El líder del Califato tiene el poder de morir y revivir varias veces

El medio Al-Sumariya News afirmó que Al-Baghdadi, autoproclamado líder del Califato murió en medio de un ataque aéreo en la ciudad de Raqa. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos lo confirmó, pero un canal de ISIS desmintió la información.

redacción internacional
11 de julio de 2017 - 03:32 p. m.
AFP
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El comienzo del fin llegó cuando Donald Trump aterrizó en la silla presidencial estadounidense. En ese momento, se fortaleció la coalición destinada a “luchar contra el terrorismo de Daesh”, fundamentalmente en Iraq y Siria, donde ISIS controlaba buena parte del territorio.

Es así como en los últimos meses la intensidad de la confrontación armada ha aumentado. Y en medio del fuego cruzado, de los golpes y contragolpes, se ha vuelto fundamental que Abu Bakr Al-Baghdadi, autoproclamado líder del Califato, esté muerto.

Al –Baghdadi nació en 1971 en Samarra, al norte de Bagdad y ha sido llamado “El fantasma”. Tiene sentido el apodo, pues sus apariciones públicas son más bien escasas, comportamiento que, de hecho, resulta inusual dentro de una organización a la que le interesa tanto dar de qué hablar. En junio de 2014, grabó una de las pocas pruebas de su existencia para Occidente. Pero la verdad es que, con esa prueba, no necesitaba mucho más para volverse protagonista, para convertirse en el rostro del terror en Oriente Medio.

Se trató de un video contundente y de un documento escalofriante para los defensores de derechos humanos. Con su turbante, su barba blanca y su túnica negra, se inventó Califato y dijo que era el líder del mismo. Lo hizo, además, en un lugar con una carga simbólica de importancia para los musulmanes: la mezquita de Al-Nuri, en Mosul.

Desde la fecha, Estados Unidos ofrece una recompensa de 25 millones de dólares. Es uno de los hombres más buscados del planeta.

Por eso, esta no es la primera vez que el mundo ha confirmado su muerte. Son varias las potencias mundiales interesadas en acabar con lo que su imagen representa. Algo similar sucedió con Bin Laden, cuya muerte trajo consigo un golpe mediático enorme para Al-Qaeda. Es difícil predecir si con la muerte Al-Baghdadi vendría el mismo efecto. Todo dependerá del sucesor. El ejército ruso afirmó que el 28 de mayo había bombardeado un lugar en Raqa, donde estaban reunidos varios líderes de EI, entre ellos Al-Baghdadi. El mundo celebró y el hombre, según comunicados oficiales de EI, estaba vivo.

El golpe más importante hasta la fecha sucedió el pasado 29 de junio, cuando la coalición retomó la mezquita de Al-Nuri, el lugar donde Abu Bakr Al-Bagdadi se proclamó líder del Califato. “Estamos viendo el fin del falso Estado proclamado por Daesh. La liberación de Mosul lo demuestra. (...) Es nuestra victoria”, afirmó Haider al Abadi, jefe de gobierno de Irak. Ese día, también se publicaron rumores en la prensa sobre el fallecimiento Al-Baghdadi. No pasó nada.

Ahora, Al-Sumariya News, medio iraquí, y el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos dijeron que había muerto, una vez más.  Sin embargo, un canal oficial de EI con presencia en Twitter, afirmó que era una noticia falsa para generar confusión, confirmando así que la guerra contra EI va mucho más allá de los bombardeos. También es una guerra de información.

 

Por redacción internacional

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