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¿Por qué la elecciones del Senado en EE. UU. son tan importantes este año?

El enfrentamiento entre Donald Trump y Joe Biden no es el único del que están pendientes los estadounidenses. Un tercio del Senado está por renovarse, y existe una gran posibilidad de que los demócratas recuperen el control del poder allí. Estas son las carreras que podrían cambiarlo todo.

Camilo Gómez Forero
30 de octubre de 2020 - 03:00 p. m.
Los demócratas sólo necesitan cuatro victorias en las elecciones del Senado para recuperar el control. Y hay seis carreras en donde tienen oportunidad de ganar.
Los demócratas sólo necesitan cuatro victorias en las elecciones del Senado para recuperar el control. Y hay seis carreras en donde tienen oportunidad de ganar.
Foto: EFE - ERIK S. LESSER

Las carreras por el Senado de Estados Unidos de 2020 son las más importantes en años, y por eso mismo vemos cómo se han roto los récords de recaudación de fondos e inversión en anuncios publicitarios en las campañas senatoriales durante estos ocho meses. La clave es esta: los republicanos intentan defender su control en el Legislativo, mientras que los demócratas buscan recuperarlo tras su derrota en 2014.

El control del Senado definirá las posibilidades del próximo presidente de los Estados Unidos de cumplir con su agenda. Si Joe Biden llega a quedarse con las llaves de la Casa Blanca, una mayoría republicana, como la que hay ahora, estancaría su agenda y se traduciría en pocos avances para su gobierno. Con una mayoría demócrata, Biden tendría más posibilidades de cumplir con sus proyectos.

Ahora, en el escenario en el que Donald Trump, contra los actuales pronósticos, se mantiene en el poder tras obtener una victoria en los comicios, también sería muy importante para su hipotético gobierno que el Partido Republicano mantenga el Senado.

Si los demócratas llegan a obtener la mayoría, esto se traduciría en un estancamiento para sus planes. Recordemos que ahora los republicanos le han facilitado la vida al presidente, apoyando en promedio el 90 % de sus proyectos. Por otro lado, las posibilidades de que se celebre un juicio político con un resultado negativo para el mandatario aumentarían también. Este año, Trump se salvó en el juicio político realizado por el escándalo del “Ucraniagate” porque tenía la mayoría de senadores de su lado.

En la actualidad, el Senado se compone de 53 senadores republicanos (la mayoría), 45 demócratas y dos independientes. Cada dos años hay una renovación de una tercera parte de los escaños del Senado, y es justamente lo que pasará el martes: 35 sillas están en disputa, y los republicanos tienen que defender la mayoría de estas.

Los demócratas sólo necesitan cuatro victorias para recuperar el control. Y hay seis carreras en donde tienen oportunidad de ganar. Acá están los enfrentamientos que podrían cambiar el control del Senado para el próximo gobierno.

Carolina del Norte

Carolina del Norte es uno de los estados que hace parte del llamado “Black Belt” o Cinturón Negro, una región fértil del sur del país con plantaciones de tabaco y algodón y donde la lucha a favor de la esclavitud fue muy marcada. Esto es importante para analizar sus políticas.

La demografía nos indica que la población negra es demócrata, y que nunca le ha dado más de un 15 % de apoyo a los republicanos, al igual que la población con estudios universitarios. Por otro lado, los blancos en zonas rurales apoyan con fuerza a los republicanos.

La carrera acá es entre el senador republicano Thom Tillis y el demócrata Cal Cunningham.

Tillis es miembro del comité judicial del Senado y recientemente votó a favor de confirmar a la jueza Amy Coney Barrett en la Corte Suprema.

Hizo parte del grupo de contagiados que dejó la ceremonia de nominación de la jueza Barrett en el Rose Garden de la Casa Blanca. Eso lo llevó a estar unas semanas por fuera de la campaña. Y eso es importante.

Tillis también votó por derogar la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio (Obamacare), lo que lo distanció totalmente del voto afroamericano. Ha dicho que el cambio climático es una mentira, y apoyó la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París. También apoyó la construcción del muro de Trump en la frontera sur. Pero su mayor controversia fue pasar una ley que ayudaba a la supresión de votantes en 2013.

Cunningham, por otro lado, es un veterano que apoya la campaña para derrocar la sentencia de la Corte que permitió la participación de empresas en campañas políticas electorales. También apoya la restauración de la Ley de Derechos Electorales y otras políticas que buscan expandir el acceso al voto. Con esto, se ha ganado el voto afro.

El problema para Cunningham es que se ha visto envuelto en una polémica por la filtración de unos chats con contenido sexual que intercambió con una estratega política de California. No habría tanto escándalo si los dos involucrados no estuvieran casados. Eso lo distanció del electorado conservador.

Las encuestas a principios de octubre eran favorables para Cunningham, con cifras de hasta +13 de ventaja sobre su rival. La última semana sostenía una ventaja de +2,4. El escándalo sexual logró impactar su imagen. Sin embargo, aún tiene posibilidades de ganar.

