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La dama de hierro de Alemania no va más. Anunció su retiro gradual de la política tras trece años de liderazgo. Ángela Dorothea Merkel, de 64 años, la mujer más poderosa de Europa, según la revista Forbes, la “Dama de Hierro”, según la prensa alemana, o Mutti (mamá), según los alemanes, anunció ayer que ya era hora de “dar vuelta a la página”.
“Siempre quise llevar con dignidad mis cargos y dejarlos con dignidad”, dijo la líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU) y jefa del gobierno alemán. Merkel no se presentará a la reelección como presidenta de su partido, en diciembre, ni tampoco será candidata a la Cancillería en 2021, cuando oficialmente termina su mandato.
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Prudente, seria, disciplinada, correcta, analítica y reservada, características que la llevaron a ser la política más respetada de su país durante años, Merkel tomó la decisión de retirarse a mediados de este año, aunque apenas lo anunció. Fueron noches de largas reflexiones, revelan sus allegados, como lo fueron las que la llevaron, en 2016, a presentarse de nuevo como candidata a la Cancillería en las elecciones generales de 2017. Esa también fue una decisión difícil porque su popularidad ya iba a la baja y comenzaba un repunte de la extrema derecha. Aun así Merkel se impuso por cuarta vez. “Su decisión en 2016 de seguir como candidata a la Cancillería fue necesaria porque el mundo enfrentaba a los machistas Trump y Putin y ella dio cierto equilibrio”, explica Stephan Kroener, de la Universidad Católica de Eichstätt-Ingolstadt (Alemania).
“A lo largo de todo este tiempo al frente del partido y del Gobierno asumí mi responsabilidad sobre lo que salió bien y lo que salió mal”, aseguró la canciller alemana. Las cosas no estaban saliendo bien desde hacía rato.
Merkel y su partido sufrieron una serie de reveses en elecciones regionales, los más graves en Baviera y Hesse. Su debilitamiento se hacía evidente en las encuestas que revelan que, por primera vez en su carrera, Merkel y el CDU tienen la intención más baja de su historia. Según el último sondeo, la CDU solo obtendría un 24 %de los votos en unas elecciones nacionales. “Su decisión se debe a una larga cadena de derrotas en elecciones regionales y a las crisis que se desataron desde la formación del nuevo ejecutivo en marzo de 2018”, explica Ralf J. Leiteritz, Ph.D., profesor de la Universidad del Rosario.
Merkel, física de profesión, ha presidido la CDU desde 2000, tras la dimisión de Helmut Kohl como líder del partido. Nació en la Alemania comunista, pero se educó en la Alemania democrática. Desde el 2005 ostenta el cargo de canciller. Se convirtió en la primera mujer elegida para este puesto y en la primera persona de la desaparecida Alemania del Este en desempeñar tal cargo.
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“Es un retiro a plazos, anunciado en el último momento. Y es que la larga e impresionante carrera política de Ángela Merkel amenazaba con terminar en una tragedia”, escribió en Stern el historiador Tilman Gerwien. Sus votantes no le perdonan la decisión de abrirles las puertas del país a miles de refugiados en 2015. Una encuesta realizada en agosto de este año reveló el creciente descontento con la “eterna canciller”. El instituto demoscópico Insa realizó un sondeo para el diario Bild que reveló que más de la mitad de los alemanes, el 58 %, está descontento con Merkel. “En las encuestas, su popularidad ha caído, en parte a raíz de los refugiados, pero sigue siendo la política más importante de Alemania. El anuncio de su retiro, que se concretaría en tres años, es una decisión que merece respeto”, agregó Leiteritz.
La era pos-Merkel
Empieza a decir adiós al poder la hija de un pastor protestante y alguien que no participó de la multitudinaria explosión de júbilo con la que cayó el muro de Berlín en 1989, y en un momento en que se constata que aún hay muchos aspectos que alejan a unos alemanes de otros.
“Debería haberse marchado con tiempo suficiente antes de la última elección, victoriosa e invicta. Eso hubiera sido admirable. Ahora va a ser vencida”, estimó el coeditor del semanario Der Spiegel, Jakob Augstein.
Con Merkel de salida, su debilidad crece, opinan analistas. Algunos dicen que no se sabe si termine su legislatura, como lo tiene planeado. No solo eso: su credibilidad está en juego, en especial en una Unión Europea amenazada por varios problemas, en medio de las negociaciones del Brexit, una crisis con Italia por cuenta de su presupuesto para 2019, que incumple las reglas del euro según Bruselas, y el crecimiento previsto de los partidos populistas en las elecciones al Parlamento Europeo de mayo.
(En video: Merkel , cuando fue elegida como canciller de Alemania por cuarta vez consecutiva)
De completar su cuarta legislatura, Merkel habrá igualado el récord de permanencia en el poder en Alemania de Helmut Kohl, quien estuvo 16 años en la Cancillería (1982-1998).
Con el anuncio de su retiro, son muchos los que quieren reemplazarla. La que suena con más fuerza es su delfín, Annegret Kramp-Karrenbauer, quien ya habría anunciado su candidatura a la cúpula del partido, según Der Spiegel. Pero el cargo es codiciado y varios quieren sustituirla: la prensa alemana habla del ministro de Sanidad, Jens Spahn; de Friedrich Merz, antiguo jefe del grupo parlamentario de la CDU, y del ministro-presidente de Renania del Norte-Westfalia, Armin Laschet. La carrera apenas empieza.