documento que se usó hace cuatro años.

No se sabe concretamente por qué se optó por no redactar una nueva hoja de ruta que defina las posiciones del partido. Según Vox, esto se hizo para evitar mostrar el desorden y las luchas internas. Según voceros del Partido Republicano, esto se hizo porque no hubo la posibilidad de reunirse este año.

Pero para los opinadores de medios locales, sea cual sea la razón, esto abre un gran interrogante sobre los republicanos: ¿Qué representan? La respuesta de analistas políticos es: no mucho. Por ahora el único consenso es que este el partido que apoya a Donald Trump a la presidencia y todo lo que él diga, por disparatado que sea, será aprobado. Después de eso, no hay mucho más por mostrar.

“¿Qué futuro puede haber para un partido así?”, se pregunta el comité editorial de The Washington Post.

Algo particularmente contraproducente de no haber redactado un documento nuevo es el hecho de que el que se adoptó en 2016 se quejaba de cómo el país había ido en la dirección equivocada durante “los últimos 8 años”. Eso significa que, en ese orden de ideas, los republicanos se están quejando de todo el Gobierno de Donald Trump…

Trump y sus seguidores apostaron todo por dibujar a Biden como un socialista radical.

Los invitados de Trump, los videos proyectados y el propio presidente trataron de mostrar que el candidato demócrata, Joe Biden, es un socialista radical basándose en mentiras. Estas fueron algunas de las más llamativas:

Los invitados por Trump dicen: Biden apoya el aborto “hasta el momento del nacimiento”. Esto es falso. Primero, la posición de Joe Biden frente al aborto no es tan radical como la quiere hacer ver Trump. Segundo, los demócratas tampoco buscan el “aborto hasta el momento del nacimiento”. Nadie lo hace. Este ha sido un falso argumento que han usado los conservadores para propagar el miedo y el repudio al derecho al aborto.

Los invitados por Trump dicen: Biden prohibirá el fracking. Esto es falso. El plan de cambio climático de Biden sí podría fin a nuevos arrendamientos para la exploración petrolera en terrenos federales, pero no dice nada sobre los arrendamientos en tierras privadas o tampoco marca el fin de lo que ya está firmado.

Los invitados por Trump dicen: los demócratas quieren desfinanciar la policía y que reine la anarquía. Esto es falso también. Biden se ha opuesto a la eliminación de fondos para la policía.

Los invitados por Trump dicen: Biden es un comunista y socialista que conducirá al país al caos. Esto es completamente falso también. Biden está lejos de compartir las ideas del ala progresista del Partido Demócrata, que tampoco son socialistas ni comunistas.

Todos los oradores de la primera noche de la Convención Republicana usaron reiterativamente frases como “comunista”, “anarquista”, “socialista” e incluso “marxista” para referirse a Joe Biden en un intento de dibujarlo como un candidato aterrador. Pero los votantes no lo ven como algo aterrador, y esa es la razón por la que el demócrata lidera las encuestas.

Trump quiere quedar como un héroe en el manejo de la pandemia. No ha sido así.

La Convención Nacional Republicana trató de mostrar la respuesta del presidente frente a la pandemia de coronavirus como un éxito rotundo. Se aseguró que, de no ser por las medidas que tomó Trump, pese a la oposición de los demócratas, el daño habría sido mucho peor para el país.

Trump continúa señalando que su decisión de prohibir los viajes desde China en enero para evitar que los contagios crecieran es la evidencia de que actuó bien frente a la emergencia. Pero ahí comenzó y terminó su gestión frente al virus. Durante toda la noche se ignoró el hecho de que Estados Unidos cuenta con más de 5.7 millones de infecciones conocidas y más de 177.176 muertes.

El presidente rechazó el uso del tapabocas hasta mediados de julio. Las estadísticas muestran que desde entonces el uso de este elemento ha contribuido a minimizar la propagación del virus.

Trump se atribuye, por otro lado, el mérito del estímulo económico para los estadounidenses, pero este en realidad fue un logro del Congreso. Ambos partidos lograron un acuerdo para aprobar este plan de ayuda sin la participación del presidente, quien actuó en este caso como un mero espectador.

El presidente usó la asistencia federal como un instrumento de chantaje político para brindar ayuda solo a sus aliados, y negársela a sus rivales como el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo.

Todo esto solo por nombrar algunos de los movimientos más peligrosos del presidente que fueron en contra del bienestar de los estadounidenses.

Pero lo más llamativo es que no se presentó una agenda para recuperar al país de la pandemia durante un segundo gobierno. Después de todo, esta sería una maniobra difícil, considerando que Trump todavía no ha podido construir un plan de recuperación y atención frente a la pandemia. ni siquiera en su primer gobierno.

El montaje de la Convención Republicana mostró a un presidente que está solo, o que no está muy bien rodeado.

Los últimos oradores en hablar en la noche del lunes fueron Nikki Haley, exembajadora de Estados Unidos ante la ONU por poco menos de dos años, el senador republicano Tim Scott, un afroamericano de Carolina del Sur que buscó destacar los beneficios que la administración Trump ha dejado para distintos grupos demográficos, como mujeres, afroamericanos y latinos, y el hijo del presidente, Donald Trump Jr.

Scott, por cierto, entregó datos exagerados sobre los beneficios de la administración Trump para los afroamericanos, mientras que Haley dijo que “no había racismo en Estados Unidos”. Si su intención era capturar a los votantes afro, fallaron en su intento estrepitosamente.

Pero lo que esto nos muestra esto es que las figuras prominentes del Partido Republicano de las últimas dos décadas no están conectadas con Donald Trump, a diferencia de la Convención Nacional Demócrata, que se celebró la semana pasada, y que durante sus cuatro noches culminó con un discurso proveniente de una figura poderosa, del calibre de los Obama o los Clinton.

Esta semana no se presentarán expresidentes, excandidatos o líderes que han marcado al Partido Republicano a apoyar la nominación del presidente. Y por esta razón Trump tuvo que recurrir a personajes que, sin mucho renombre, tienen la misión de darle fuerza que necesita para levantarse en las encuestas. Y quizás no lo puedan lograr.

El otro hecho que remarcó la soledad de Trump fue que, en contraste con 2016, esta vez no cuenta con toda su masa de seguidores con gorras rojas vitoreando su nombre y mostrando un apoyo desbordado porque las circunstancias de la pandemia no se lo permitieron. Trump y los oradores del Partido Republicano tienen al frente un atril y un auditorio vacío. Ese es un escenario que juega a favor de los demócratas, que supieron jugar muy bien con esa escena para remarcar la tragedia en la que está sumida la nación y el mundo. Para Trump, esto no resulta nada favorable.

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