El Sinaí y el dolor de Egipto

Las cosas no están bien en Egipto. La Primavera Árabe, en el 2011, era la promesa de paz y democracia, pero terminó por exacerbar la violencia y acentuar las divisiones internas.

redacción internacional
25 de noviembre de 2017 - 03:00 a. m.
Una mezquita al oriente de Egipto fue el escenario de la masacre. / Efe
Una mezquita al oriente de Egipto fue el escenario de la masacre. / Efe

Al caos político se ha sumado la presencia invasiva del Estado Islámico (EI), que está lejos de ser simplemente uno más en el conflicto. Al contrario, sus ataques de los últimos años lo han convertido en un actor protagonista a través de su estrategia favorita: sembrar miedo en la región. Ayer, una vertiente radical de esta organización cometió el atentado más sangriento de la historia de Egipto: al menos 270 personas murieron como consecuencia de una explosión y de un posterior tiroteo en una mezquita en Sinaí, al oriente del país.

Sinaí es un territorio minado de intereses en conflicto. En el 2013, el ejército derrocó al presidente Mohamed Morsi, que había sido elegido democráticamente en el marco de las protestas de la Primavera Árabe, para nombrar un “gobierno civil”, encabezado por Abdelfatah Al Sisi, actual presidente egipcio. Desde ese momento, el Sinaí ha sido el escenario de los enfrentamientos y la violencia política.

Por otro lado, los milicianos de la Provincia del Sinaí, la filial local del EI, han multiplicado sus ataques contra miembros de la fuerza pública. Sólo este año han sido los responsables de tres ataques dirigidos contra militares, en los que también han perdido la vida varios civiles.

El 7 julio de este año, veintiséis militares egipcios murieron en un atentado de EI. En mayo, otras 23 personas fallecieron y 13 fueron heridas por pertenecer a una minoría cristiana.

En abril, al menos 44 murieron y más de cien resultaron heridos después de dos atentados con bomba dentro de una iglesia cristiana copta en Tanta, al norte de El Cairo, y frente a la iglesia de San Marcos en Alejandría, coincidiendo con la celebración del Domingo de Ramos, en pleno inicio de la Semana Santa.

El aumento de los atentados de los últimos años y la incidencia del horror en este 2017 en el Sinaí se explica por la ausencia de las tropas israelíes, que desmilitarizaron la zona con su invasión a la península. Los grupos yihadistas de la región encontraron allí el espacio y le juraron lealtad al Estado Islámico. Fundaron su propio califato y crearon la Provincia del Sinaí del Califato en la península que limita con Israel y Gaza.

El presidente Al Sisi, sobre quien recaen graves denuncias de violación sistemática de los derechos humanos, así como de la muerte de manifestantes que se han opuesto a sus políticas, no tardó en rechazar el ataque de EI. Al enterarse del atentado prometió una venganza “brutal” contra los victimarios y decretó tres días de duelo nacional para llorar a los que perdieron la vida.

Por redacción internacional

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