Iowa

Es un estado históricamente rural que ha visto un gran cambio demográfico en los últimos años: ciudades y suburbios más grandes y más poblados. Desde la llegada de Trump, ha visto una inclinación hacia la derecha política gracias a la alta presencia de hombres blancos sin títulos universitarios. Pero esa inclinación podría cambiar este noviembre.

La carrera acá es entre la senadora republicana Joni Ernst y Steve Daines y la demócrata Theresa Greenfield.

Ernst llegó al Senado en 2014 gracias al apoyo de las grandes corporaciones. Su victoria fue importante, pues en aquel momento le permitió a los republicanos recuperar el control del Senado. Aliada de Trump, esta política extremadamente conservadora pujó por más restricciones al aborto.

Greenfield, por otro lado, ha hecho campaña señalando que es una candidata más independiente y que no está atada a los dineros de las corporaciones como su rival. En los debates demostró estar más conectada con el público. Ernst falló en decir cuál era el precio de la soja en el estado en la actualidad. La demócrata contestó con seguridad. Y es que esta pregunta, que parece simple, era muy importante, pues Iowa es un enorme productor de soja y mucha de su economía depende de este producto.

Es una carrera apretada, pero en Iowa, que votó por Barack Obama tanto en 2008 como en 2012, las cosas no están fáciles para los republicanos. Será uno de los tres territorios claves junto con Arizona y Maine que podrían entregarle de vuelta el control a los demócratas. También será un estado bisagra en las presidenciales.

Montana

La carrera acá es entre el senador republicano Steve Daines y el demócrata Steve Bullock.

Daines ha sido otro de los aliados más cercanos del presidente Trump. Le ha seguido el juego en su discurso contra la “izquierda radical”. A favor de gasear a los manifestantes pacíficos, en contra de las medidas recomendadas por los expertos para evitar la propagación del brote de coronavirus.

Su rival es el gobernador Bullock, quien durante sus dos periodos de mandato expandió el Medicaid, el plan de cobertura médica del Estado. También luchó contra la destrucción de los sindicados y vetó las leyes extremas sobre el aborto que buscaba el Senado local que ponían en peligro a cientos de mujeres. Además, ha hecho campaña sobre temas de educación, tierras públicas y apoyo a veteranos y personas mayores.

Las encuestas dicen que Trump ganará Montana, pero el futuro es menos seguro sobre si los republicanos lograrán mantener el control de este escaño del Senado. Daines marcha como favorito con un promedio de +3, pero Bullock podría dar la sorpresa. La distancia es corta.

Carolina del Sur

La carrera acá es entre el senador republicano Lindsey Graham y el demócrata Jaime Harrison.

Graham ahora es conocido por ser un acérrimo defensor del presidente Donald Turmp, pero no siempre fue así. Antes de que el magnate llegara a la Casa Blanca, Graham criticaba a Trump por ser un hombre sin principios. Ahora es uno de sus aliados más fieles. Sin embargo, esa cercanía con el presidente, en especial ahora en medio de la pésima gestión en la pandemia, ha metido a Graham en problemas. Hace unos meses, nadie se imaginaba que su escaño pudiera ser vulnerable.

Ha apoyado la política migratoria de Trump, incluso en sus ideas más extremas. Está en contra de otorgar la ciudadanía por nacimiento. También introdujo una de las leyes más restrictivas sobre el derecho al aborto, prohibiendo esta práctica después de las 20 semanas.

Harrison, por otro lado, ha promovido la idea de “un nuevo sur” con la que busca expandir el acceso a los planes de salud y crear una infraestructura que sea resistente a los desastres naturales. Recordemos que Carolina del Sur es uno de los estados más azotados por huracanes.

Su campaña ha sido una de las que más ha recaudado fondos. Y aunque Graham aún es favorito, su escaño es vulnerable a una sorpresa por parte de Harrison, que cuenta con un gran apoyo por parte de la comunidad afro.

Arizona

La carrera acá es entre la senadora republicana Marta McSally y el retador demócrata Mark Kelly. Son unas elecciones especiales, pues se realizan con el fin de llenar la silla que dejó el senador John McCain tras su muerte en 2018. Y McCain, hay que recalcar, había ganado todas las elecciones desde 1986 hasta 2018 con victorias aplastantes. El efecto que tiene su legado será muy importante de analizar.

Aquí es importante aclarar algo: cuando un senador muere o deja su cargo, el gobernador del estado que representa nombra a su sucesor. Cuando McCain murió, el gobernador nombró a Jon Kyl, un republicano, para llenar su silla, pero Kyl renunció en diciembre de 2018. A él lo reemplazó McSally, pero ese cambio desencadenó una elección especial, que es lo que tenemos ahora.

