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El legislador demócrata John Conyers, el miembro más antiguo del Congreso de Estados Unidos, anunció este martes que se jubilaba tras haber sido acusado de acoso sexual por varias de sus excolaboradoras.
"Me jubilo hoy", declaró Conyers, de 88 años, a una radio local de Detroit, estado al que representa desde 1965 en la Cámara de Representantes, negándose a utilizar el término "dimisión". Numerosos de sus colegas demócratas le habían pedido que renunciara.
Conyers es el primero de los cuatro legisladores estadounidenses actualmente acusados de acoso o agresión sexual que abandona el Congreso.
Además de él, los representantes demócratas Ruben Kihuen y el republicano Blake Farenthold están acusados de acoso, y el senador demócrata Al Franken fue denunciado por gestos inapropiados como besar contra su voluntad a una mujer antes de ser electo al Senado.
Por otro lado, un legislador republicano, Joea Barton, anunció que no buscaría un nuevo mandato después de que una foto en la que aparece desnudo circulara por Internet.
La ola de acusaciones contra esos legisladores, y otros no identificados, ha dado impulso a una serie de reformas en el Congreso para luchar mejor contra el acoso sexual dentro de la institución. Por el momento, los parlamentarios ya aprobaron el comienzo de una formación obligatoria tanto para los legisladores como para los empleados del Congreso en general.