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La escuela de la ciudad siria de Al Raqa, bombardeada por las fuerzas de la coalición liderada por EEUU en marzo de 2017, albergaba a doscientos civiles desplazados y no a terroristas, según la comisión de la ONU que investiga los crímenes en Siria.
"La comisión realizó 20 entrevistas entre supervivientes, familiares de víctimas, socorristas y residentes y estableció que la escuela acogía a familias desplazadas desde 2012. De 200 personas que vivían allí, 150 fueron asesinadas", afirma el documento presentado hoy.
La coalición justificó en su momento el ataque afirmando que en ese establecimiento había 30 milicianos del Estado Islámico (EI) y que no había podido comprobar que era utilizado por personas desplazadas. Lea también: EI pierde la ciudad de Raqa, su principal bastión en Siria
Sin embargo, toda la información que la comisión pudo reunir en ningún momento apunta a que allí hubiese habido terroristas.
En cambio, la instancia de la ONU identificó a doce supervivientes, entre los que había cuatro mujeres y seis niños, de los cuales el más pequeño apenas tenía diez meses.
Varios de ellos presentaban heridas graves, incluidas quemaduras o las piernas mutiladas. Además: ¿Qué está pasando en Raqa?
"La comisión concluye que la coalición debía conocer la naturaleza de su blanco y no cumplió con tomar todas las precauciones posibles para evitar o minimizar la pérdida de vidas civiles, causarles heridas o destruir infraestructura civil", señala la comisión en su informe.
De manera general, la comisión -creada por el Consejo de Derechos Humanos en 2011, meses después del estallido de las protestas que provocarían una guerra civil en Siria- lamenta que a pesar de la gravedad de los crímenes sufridos por los civiles sirios se les haya negado hasta ahora justicia.
"Las demandas de justicia y rendición de cuentas de las víctimas son componentes centrales de cualquier arreglo negociado y solución duradera para alcanzar la paz", enfatizó la comisión.