Esto es muy importante tenerlo presente para las próximas semanas, pues Elizabeth Warren, senadora de Massachusetts, ha comenzado a hacer carrera para dirigir el Departamento del Tesoro en un hipotético gobierno de Joe Biden. Pero en Massachusetts hay un gobernador republicano, que podría poner un senador de su partido, aunque un poco más moderado. Todo esto dependerá de cómo se den los resultados el próximo martes tanto para la Casa Blanca como para los demócratas en el Legislativo. Si ganan por un amplio margen, Warren no vería problemas en sus planes.

Ahora sí. Arizona ha sido un bastión republicano desde la década de 1950. Sin embargo, los cambios demográficos han ido fortaleciendo el voto para los demócratas. Muchos californianos, por ejemplo, han llegado a Arizona escapando de los precios inmobiliarios de su estado. Este movimiento y la expansión de los suburbios, además del crecimiento de los latinos en el estado, nos indican que puede haber un cambio importante en la representación electoral.

Por otro lado, el apoyo de Cindy McCain a los demócratas, la viuda del difunto senador y excandidato presidencial John McCain, ha mostrado cómo han cambiado las inclinaciones ideológicas en Arizona tras el gobierno de Trump. Y es que el presidente atacó constantemente a la familia McCain desde que llegó a la Casa Blanca. Esos ataques, sabiendo que McCain es una figura tan respetada en este estado, podrían marcar el punto de inflexión entre los votantes para inclinarse por los demócratas esta vez.

Ninguno de los candidatos ha ganado unas elecciones al Senado. McSally llegó por carambola a ocupar la silla y no le ha ido muy bien con el público. En agosto les pidió a sus seguidores que “ayunaran” una comida y que usaran el dinero que se ahorraran para donar a su campaña. Está en contra de la legalización de las drogas y del aborto, salvo en casos de violación. Es conservadora frente a la migración y mantiene una idea de una política exterior dura. Al igual que Susan Collins en Maine votó para absolver a Trump de los cargos en su juicio político.

Todo ese apoyo a Trump le ha traído a McSally problemas para atraer al electorado indeciso o independiente. Por eso mismo, la senadora ha tratado de distanciarse del presidente en las últimas semanas. Pero no ha sido suficiente para conquistar los votos del centro.

El retador y favorito para ganar tiene una historia muy atractiva. Kelly fue astronauta y fue al espacio en varias misiones entre 2001 y 2011. Está casado con la exrepresentante Gabby Giffords, quien sufrió un atentado en 2011 que la dejó con secuelas en su salud. El demócrata ha hecho campaña sobre tres temas claves: salud, economía y veteranos. Y con un discurso de trabajo en equipo, que desarrolla a través de sus anécdotas de viajes al espacio, ha atraído a una gran porción de los votantes.

Kelly tiene una ventaja de +12 en este estado, y sería sorpresiva una derrota de este el próximo 3 de noviembre. Los demócratas tienen en este astronauta un gran fichaje. Con él, tienen una de las cuatro victorias que necesitan prácticamente asegurada.

Maine

La carrera acá es entre la senadora republicana Susan Collins, quien se ha declarado como “moderada”, y la demócrata Sara Gideon.

Pero de moderada Collins no tiene mucho. Aunque en octubre de 2020 fue la única republicana en votar en contra de la confirmación de la jueza Barrett a la Corte Suprema, en 2018, la senadora votó a favor de la confirmación del juez Brett Kavanuagh al máximo tribunal, aunque este estaba salpicado por varias denuncias de acoso sexual.

Esa decisión le costó el distanciamiento con su electorado femenino. Collins también votó a favor de absolver a Trump del juicio político en febrero porque ya había “aprendido su lección”. Por todo esto ha sido catalogada como “una cobarde”.

Gideon hizo carrera en la Cámara de Representantes de Maine, desde donde pujó por adoptar una legislación a favor de políticas para luchar contra el cambio climático. También aboga por programas para reducir la pobreza en su estado expandiendo la fuerza laboral y los programas de bienestar. En el último debate, Gideon apoyó la idea de expandir las sillas de la Corte Suprema, un tema muy espinoso en caso de que los demócratas recuperen el Senado y Joe Biden gane la presidencia.

Las encuestas señalan que la carrera está apretada, pero muestran una mínima ventaja a favor de Gideon. En caso de que triunfe, su victoria significaría el fin de una carrera de 15 años de Collins en el Senado.

Le recomendamos: Los estados claves de las elecciones presidenciales de 2020

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Rodrigo(24557)30 de octubre de 2020 - 04:58 p. m.
Despite me being a democrat, I see the analysis a little wish thinking
Rodrigo(5842)30 de octubre de 2020 - 04:12 p. m.
En inglés "runing for president" o "for senate" es usual. Pero en castellano no es igual a "corriendo para ..." Es mejor "candidato a; aspirando a; o nominado para tal cargo". Algún día esta acepción de correr entrará al diccionario. Por ahora suena cursi, agringado.
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