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Mientras el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, presidía la celebración de los 75 años del desembarco de las tropas aliadas en Normandía, los presidentes Vladimir Putin y Xi Jinping se encontraban en el Foro de San Petersburgo, cuyo tema fue la agenda para el desarrollo sostenible.
Durante el encuentro, ambos líderes demostraron estar dispuestos a fortalecer una alianza estratégica para neutralizar las guerras comerciales emprendidas por el presidente estadounidense en varias partes del mundo.
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Según medios internacionales, en el Foro Económico de San Petersburgo, fueron firmados 650 acuerdos, lo que equivale a aproximadamente 47.600 millones de dólares.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, al referirse a la actuación de Estados Unidos mencionó tácticas comerciales agresivas, hegemonía comercial e intento de imponer su jurisdicción alrededor del mundo. Demostró su preocupación acerca de las guerras comerciales y dijo que de "esta forma emerge un sistema que nunca será estable o equilibrado si está basado en una injusticia más clara que nunca”.
A pesar de la proximidad evidente entre Rusia y China, las declaraciones del presidente chino fueron más cautelosas. Abogó por el respeto mutuo y afirmó que era difícil imaginar una ruptura entre China y Estados Unidos. Reiteró además que China “está dispuesta a compartir con sus socios todos sus inventos, incluso la tecnología 5 G”. Reiteró su disposición a trabajar por un mundo multilateral y un desarrollo económico global equilibrado.
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En una sesión plenaria en la cual participaron el Secretario General de la ONU y representantes de Bulgaria, Eslovaquia y Armenia, el presidente Putin afirmó: “En algunos círculos ya consideran el caso Huawei como la primera guerra tecnológica de la emergente era digital”.
Vale la pena resaltar que tanto China como Rusia han sido muchas veces acusadas de irrespetar las reglas de mercado, hoy en la era Trump defienden la transparencia y el juego limpio.
De todas las alocuciones de Putin, la más contundente fue convocar a China a “repensar el papel del dólar en los intercambios comerciales entre ambos por ser un instrumento de presión de EE. UU. con el resto del mundo”.
En un contexto caracterizado por la incertidumbre, el mandatario ruso aprovecha la oportunidad política que se abre en la guerra comercial Estados Unidos-Rusia para buscar una mayor aproximación político, diplomática y comercial con China y de esta forma mover el tablero geopolítico a su favor, demostrando una vez más que Rusia no está sola ni tampoco aislada y sigue firme para reafirmar su lugar en el mundo. Además, no se puede desconsiderar la importancia de las potenciales inversiones chinas en Rusia.
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Mas allá de la búsqueda de nuevas alianzas o reafirmaciones de otras, la guerra comercial que se ha abierto durante el mandato del presidente Donald Trump pone al mundo en vilo, porque como bien dijo el presidente ruso estas guerras abiertas, de alto impacto internacional y en los escenarios domésticos de los países afectados podrían sobrepasar lo meramente comercial.
Estos momentos de tensión, ahora recurrentes, fueron calificados por el Secretario General de la ONU como un riesgo de caer en “un nuevo sonambulismo de la Guerra Fría”.
Ojalá todos estos vaivenes internacionales sirvan para una reflexión profunda sobre el mundo actual y para conscientizarse de qué tan frágil es jugar con candela en las altos mandos internacionales.
Que sea un punto de inflexión para construir una verdadera cooperación internacional y no un manual a seguir.
* Profesora Universidad del Rosario