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De vecino problema, a socio

El vicepresidente de EE.UU., Joe Biden, estará de visita en Colombia durante la semana del 26 de mayo. Buscará fortalecer las relaciones de seguridad binacionales.

Luis Carlos Vélez
12 de mayo de 2013 - 07:13 p. m.
Joe Biden, el vicepresidente de EE.UU., visitará Bogotá como parte de una gira que emprenderá por otros países, como Brasil y Trinidad y Tobago. /Getty Images
Joe Biden, el vicepresidente de EE.UU., visitará Bogotá como parte de una gira que emprenderá por otros países, como Brasil y Trinidad y Tobago. /Getty Images
Foto: Getty Images - Pool

Las primeras versiones sobre la noticia causaron un poco de confusión en algunas salas de redacción en nuestro país. El anuncio, a pocos minutos de que iniciaran los noticieros del mediodía, hizo que los teléfonos empezaran a marcarse frenéticamente y que los mensajes llenaran nuestras cuentas de correo. Las primeras informaciones señalaban que el presidente de EE.UU., Barack Obama, realizaría otra visita a nuestro país. Esto en el marco de que el mandatario estadounidense estaba en ese momento terminando una visita por México y Costa Rica y que por lo tanto realizar más encuentros en nuestra región sería algo obvio.

Sin embargo, un mensaje de la Casa Blanca no se hizo esperar y fue entonces cuando se aclaró el panorama y se estableció que es el vicepresidente Joe Biden quien visitará nuestro país durante la semana del 26 de mayo, y no el propio Obama.

Según informó Washington por medio de un comunicado, Biden estará en Brasil, Trinidad y Tobago y Colombia. En cada uno de estos países, la Unión Americana buscará fortalecer las “sociedades” económicas y comerciales entre las partes. Pero hay que poner mucha atención a la selección de las palabras en el escrito de prensa para dejar claro que la Casa Blanca está hace varios meses cambiando el enfoque de su relación con la región.

En el documento de divulgación de la presidencia hay un aparte especial sobre Colombia. En el escrito se especifica que Biden concentrará su visita a Bogotá en continuar construyendo las relaciones de seguridad binacionales y centrarse en vías para buscar la prosperidad en las dos naciones.

Se trata de un cambio drástico de la postura de EE.UU. hacia nuestra región, ya que no hace mucho Washington consideraba a América Latina como el vecino pobre y problemático.

Incluso, si tan sólo vamos a febrero de 2009 podremos encontrar declaraciones del entonces fiscal general Eric Holder, en las que aseguraba, en relación con América Latina, que “el narcotráfico internacional representaba una amenaza sostenida y sería para los estadounidenses”. Y dos meses después, para que el presidente Obama, en su primera vista a México, dijera que no había un tema más importante para la relación entre las dos naciones que la guerra contra los carteles de droga que “generaban caos en nuestras comunidades”.

Ahora las cosas han cambiado. La difícil situación económica de EE.UU. ha hecho que sus intereses hayan pasado de una especial atención a los temas de seguridad hacia la búsqueda de relaciones comerciales benéficas para las dos regiones.

La semana pasada el presidente Obama regresó a nuestra región con un mensaje diferente. Según el New York Times, el mandatario tenía como objetivo “cambiar la aproximación de la relación con los países azotados por la violencia de las drogas y el crimen organizado de una batalla sin fin contra los capos, que no ha dejado un claro ganador, a una de beneficios financieros y desarrollo económico”.

Y es que el clima político y económico no puede ser mejor. Los lazos económicos y culturales entre Estados Unidos y nuestra región se han fortalecido dramáticamente. El comercio entre EE.UU. y Latinoamérica creció a un extraordinario 82% entre 1998 y 2009 y sólo en 2011 saltó 20%.

Es más, según el diario inglés The Guardian, al ser consultado por la importancia de nuestra región para Estados Unidos en términos económicos, un alto funcionario que pidió no ser identificado respondió: “Hacemos tres veces más la cantidad de negocios con América Latina que con China, y la cantidad de negocios que hacemos con Colombia es el doble de los que hacemos con Rusia”.

Lo más interesante es que la cercanía entre las dos partes se hace cada vez mayor, si se tiene en cuenta que casi el 17% de la población estadounidense es hispana y que EE.UU. es el segundo país del mundo donde más se habla español, sólo después de México.

Pero hay más, la muerte de Hugo Chávez marca el inicio del fin de lo más severo del socialismo del Siglo XXI en Venezuela, por lo que una vez cese la horrible noche en nuestra vecina nación, se podrá esperar una mejora importante en las relaciones entre Caracas y Washington.

En conclusión, América Latina está en una posición inmejorable frente a Estados Unidos, la economía más grande del mundo, que ahora nos está mirando más como socios potenciales, que como el patio problemático trasero y mafioso. Algo que vale la pena mirar con atención.

Por Luis Carlos Vélez

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